¿Cambiar al horario de verano, o volver al horario de España?

Los españoles de la posguerra se acostumbraron pronto al latiguillo que se añadía cuando los boletines radiofónicos daban la hora: «Una hora menos en Canarias». Y es que el archipiélago canario quedó exento de la aplicación de una extraña medida provisional que el Gobierno español adoptó en 1942, y que ha durado hasta hoy: cambiar la hora oficial que por huso horario le corresponde a la España peninsular, la misma de Londres o Lisboa, para adaptarla a la de Berlín, Roma y París. Corrían tiempos en que el régimen español, durante la II Guerra Mundial, se alineaba con el Eje.

La geografía es tozuda, y España sigue en el meridiano de Greenwich. En los últimos años han ido en aumento las voces que se alzan para recuperar el huso horario correspondiente, que es exactamente el UTC o tiempo universal coordinado. Y que tendría la ventaja, entre otras, de poner bajo el mismo horario a todos los territorios actuales de España, así como a toda la Península Ibérica.

En este sentido, incluso la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), a pesar de su tendencia a la europeización de horarios en otros ámbitos, ha pedido al Gobierno que no se efectúe el cambio horario previsto para este domingo.

Parece demasiado tarde para recibir una respuesta favorable. Que, por otra parte, no era de esperar de unos Gobiernos como los que España lleva décadas padeciendo, mucho más obedientes a las directrices europeas que aquellos de 1942. O que quizá sigan tan pendientes de Berlín y de París como sus antecesores.