El presidente electo, Donald Trump, criticó a China el domingo pasado, acusando a la nación de manipular su moneda y disparar el crecimiento militar en el Mar de China Meridional.
Además, en una entrevista con The Wall Street Journal, Trump dijo que no seguiría necesariamente la política de "una China" [One China] si no hubiese progreso en lo que respecta a la política cambiaria y de hacer negocios con Estados Unidos. Esta fue la última señal en cuanto a que Trump podría cambiar la relación entre Estados Unidos y China, particularmente con respecto a Taiwán.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, realizó una llamada telefónica al presidente taiwanés, Tsai Ing-wen, durante la cual se mencionaron los estrechos vínculos económicos y políticos entre ambos países, así como la cooperación en el campo de la seguridad.
La reacción de China fue inmediata. Pekín advirtió a Washington "que no adopte políticas monetarias punitivas que puedan perturbar las relaciones entre Estados Unidos y China".
La edición china oficial del Daily China también escribió que Pekín "se quitará los guantes" y tomará acciones fuertes si Donald Trump continúa provocando a China con Taiwán.