La participación del secretario de Estado de los Estados Unidos en el Consejo que define la política exterior europea es una prueba de la preocupación de Estados Unidos respecto al aumento de las tendencias continentalistas en la UE, después del referéndum en el Reino Unido. John Kerry pretende vigilar personalmente la situación. Los Estados Unidos también tienen la intención de reutilizar los problemas de la lucha contra el terrorismo para promover sus iniciativas en Oriente Medio. Por último, el fracaso del golpe de Estado en Turquía, apoyado por Estados Unidos, podría afectar a las relaciones del país con los Estados Unidos y la UE. Una serie de rebeldes han solicitado asilo político en Grecia, país miembro de la Unión Europea.
La cuestión turca está preocupando gravemente a Washington y Bruselas. Federica Mogherini, Alto Representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y el Presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, se han opuesto a la persecución de los políticos pro-atlantistas en Turquía involucrados en el golpe fallido. Bajo el pretexto de preservar la democracia y el estado de derecho, piden al gobierno turco renunciar a la destrucción del "estado paralelo" de Gülen. Anteriormente, una declaración similar fue hecha por John Kerry. Obviamente, los atlantistas temen la eliminación de toda su red de influencia y el fortalecimiento de Erdogan, que puede continuar la política soberana de acercamiento a Rusia.
El siguiente punto de la gira europea de John Kerry es Londres. Los Estados Unidos buscan mantener unas estrechas relaciones con el Reino Unido con el fondo de la salida de la UE. También está claro que Kerry tendrá un efecto decisivo en la votación en el Parlamento del Reino Unido sobre la renovación de las fuerzas nucleares del pais (Trident).