¿Será Erdogan el nuevo Saladino de Jerusalén?

21.12.2017

La decisión unilateral de Donald Trump de trasladar la Embajada Estadounidense a Jerusalén provocó el repudio de la comunidad internacional,una nueva intifada palestina así como la reacción airada de Erdogan quien acusó a Trump de “quemar el mundo” y a Israel de “Estado terrorista” durante la reciente Cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC) celebrada en Estambul. A dicha Cumbre habrían asistido 48 países de los 57 miembros de mayoría musulmana que lo conforman (incluyendo a Palestina como miembro de pleno derecho) además del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro en su condición de Presidente del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL). Los países presentes en dicha reunión a iniciativa del anfitrión, Erdogan, han decidido proclamar a Jerusalén Este “capital del Estado Palestino” al tiempo que piden a los países del mundo “reconocer al Estado Palestino según las fronteras de 1967” así como “incrementar el apoyo diplomático y económico a Palestina y sus habitantes”. Como consecuencia de dicha Cumbre, habría emergido la figura de Erdogan como valedor principal de la causa palestina convirtiéndolo al mismo tiempo en “ la bestia negra de Israel” que no tardará en neutralizarlo pues ya se estaría gestando el plan elaborado por la CIA y que contará con la participación activa del Mossad israelí y el apoyo logístico del PKK turco para lograr el Magnicidio de Erdogan.

El desencuentro Erdogan-EEUU e Israel

La lealtad de Erdogan a los intereses anglo-judíos en Oriente Próximo estaría en entredicho debido al acuerdo turco-ruso-iraní-sirio para dibujar la futura cartografía de Siria y por el previsible apoyo de Erdogan a la facción palestina Hamas y a los Hermanos musulmanes y al consiguiente enfrentamiento con Israel así como la guerra sin cuartel declarada contra el PPK kurdo y su aliado sirio el PYD, medidas que chocarían con la nueva estrategia geopolítica de EEUU para la zona y que podrían provocar el Magnicidio de Erdogan al haberse convertido en un obstáculo para la estrategia de EEUU en la zona. Así, la obsesión de Erdogan sería impedir el surgimiento de una autonomía kurda en Siria que sirva de plataforma al PKK por lo que el Congreso turco habría aprobado una ley que permite al Ejército turco (TSK) entrar en Siria e Irak para combatir a “grupos terroristas”, eufemismo bajo el que se englobarían no tanto el ISIS como el PKK y el PYD kurdo-sirio, aliado y hermano del PKK, plasmado en el despliegue de tropas turcas en la franja fronteriza entre Turquía y la provincia siria de Idleb.

Así, la nueva doctrina geopolítica de Erdogan pretendía dejar de gravitar en la órbita occidental y convertirse en potencia regional y tuvo su plasmación en la compra de sistemas antiaéreos S-400 a Rusia en un claro desafío a la OTAN. Asimismo, Erdogan se negó a participar en las sanciones occidentales contra Moscú y compró a China misiles de defensa antiaérea HQ-9 y manifestó su deseo de integrarse en la Nueva Ruta de la Seda permitiendo inversiones del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC). El desencuentro Erdogan-EEUU llegó a su punto de inflexión tras el intento fallido de asonada militar en Ankara y Estambul y la negativa de EEUU de extraditar al líder político y religioso Fethullah Güllen, acusado por Ankara de organizar la intentona golpista, tras la cual Erdogan procedió a una exhaustiva purga del Ejército así como de los aparatos de Justicia, Educación, Policía, Universidades y Mass Media aunado con la posible restauración de la pena de muerte, medidas extremas que alarmaron a todas las cancillerías occidentales así como a la misma ONU y cuyo penúltimo episodio sería la detención de un empleado turco de un consulado de EEUU acusado por Ankara de espionaje y la posterior cancelación mutua de visados entre EEUU y Turquía.

¿Peligra la vida de Erdogan?

El llamado Plan Biden-Gelb, aprobado por el Senado de EEUU en el 2007 y rechazado por Condolezza Rice, Secretaria de Estado con George W. Bush, preveía la instauración en Irak de un sistema federal con el fin de evitar el colapso en el país tras la retirada de las tropas estadounidenses y proponía separar Irak en entidades kurdas, chiíes y sunitas, bajo un gobierno federal en Bagdad encargado del cuidado de las fronteras y de la administración de los ingresos por el petróleo. Así, tendríamos el Kurdistán Libre con capital en Kirkust y que incluiría zonas anexionadas aprovechando el vacío de poder dejado por el Ejército iraquí como Sinkar o Rabia en la provincia de Ninive, Kirkuk y Diyala así como todas las ciudades de etnia kurda de Siria liberadas por la insurgencia kurda del PYD sirio (región autónoma de Rojava) y el sudeste de Turquía controlado por el PKK. El nuevo Kurdistán contará con las bendiciones de EEUU e Israel y dispondrá de autonomía financiera al poseer el 20% de las explotaciones del total del crudo iraquí con la “conditio sine qua non” de abastecer a Turquía, Israel y Europa Oriental del petróleo kurdo a través del oleoducto de Kirkust que desemboca en el puerto turco de Ceyhan. Así, según un informe del portal Veterans Today, “Israel estaría trasladando armas de defensa aérea, artillería de largo alcance, helicópteros y aviones de combate F-15 a Erbil, capital del Kurdistán iraquí para una guerra más amplia contra Irak e Irán” al tiempo que los Presidentes de Irán y Turquía, Rohani y Erdogan amenazaron con tomar “medidas más fuertes” para evitar que el nuevo Kurdistán se convierta en portaaviones de Israel en una próxima guerra contra los Gobiernos chiitas de Irak e Irán, con lo que Erdogan se habría convertido en un serio obstáculo para la plasmación del Nuevo Oriente Medio diseñado por EEUU e Israel y se antoja inevitable el Magnicidio de Erdogan para que Turquía vuelva a ser el portaaviones continental de EEUU en Medio Oriente.