Durante la Convención Nacional Republicana, Ryan y McCain, se vieron obligados a apoyar la candidatura de Trump como candidato del partido, pero sólo para expresar luego, en repetidas ocasiones, sus discrepancias con él en una serie de cuestiones. Especialmente, Trump ha sido fuertemente criticado por su declarada disposición al acercamiento con Moscú y a reconocer a la Península de Crimea como rusa. Los hermanos Koch, grandes patrocinadores de los republicanos, también se negaron a apoyar a Trump.
En respuesta, el multimillonario dijo que no sería un títere del establishment. De hecho, la incapacidad de controlar a Trump por parte del mismo, es la causa de todas estas contradicciones.
El presidente estadounidense, Barack Obama, instó recientemente a los líderes republicanos a abandonar el apoyo a Trump. El hecho de que el presidente del país llame abiertamente a sus oponentes políticos a actuar juntos contra un candidato apoyado por la mayoría de los votantes de su partido es un caso único en la historia de Estados Unidos.
Por lo tanto, podemos ver una vez más la formación de una alianza política entre los partidos contra Trump, respaldada por el establisment responsable de usurpar el poder político en los EE.UU..