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02.03.2016

El Papa afirmó: “lo que se está viviendo en Argentina es parecido a lo que sucedió en 1955”.

Luego de su encuentro con el patriarca ortodoxo ruso, Krill, en el aeropuerto “José Martí” de La Habana, el pasado 12 de febrero, donde firmaron un documento de 30 puntos que entre otros conceptos condena el “terrorismo” en general, sin entrar en la desviación ideológica que llevan adelante Estados Unidos e Israel, que utilizan el mote “islámico” como un adjetivo calificativo de esta aberrante práctica, y tras su gira por México, que se desplegó entre los días 12 y 16 de este mes -donde, según un informe de la Conferencia Episcopal Mexicana, 10.5 millones de personas en total participaron de las distintas actividades realizadas por el Santo Padre-, el Papa Francisco mantuvo durante una hora una audiencia privada en el Vaticano el pasado 23 de este mes -sólo cuatro días antes de su encuentro con el presidente argentino-, con Guillermo Robledo, presidente del Movimiento Helder Cámara por la Paz entre las Religiones y los Pueblos, y Eduardo “Vasco” Murúa, presidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), trabajador de la mítica fábrica recuperada IMPA, ubicada en el barrio de Caballito y miembro de la dirección nacional de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

Durante el encuentro, y según afirmó el “Vasco” Murúa, en referencia a la actual coyuntura política que se vive en nuestro país, el Papa afirmó: “lo que se está viviendo en Argentina es parecido a lo que sucedió en 1955”.

Recordemos que el 16 de junio de ese año, aviones de la Armada Argentina bombardearon la Plaza de Mayo y sus alrededores, asesinando a más de 300 civiles, en una clara acción terrorista por parte de sectores de las fuerzas armadas, la Iglesia Católica y distintos partidos políticos, que se confabularon para derrocar al gobierno democrático de Juan Perón, acto que se concretó el 16 de septiembre de ese mismo año por parte de los dictadores Pedro Eugenio Aramburu e Issac Rojas, que al poco tiempo de asumir el poder impusieron la ley Nº 4161, que prohibía nombrar a Perón y a Evita, utilizar sus fotos, decir “peronismo”, “peronista”, “justicialista”, “tercera posición”, y /o cantar la marcha peronista, bajo pena de encarcelamiento.

Días después de este encuentro en el Vaticano, y durante una entrevista realizada en el programa radial "Desde el barrio", que se emite por Radio Gráfica, Guillermo Robledo indicó que tuvieron “una audiencia privada con el Papa Francisco que fue muy rica en cuanto a su contenido”, y afirmó: “El Papa se mostró muy preocupado por la situación en Argentina respecto a la actualidad social, la represión y la política económica”.

Durante ese mismo programa de radio, tanto Robledo como Murúa coincidieron en afirmar que el Pontífice “tiene el mismo diagnóstico, la misma preocupación que tenemos todos los argentinos, y en particular los movimientos populares, por las políticas puestas en práctica por el gobierno”.

A los cuatro días de llevarse a cabo este encuentro con trabajadores de empresas recuperadas argentinas, que duró una hora; el Papa Francisco, que además de ser la representación más importante del universo católico en nuestro planeta, se transformó en los últimos tiempos en el único líder mundial que alza una voz distinta y alternativa a los intentos impuestos desde una acción de guerrilla semiológica, que pretende naturalizar la pobreza y la exclusión como una “acción inevitable” de estos tiempos, recibió al presidente argentino Mauricio Macri y a su comitiva, en la Biblioteca del Palacio Apostólico, donde sólo se sentaron durante escasos veintidós minutos (convirtiéndose en la audiencia más breve que el Pontífice mantuvo, hasta ahora, con un presidente), donde se destacó la inmensidad de un escritorio de gruesas patas y fría y robusta madera que los separaba, donde, a la izquierda del mismo, un hombre vestido de blanco crecía en estatura, mientras que a la derecha, su visitante, vestido con un costoso traje, se empequeñecía hasta que su efímera voz resultó inaudible