Desde el punto de vista geopolítico la UE es una formación ambivalente. Por un lado, la UE fue creada por los globalistas que vieron el proyecto de integración europea como uno de los componentes básicos de un futuro mundo global. Los Estados Unidos también apoyan esta integración, ya que buscan la creación de un bloque en Europa dirigido contra Rusia. La UE promueve la ideología ultraliberal, y en cierto modo actúa mucho más radicalmente que los Estados Unidos. Por otra parte, la unión de los países europeos, desde un punto de vista objetivo, puede actuar como uno de los polos de un mundo multipolar, lo que significa que en cualquier momento puede desafiar a los Estados Unidos. Como parte del Rimland euroasiático, Europa puede ser tanto atlantista, como tener una orientación continental.
Como miembro de la UE, Gran Bretaña siempre ha actuado como promotor de los intereses estadounidenses. La permanencia del Reino Unido en la UE contribuye al hecho de que las tendencias atlantistas superen a las continentalistas. En consecuencia, si los globalistas y los Estados Unidos tienen la intención de continuar con el proyecto de la UE, harán todo lo posible para mantener el Reino Unido dentro de la misma. Si no es así, los ciudadanos ingleses permitirán que su pais salga de la UE. El escenario más probable sigue siendo el primero. Mientras, Barack Obama, George Soros y los miembros del Club Bilderberg están a favor del mantenimiento del Reino Unido en la UE. La masiva campaña de los medios de comunicación en contra del Brexit y el extraño asesinato de la parlamentaria Joe Cox, ocurrido en la víspera del referéndum, sólo confirman esto.
Pero, ¿qué pasaría si la mayoría de los británicos votara en contra de la permanencia en la Unión Europea? El ánimo del público en Gran Bretaña es tal, que el porcentaje de partidarios y detractores de la salida de la UE está casi igualado. Esto significa que el destino del país se puede resolver con unos pocos miles de votos. En estas circunstancias, los recursos administrativos pueden desempeñar una influencia decisiva y la manipulación de los votos es más que predecible. Sobre todo, porque en las manos de los globalistas está una vieja y verdadera arma: las papeletas enviadas por el correo. En las recientes elecciones presidenciales en Austria, las papeletas enviadas por correo ayudaron a arrebatar la victoria al candidato euroescéptico del Partido Liberal de Austria.