Nueva esclavitud: Europa se opone a la zona transatlántica

20.09.2016
Dependencia para el continente

Desde el verano de 2013, la Unión Europea y los Estados Unidos están manteniendo difíciles negociaciones sobre el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP). Washington había planeado culminarlas antes de que finalice el período presidencial de Barack Obama, pero la posición de algunos políticos europeos y figuras públicas, ha impedido que estos planes se realicen. El acuerdo consiste en la creación de la mayor zona de libre comercio, con un mercado de consumo de unos 820 millones de personas. Además de los Estados Unidos y la UE, en el proyecto deben ser incluidos Canadá, México, Suiza, Liechtenstein, Noruega, Islandia, y una serie de países que planean unirse a la Unión Europea.

Canibalismo común

De hecho, este acuerdo constituye el sometimiento económico de Europa a los Estados Unidos. La antigua colonia del Viejo Mundo tiende ahora a actuar como colonizadora de los pueblos y los estados europeos. Al firmar este tratado, Washington planea retrasar el colapso de su propio sistema económico, y como los recursos y los mercados de Europa quedarán bajo el control total de las élites financieras de Estados Unidos, esto permitirá a corto plazo estimular el crecimiento económico y la actividad especulativa. Al mismo tiempo, los productores europeos sufrirán daños irreparables, perderán su competitividad y lo más probable es que también serán muy dependientes del gran capital estadounidense.

Protestas a todos los niveles

Las negociaciones y la posible firma de este acuerdo, están provocando un gran resentimiento entre un amplio espectro de ciudadanos de los países europeos. Si hasta ahora la UE era dependiente de los Estados Unidos, sobre todo políticamente, después de firmar el TTIP, todos los Estados participantes se convierten en mercados y colonias de nuevo formato. En contra de la firma del acuerdo están también los representantes de las principales empresas europeas que no están interesadas ​​en perder su posición en los mercados globales y locales.