La paz en Donbass nunca ha estado más cerca que hoy día

25.07.2019

La mayoría parlamentaria que el partido “Servidor del Pueblo” del nuevo presidente ucraniano Zelensky acaba de obtener en las últimas elecciones legislativas del país significa que la paz en Donbass nunca ha estado más cerca, pero solamente siempre que Kiev esté dispuesto a hacer un difícil compromiso político con Moscú, lo cual de seguro perturbará a sus patrocinadores occidentales, a menos que la “Nueva Distensión” termine salvando la situación.

El híbrido Obama-Trump

El nuevo presidente ucraniano, Zelensky, ha sido comparado con el presidente de EEUU, Trump, en muchos aspectos, ya que ambos líderes son populistas sin experiencia política que entraron en el cargo debido a una ola de descontento anti-élite de las masas, pero también podría tener un poco del ex-presidente Obama si renuncia a la política exterior tradicional de su país para enfocarse más en asuntos internos. Su partido “Servidor del Pueblo” acaba de obtener una mayoría parlamentaria en las últimas elecciones legislativas del país, lo cual sucede por primera vez en la historia posterior a la independencia de Ucrania. Esto habla del deseo popular para reestructurar su Estado de manera fundamental, de ahí el mandato sin precedentes que le dieron a Zelensky a pesar de la campaña de noticias falsas para infundir temor respaldada por los oligarcas ucranianos y sus partidarios extranjeros los cuales alegan que tal escenario llevará a que Ucrania “se venda” ante Rusia.

La “estrategia de salida” antifascista de Putin para Donbass

Tal histeria se debe a las preocupaciones que los patrocinadores occidentales de Kiev tienen de que Zelensky haga un compromiso políticamente difícil con el Presidente Putin sobre los problemas interconectados de Crimea y Donbass, algo en lo que Moscú podría estar seriamente interesado según ha señalado en los últimos meses. A diferencia de la manera en que mucha gente en la Comunidad Mediática Alternativa (Alt-Media Community) lo interpretó en aquel momento, el anterior decreto de Putin que facilitaba la adquisición de la ciudadanía rusa por parte de los residentes de Donbass no pretendía ser un pretexto para una intervención más musculosa de “Seguridad Democrática” con la que defender la voluntad popular de la región, sino que funciona como una “estrategia de salida” antifascista para los lugareños que temen las consecuencias de permanecer en la región en el caso de que Moscú haga un acuerdo con Kiev por el cual se reintegre pacíficamente la región en Ucrania. Si Rusia hubiera querido realmente que Donbass fuera independiente o se uniera con la Federación como lo hizo Crimea, ese resultado ya se habría materializado hace años, pero nunca lo hizo porque Moscú no tenía la voluntad política para hacerlo.

Cálculos maquiavélicos

Este fue un cálculo maquiavélico que sigue siendo controvertido entre los “Pro-Rusos No Rusos” (NRPR) hasta el día de hoy, por no hablar de los sentimientos que los rusos también tienen hacia esto. La visión de guía parece haber sido la utilización del conflicto en Donbass como la puerta de entrada para avanzar en el escenario de la federalización completa de Ucrania, que Kiev consideraba una conjura sombría para debilitar la unidad nacional, mientras que Moscú dio a entender que podría ser la única forma para retener lo anteriormente mencionado en medio de la caja de Pandora de conflictos de identidad que surgieron en el país desde que el EuroMaidan desembocó en ascenso al poder de los radicales fascistas. Sea cual sea la verdad, el hecho es que Rusia se negó a arrojar todo su peso militar en la liberación de Donbass a pesar del apoyo de bajo nivel reportado que proporcionó a las dos repúblicas a lo largo de los años, sugiriendo que Moscú siempre quiso alcanzar un acuerdo en esta región a diferencia de su enfoque con una Crimea mucho más importante en lo geoestratégico y lo militar.

Hora de hablar

Ahora ha llegado el tiempo de que Ucrania decida si querrá reintegrarse en algún momento con Donbass como compensación que recorte sus pérdidas con Crimea o si preferiría que Donbass permaneciese indefinidamente en un conflicto congelado. Aunque Zelensky ha dicho que nunca aceptará reconocer la reunificación de Crimea con Rusia, eso no significa que no pueda ser convencido para apartar la mirada y decidir pragmáticamente que la región siga siendo un “conflicto congelado” en las mentes de los ucranianos, siempre y cuando restablezca el control de Kiev sobre Donbass. Su mayoría parlamentaria posiblemente podría envalentonarlo para hacer el compromiso políticamente difícil de “trocar” de facto Crimea por Donbass, o en otras palabras, ignorar las demandas de su gente de “retornar” Crimea a Ucrania distrayéndoles con una “victoria” en Donbass en su lugar, lo cual sería la implementación de la mayoría (pero probablemente no todas) de las estipulaciones de los Acuerdos de Minsk a cambio de que Rusia reduzca y en último lugar retire de allí a todos sus presuntos “agentes de influencia”.

¿La “nueva distensión” salvará la situación?

Este es el escenario más realista para llevar finalmente la paz a Donbass, pero indudablemente perturbará a los patrocinadores occidentales de Ucrania que podrían no querer ver a Kiev y Moscú nuevamente en la misma página. Sus relaciones nunca volverán a ser lo que eran antes del EuroMaidan, al menos no en el corto plazo, pero lo mejor que puede pasar es que utilicen el acuerdo pragmático propuesto en Donbass como un medio para catalizar un acercamiento más amplio, aunque sea uno que nunca alcanzará el nivel de una “reconciliación” real ya que Crimea siempre permanecerá incómodamente en segundo plano. Es imposible que Ucrania vuelva a recuperar jamás el control de la península, y de ninguna manera Rusia toleraría ninguna agresión contra sus ciudadanos que votaron democráticamente reunificarse con la Federación, pero también es igualmente imposible que Kiev abandone jamás sus reivindicaciones sobre Crimea. Así pues, el mejor de los casos es el mencionado anteriormente, uno que incluso podría ser sutilmente alentado por los Estados Unidos como una “recompensa” a Rusia por cualquier progreso que Moscú haga para alcanzar una “Nueva Distensión” en un futuro cercano.

Traducción española para Geopolitica.ru,
fuente original: https://eurasiafuture.com/