El cosmos ruso VS el espacio americano
El 12 de abril, Rusia celebra el día de los cosmonautas. El primer vuelo espacial tripulado se realizó en 1961 por el cosmonauta ruso Yuri Gagarin. Los EEUU respondieron al programa espacial soviético con la creación de ARPANET, que sentaría los fundamentos de Internet. De hecho, podemos ver en la carrera por la superioridad, no solamente una competencia tecnológica con lemas ideológicos.
El término “cosmos”, que se usa principalmente en Rusia, tiene su origen en el griego y significa “orden”. En inglés, la palabra “espacio” trata con la idea de expansión, esto es, alguna esfera que está relacionada con el siguiente paso para conquistar el planeta, la tierra y el aire.
Los vuelos espaciales introdujeron la “cosmocracia” en la geopolítica, y a finales del siglo 20, el profesor de estudios militares comparados en la Escuela de la Fuerza Aérea de los EEUU de estudios avanzados aeroespaciales, Everett Dolman, sugirió la introducción del término “astropolítica”. Dijo: “La sociedad debe considerar la conquista del espacio como un imperativo moral, necesario para la supervivencia de la especie humana, y debe percibirse también a sí misma como la mejor equipada para dominar esta arena (…)”. Él no quiere decir la abstracta especie humana, sino su subespecie anglo-sajona, formada tras la lucha con otros en los anchos campos de la Tierra. Esto se conoce como “el espíritu de frontera”, elogiado por Frederick Jackson Turner a finales del siglo 19, discurriendo ahora hacia las alturas estelares. Si, en la época de los pioneros, el “espíritu de frontera” afirmó destruir a muchas tribus indias, ahora los EEUU son capaces de repetir este experimento a nivel espacial. No es en absoluto por casualidad que los EEUU crearan las series de “Star Wars” y otras películas clásicas, épicas y famosas de ciencia ficción como “Avatar”; esta es otra característica del inconsciente colectivo de los portadores del “espíritu de frontera”, que se transformó en una forma hecha por las personas y fue equipada con los métodos de la manipulación cultural-informacional.
Los EEUU intentan implementar tales fantasías en la realidad; incluso sus estrategias son a menudo aprobadas por investigaciones científicas y globalismo optimista.
El 22 de abril de 2010, el Coronel del ejército de los EEUU, Timothy Creamer, junto con sus colegas a bordo de la Estación Espacial Internacional (sus miembros eran otro americano – el capitán, dos rusos y un japonés) enviaron un mensaje a la Tierra usando Twitter.
Su primer tweet en el espacio fue bastante inofensivo para todos los usuarios de Twitter: “Hello Twitterverse! We r now LIVE tweeting from the International Space Station -- the 1st live tweet from Space! :) More soon, send your s.” (“¡Hola Twitterverso! Estamos twitteando en directo desde la Estación Espacial Internacional – ¡El primer tweet desde el espacio! Más pronto, os enviaremos”).
Recordemos que Twitter fue usado activamente en los enormes disturbios en Irán en 2009, el mismo año, las manifestaciones en Moldavia fueron nombradas como “la revolución de Twitter”.
El otro grupo de la cosmocracia es la base del control del espacio exterior. La red americana de control del espacio exterior se localiza en todos los continentes e islas. Su objetivo es estimular la conciencia situacional como uno de los principales elementos de la guerra en red. Según el ejército americano, permitirá a los EEUU el alcanzar plena superioridad espacial y “prevenir un Pearl Harbor espacial”. La élite científica americana lo describe de un modo más delicado: Detectar y rastrear objetos espaciales tales como satélites y escombros orbitales. El antiguo astronauta y general de la fuerza aérea, director del mando estratégico, Kevin Hilton, dijo que el tema de los restos espaciales está fuera de control: La Tierra tiene, en órbita, más de 15.000 escombros y partes de satélites y otras naves espaciales. “La estimación es que estos números podrían ascender hasta los 50.000 en números totales en el futuro no muy lejano”, dijo, y apeló a otros países para resolver unidos este tema.
Es interesante que la idea de usar el espacio para echar la basura fuera presentada tanto por la URSS como los EEUU. En 1959, el científico soviético, Kapitsa, presentó enviar la basura nuclear al espacio. En 1972, Schlesinger presentó la misma cosa por el uso de un transporte reutilizable. El tema permanece sin resolver hasta hoy.
Sin embargo, la militarización del espacio todavía es un problema serio, a mediados de la década del 2000, el Pentágono puso nuevos objetivos en esta esfera: La creación de un arma aérea anti-satélites, la derrota de los sistemas de satélites de telecomunicaciones, láseres aéreos y espaciales, naves para el estudio del espacio profundo, y naves espaciales de carga más poderosas. Fueron lanzados satélites con diferentes medios para la monitorización, así como la creación de sistemas de láser.
George Friedman, en su libro “The next 100 years” (“los siguientes 100 años”), imagina que pronto, el objetivo del control militar y político del espacio será mediante la implementación de satélites que porten armas de destrucción masiva. La se está realizando la miniaturización de las armas y diferentes sistemas automáticos. Los expertos dicen que pronto los nuevos nano y pico-satélites, serán de 3.9 pulgadas de diámetro.
Esto provocó una respuesta: Vladimir Putin apeló a la prevención de un espacio exterior militarizado, y fue apoyado por la Asamblea General de la ONU, que adoptó una resolución llamando a la cooperación internacional para el uso pacífico del espacio exterior. Sin embargo, debido a la creación de sus sistemas WMD, los EEUU rechazaron firmar los documentos, y ahora acusan a otros estados de la militarización espacial.
Los EEUU han mostrado ahora la debilidad de su programa espacial (por ejemplo, la dependencia de los motores de cohetes rusos), y Rusia, por el contrario, está reclamando el estatus de potencia espacial. Pronto, un nuevo puerto espacial estará listo, y pronto los primeros satélites serán enviados a la órbita terrestre.
Asi, la tesis de Immanuel Kant en el contexto de la Astropolítica sobre “el cielo estrellado sobre nosotros y la ley moral en nosotros” se ha vuelto de nuevo actual y seria.