Los derechos humanos
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Se está implementando un proyecto para excluir a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. No obstante, el concepto de “Derechos humanos” es tan totalitario como el de “raza aria” o la “lucha de clases”: así como estos últimos conceptos están vinculados a ciertas ideologías (el nazismo y el comunismo respectivamente) el concepto de “derechos humanos” se encuentra ligado al liberalismo. Por tal concepto entendemos una forma específica de “humanidad” y unos determinados “derechos” que nacieron de la Modernidad occidental como, por ejemplo, el hombre como “individuo” o “átomo” independiente de cualquier identidad colectiva (incluyendo el género) y “derechos inalienables” que ninguna autoridad ha otorgado (de hecho, no existe tal autoridad pues Dios ha sido excluido de este esquema). Es por esa razón que no nos sorprende que el comité de derechos humanos de la ONU promocione activamente la agenda LGBT (1): el año pasado el Consejo de Derechos Humanos condenó a Rusia por la supuesta represión de “homosexuales chechenos” (2). Por supuesto, semejante esquema solo existe si partimos de que los seres humanos son individuos, mientras que cualquiera que intente defender la identidad, los principios religiosos o las tradiciones de los pueblos será considerado como un enemigo de los “derechos humanos” y alguien que interfiere con la libertad “individual”, pues no existe la identidad colectiva. Se trata de la protección de las “minorías” en contra de las “mayorías” (el amor que expresan los activistas de derechos humanos por los “palestinos” sin duda tiene que ver con esto). Y ni hablar del hecho de que los derechos humanos defendidos por la ONU están ligados a toda una serie de expertos y redes transnacionales liberales y globalistas controladas por estructuras al servicio de EEUU y Europa que atacan a otros por “violar los derechos humanos” cuando les conviene.
Si bien es necesario debatir problemas como la misericordia y la justicia, debemos hacerlo desde una perspectiva muy diferente al concepto liberal de los “derechos humanos” y tomando en cuenta las diferencias culturas. En lugar de extrapolar un concepto occidental al resto de la humanidad, imponiéndolo arbitrariamente a todo el mundo (que da como resultado una imitación acrítica) resulta mucho más real admitir que somos diferentes y que tenemos una comprensión distinta tanto del “hombre” como del “derecho”. Sin embargo, es por esa razón que existe el diálogo, un principio que nos permite superar los malentendidos y las contradicciones mutuas. Creo que lo mejor sería reemplazar al Consejo de Derechos Humanos por un Consejo de la Misericordia.
Notas: