El anuncio del acuerdo entre Rusia y los Estados Unidos se hizo público el viernes, después de las conversaciones entre el canciller ruso, Serguei Lavrov, y el secretario de Estado, John Kerry. La historia de todos los acuerdos anteriores de este tipo demuestra su fracaso fatal. Por lo general, los islamistas, apoyados por los Estados Unidos, utilizan estos respiros temporales para re-equiparse y reclutar personal, con el fin de renovar posteriormente las hostilidades.
La amenaza de captura de Alepo por las fuerzas del gobierno sirio, ha obligado a los Estados Unidos a impulsar este acuerdo que será utilizado para fortalecer las posiciones de los islamistas. Además, el gobierno de Obama intentar presentar a los ciudadanos estadounidenses este acuerdo como un "logro" de su política en Siria.
A pesar de las afirmaciones sobre la tregua, los enfrentamientos continúan en Alepo y en el sur de Siria. Los radicales islámicos continúan atacando a las fuerzas gubernamentales y a los civiles. En este momento, a la oposición siria se le presentó una condición prácticamente imposible: disociarse del anterior "Frente Al-Nusra" (ahora "Jabhat Fateh al-Sham"). Dado el hecho de que todos los islamistas están cooperando con esta organización terrorista, son objetivos legítimos para la aviación rusa. A su vez, ya que entre la oposición siria no existe una estructura unificadora, no está claro quién representará a esta parte en la tregua.