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Así, lo primero en lo que hace hincapié el periódico estadounidense es en la construcción y la expansión de las bases rusas en el Ártico. "Rusia está reinvirtiendo en sus bases en el Ártico: la construcción de unas nuevas, la ampliación de las antiguas y el despliegue de personal para operarlas", explica el medio agregando que estos esfuerzos son impulsados en parte por el cambio climático, ya que el país "busca explotar y defender las rutas comerciales marítimas y los recursos de petróleo y gas natural en las zonas más accesibles por el derretimiento del hielo".
Por otro lado, el presupuesto militar de Rusia "ha ido creciendo constantemente", señala la publicación resaltando sobre todo "un aumento de casi 11 millones de dólares de 2014 a 2015".
Otro punto analizado por el periódico son los "ejercicios militares a gran escala", incluidas las maniobras sin previo aviso. "Estos esfuerzos sirven como entrenamiento de combate para las tropas y como una demostración de fuerza militar al mundo", sostiene 'The New York Times'.
El medio menciona también el aumento de los casos de incidentes fronterizos que involucran aviones militares rusos, recordando, en particular, el derribo del cazabombardero ruso Su-24 por un caza turco F-16, incidente sobre el que Rusia afirma tener todas las pruebas que permiten confirmar que el Su-24 no violó el espacio aéreo de Turquía.
Los autores señalan además que Rusia está utilizando su Ejército en conflictos militares en los territorios de otros países, como es el caso de Siria, donde la Fuerza Aérea rusa está llevando a cabo un operativo antiterrorista.
Finalmente, el análisis de 'The New York Times' incluye la modernización del equipo militar ruso. "El país está comprando, actualizando y desarrollando su equipo militar, con la intención de modernizar el 70% de sus Fuerzas Armadas para 2020", sostiene el artículo.
El teniente general Alexander Leónov, jefe de las fuerzas de defensa antiaérea de Rusia, declaró que según el programa de desarrollo hasta el año 2020, nuevas armas en servicio del Ejército ruso serán capaces de repeler los ataques de todos los sistemas de ofensiva aérea, incluyendo los hipersónicos, informa Ria Novosti.
"Una de las direcciones principales para el desarrollo de las tropas de defensa antiaérea hasta el año 2020 es la elaboración de las armas y técnica militar de la siguiente generación, diseñadas para afrontar las amenazas de cualquier tipo de sistemas de ataque aéreo, incluyendo los sistemas a base de las tecnologías hipersónicas".
Leónov destacó que la ciencia e industria militar ya están diseñando ejemplares de armas y técnicas para las fuerzas de defensa antiaérea. Anteriormente, se dio a conocer que Rusia está elaborando un nuevo sistema de artillería antiaérea prometedor de calibre 57 mm para sustituir los sistemas Tunguska y Shilka.