Desde el punto de vista del derecho internacional, las tropas turcas no pueden estar en el territorio de la República Árabe Siria. Damasco envió una solicitud formal de ayuda militar solamente a Moscú. Sin embargo, hasta hace poco, el gobierno de Assad reaccionó muy discretamente a las acciones de las tropas turcas en el territorio sirio. Tras la normalización de las relaciones entre Moscú y Turquía, ninguno de estos países está interesado en una nueva espiral de conflictos, especialmente en Damasco.
El reciente incidente entre Siria y Turquía es probablemente una provocación, al igual que la destrucción del SU-24 ruso a finales de 2015. Las autoridades turcas han establecido que las organizaciones pro-occidentales apoyaron el asesinato del piloto ruso. La actual provocación se organizó posiblemente para desestabilizar y hundir la región en un caos aún mayor.
En el caso de que los equipos turcos y sirios no sean capaces de resolver la situación bajo un punto de vista realista, es posible de que el conflicto pase a un nuevo nivel. La única fuerza interesada en tal desarrollo son los neoconservadores y los globalistas, que todavía tienen bajo su control los principales centros de poder en Occidente, principalmente en los Estados Unidos.