Grupos conservadores de todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, han desaprobado por unanimidad la horrible acción de Trump. Es una especie de milagro. Nadie esperaba tal unanimidad. Es un signo del crecimiento de la verdadera resistencia global con responsabilidad fría y una especie de denominador común.
Es el polo anti-pantano emergiendo ante nuestros ojos. Breitbart (más alusivamente), Ron Paul, la Alt-Right, la AfD, la Lega Nord, Marine Le Pen y cientos y cientos de personas y movimientos conservadores han conocido ese acto de Trump con indignación. Llegará un momento en el que creemos paso a paso una verdadera plataforma ideológica común basada en la visión de la multipolaridad y el futuro mundial alternativo frente al totalitarismo liberal y la hegemonía neoconservadora.
Siria y Rusia son símbolos. La rusofilia no es necesaria, lo que es necesario es el patriotismo real y el rechazo radical del globalismo. Trump era una figura importante en la lucha común. Ya no lo es. Pero lo esencial ya está demostrado: el pueblo americano está despertando. Para los conservadores el pueblo importa más que cualquier otra cosa. Y esos son sus líderes, los que representan sinceramente al pueblo, al pueblo como entidad histórica viviente con identidad, tradición y cultura.
Los conservadores están madurando.