La última ronda de conversaciones, celebrada a finales de enero, terminó sin ningún resultado significativo. Los kurdos sirios no fueron incluidos en el proceso de negociación debido a la posición de Turquía y Arabia Saudita. Los turcos y los saudíes trataron de ejercer presión para que participaran los grupos terroristas "Ahrar al-Sham" y "Jaish al-Islam". Las partes aún no han llegado a un acuerdo básico sobre el futuro de Assad.
La nueva ronda de negociaciones se inicia después de que se firmara un acuerdo sobre un alto el fuego en Siria, fruto de las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos. Ambas superpotencias insistieron en que sus respectivos aliados sirios se unían al alto el fuego. Es significativo que se llegara a un acuerdo de solución inter-sirio entre los norteamericanos y los rusos, y no por los sirios. Esto demuestra que, en esencia, la guerra en Siria es un conflicto geopolítico entre Rusia y los Estados Unidos.
El alto el fuego es beneficioso sobre todo para los EE.UU., con Rusia esforzándose por sumarse al mismo después de una presión sin precedentes. Los milicianos entrenados por los Estados Unidos tienen ahora la oportunidad de recuperarse. En caso de que las autoridades sirias y la Fuerza Aérea de Rusia continuaran las hostilidades contra los grupos incluidos en el alto el fuego, los EE.UU. podrían utilizarlo como un motivo para acusar a Damasco y a Rusia de violar el acuerdo, y podrían aplicar medidas de fuerza contra ellos, incluyendo sanciones.
A pesar del acuerdo de alto el fuego en Siria, los enfrentamientos continúan. Recientemente, combatientes de la oposición, usando un MANPADs, derribaron un Mig-21 de la Fuerza Aérea siria. Después del sangriento ataque terrorista en Ankara el 13 de marzo, Turquía ha acusado a los kurdos de estar involucrados, lo que aumenta las posibilidades de una invasión turca en el norte de Siria. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha confirmado oficialmente los rumores de que el ejército turco ha construido fortificaciones en el lado sirio de la frontera.
Las negociaciones aún no han comenzado, pero una parte de la oposición ya ha rechazado la oferta de Damasco. El titular del Ministerio de Asuntos Exteriores sirio, Walid Muallem, dijo que su delegación ha llegado a Ginebra sólo por 24 horas, y no quiso hablar sobre las elecciones presidenciales y sobre la propuesta de federalizar el país. Los representantes de la oposición pro-saudí (Alto Comité para las negociaciones, HNC por sus siglas en inglés) anunciaron que esta postura efectivamente cancela las negociaciones.
A pesar de la tregua, las posiciones de los principales actores - Rusia e Irán, por un lado, y los Estados Unidos, Turquía, y los saudíes, por el otro - son radicalmente diferentes. Rusia, para salvar la cara, necesita salvar a su aliado en la región y disuadir al ISIS. Irán necesita una fuerte Siria unida como continuación de la Media Luna chiíta en la región mediterránea, el Levante y Palestina. Los EE.UU. están listos para jugar la carta kurda, bloquear a Irán y anular los éxitos de Rusia. El objetivo número uno para los saudíes y Qatar es el derrocamiento de Assad. Turquía busca derrocar a Assad y también evitar la creación de un estado kurdo fuera de su control. En cuanto a los objetivos de los grupos sirios, diametralmente opuestos, es difícil esperar que lleguen a un acuerdo viable teniendo puntos de vista tan distintos.
No está claro si los kurdos del norte de Siria participarán en las negociaciones, ya que Turquía está aún en contra de su presencia. En primer lugar estamos hablando de las estructuras del partido PYD ( "Unión Democrática"), que colabora con el PKK y gobierna las zonas controladas kurdas de Siria. Con el fin de rechazar las acusaciones de ignorar los intereses de los kurdos, los representantes de la oposición pro-saudí incluyen a un kurdo, que, sin embargo, no representa una fuerza poderosa en la comunidad kurda. A pesar de esto, el HNC ha declarado que habrá un representante de la comunidad kurda dentro de su equipo.
