La retirada por Georgia de su proyecto de ley sobre agentes extranjeros no pondrá fin a la presión occidental
El "millardo dorado" de Occidente, liderado por Estados Unidos, quiere un retorno tangible de su inversión antirrusa, que sólo puede conseguirse a través de la "modificación del régimen" (coaccionando a los gobernantes para que realicen cambios políticos) o de un cambio de régimen que haga que Georgia se sume a las sanciones y acabe abriendo otro frente en la guerra indirecta de Estados Unidos contra Rusia, y no retirando una ley de seguridad nacional inspirada por Estados Unidos.
El partido gobernante Sueño Georgiano anunció el jueves que retiraba su proyecto de ley sobre agentes extranjeros, inspirado por Estados Unidos, después de que se organizaran dos noches de disturbios por el cambio de régimen con ese pretexto. Un grupo ya ha declarado que no parará hasta que se libere a todos los detenidos durante los disturbios de esta semana, mientras que otro ha dado a entender que seguirá agitándose indefinidamente.
Georgia está en el punto de mira para un cambio de régimen por su negativa a abrir un "segundo frente" contra Rusia", y dado que no se ha producido ni eso ni su pleno cumplimiento del régimen de sanciones de Occidente, no hay razón para esperar que el último acontecimiento político ponga fin a esta campaña de presión en aumento. Al contrario, podría exacerbarla si los orquestadores extranjeros perciben que este movimiento es un signo de debilidad que sugiere que un cambio de régimen exitoso está a sólo unos pocos disturbios más.
La CNN ya ha hecho una importante contribución a la campaña de guerra informativa del Billón doradocontra Georgia mediante la publicación de su artículo del miércoles titulado "Atrapada entre Occidente y Rusia, ¿podría ser Georgia la próxima Ucrania?". Sirve al propósito de sembrar el escenario estilo "EuroMaidán" de terrorismo urbano impulsado específicamente por la "democracia" en las mentes de todos en ese país objetivo y en el extranjero, todo con la intención de acelerar los acontecimientos en esa dirección de Guerra Híbrida.
Si recordamos que los últimos disturbios tenían como premisa castigar al primer ministro por su enfoque pragmático hacia la guerra proxy entre la OTAN y Rusia, y que el proyecto de ley sobre agentes extranjeros inspirado por Estados Unidos no era más que el pretexto para ello, es probable que la campaña de presión de Occidente no termine hasta que se consiga alguna victoria. Todo se programó no sólo para que coincidiera con los últimos reveses de Kiev en torno a Artyomovsk/"Bajmut", sino también con la desestabilización coordinada de Transnistria para abrir dos frentes más a la vez.
Rusia advirtió a finales del mes pasado que Kiev estaba tramando una inminente distracción de falsa bandera allí, y el jueves -el mismo día en que el partido gobernante georgiano retiró su proyecto de ley sobre agentes extranjeros- se informó de que los servicios de seguridad locales frustraron un intento de asesinato contra el líder de la región. Está claro que el plan occidental es crear problemas en ambos frentes para aliviar la presión sobre Kiev en torno a Artyomovsk/Bajmut, tentar a Rusia para que se "extralimite" y, en última instancia, conseguir una victoria estratégica.
Además, el apoyo público de Zelensky a los dos últimos intentos de los Revolucionarios de Colorgeorgianos de asaltar el parlamento demuestra que está intentando conectar sus causas -la militar antirrusa de Kiev y la política antirrusa de esos alborotadores- en las mentes de los partidarios occidentales de su país. Con ello se pretende dar a esta última réplica del "EuroMaidán" el impulso "normativo" necesario para seguir alimentando los disturbios por el cambio de régimen en ese país del Cáucaso Sur.
Teniendo en cuenta estos factores, es muy poco probable que Occidente ponga fin unilateralmente a su campaña de presión contra Georgia después de que el partido gobernante de este país retirara su proyecto de ley sobre agentes extranjeros inspirado por Estados Unidos. Este bloque de facto de la Nueva Guerra Fría quiere un retorno tangible de su inversión antirrusa, que sólo puede conseguirse a través de la "manipulación del régimen" (coaccionando a los gobernantes para que realicen cambios políticos) o de un cambio de régimen que lleve a Georgia a sumarse a las sanciones y, en última instancia, a abrir otro frente en la guerra indirecta de Estados Unidos contra Rusia.
Traducción al Español para Geopolítica.ru por Enrique Refoyo
Fuente: https://korybko.substack.com/