Todos los caminos llevan a las renovables, por las buenas, o las malas
Obviando el debate de estar más o menos de acuerdo con el paradigma del “Cambio Climático”, lo que es indudable, lo que podríamos decir que es un hecho consensuado, es que la actividad socio-económica del ser humano, tal y como está concebida ahora mismo en el marco de la Globlalización, tiene un límite, y es precisamente el límite ecológico, el de los recursos disponibles, el límite ecológico o de la sostenibilidad, y que afecta directamente al bienestar de todos los habitantes de La Tierra… y sobre todo, el de nuestros hijos.
Sin duda, debido a la continua presión mediática que soportan, es difícil para nuestros políticos planificar medidas con un horizonte temporal y con un impacto que abarquen más allá del límite electoral de la reelección, sin embargo hay iniciativas a nivel global que buscan suplir estas carencias, con planes de gran calado y dilatación temporal. Es así como surgen medidas transfronterizas, ampliamente consensuadas, con la finalidad de paliar determinadas externalidades del desarrollo económico, como el Protocolo de Montreal (1987), el Protocolo de Kyoto (1997), o el Acuerdo de París (2016). Cabe señalar además, que todas estas medidas han ido a rebufo, y con mucha más lentitud en su aprobación e implementación, que las medidas encaminadas a favorecer la libertad financiera y el comercio internacional.
Esto nos ha permitido evaluar con cierta perspectiva el impacto que este tipo de medidas han tenido, y si han sido útiles a nuestras sociedades, o por el contrario han supuesto un lastre. Si atendemos a la actualidad mediática de hoy en día, la balanza está a favor de los defensores de este tipo de medidas, pero digamos que con menos peso del que tenían hasta ahora, sobre todo por que los que están en contra, aunque son menos, tienen mayor peso y relevancia.
Hay cuestiones un tanto subjetivas, ya que no son totalmente comparables entre países, debido a la desigual dotación de reservas de recursos naturales de energías fósiles que tiene cada país, como por ejemplo que el consumo de energías renovables es beneficioso para la balanza de pagos y la balanza comercial de un país, pues reduce la dependencia exterior.
Sin embargo, hay otro tipo de planteamientos objetivos. En este sentido, podríamos decir, que hemos tenido dos modelos, dos experiencias contrapuestas, que podríamos reducir a dos ejemplos cercanos para su mejor entendimiento y comprensión. Tomemos por ejemplo el caso de España, e ilustremos los dos modelos, que serían el “Modelo Bilbao” (éxito) y el “Modelo Cuenca Minera Leonesa” (fracaso). El primero de los modelos, el que denomino “Modelo Bilbao”, es un claro modelo de éxito de transformación integral de una ciudad, cuyas primitivas carencias medioambientales, hemos sufrido los que nos hemos criado allí. La metamorfosis ha sido productiva, energética, económica y social, y ha sido para mejor. Por contra, el segundo, el “Modelo Cuenca Minera Leonesa”, ha supuesto un declive económico y social de la cuenca minera leonesa y palentina, que ha llevado a un cese abrupto y casi total de la actividad económica en la zona, transformándola así en una zona desolada socialmente, completamente diferente a la que tuvimos la oportunidad de vivir en el pasado.
Estos dos arquetipos contrapuestos, y ejemplificados en estos dos casos que yo he vivido tan de cerca, son ilustrativos de un problema, que es completamente extrapolable a otras partes y casos del mundo, y que pasando de la simplificación y elevados a la máxima complejidad (salvando las distancias), podríamos llamar China versus EE.UU.
Eludiendo posturas poco constructivas, debemos analizar con detenimiento los errores cometidos, y avanzar hacia un futuro de consenso, ya que , incluso llegados a este punto me parece interesante introducir como elemento para la distensión, que más que el motivo, el problema sería el los métodos y los periodos de tiempo elegidos para implantar estas medidas. Y es que, volviendo al inicio de planteamiento, la reflexión que tenemos que hacer todos, no es si existe o no Calentamiento Global, si no una mucho más sencilla. La de si queremos construir una sociedad mejor para nosotros y nuestro hijos, con ciudades sostenibles, sin polución ambiental, ríos y mares limpios, bosques sanos, donde el individuo pueda desarrollarse y relacionarse con libertad, sin temer por enfermedades ni hábitos que no sean saludables. Y volviendo a los ejemplos para terminar, independientemente de que tengamos un papel defensor o detractor del Cambio Climático ¿preferimos vivir junto a una central térmica de carbón, o al lado de un huerto solar?. Creo que la respuesta está clara, y cuanto antes lo asumamos como sociedad, mejor.
Eneko Laiz Moreno
Renewable Investor & Commentor