Siria: ¿en vísperas de un reparto sangriento?

Los kurdos sirios están exigiendo la federalización de Siria. Así lo aseguraron el miércoles los representantes de los partidos kurdos. Contra esta idea están los representantes de Damasco y la oposición siria. Anteriormente, el canciller de asuntos exteriores de Siria, Walid Muallem, se ha opuesto a los planes para la federalización del país. El representante de la oposición interna siria, conocido como el "Grupo Hmeymim", Ilian Mas'ade, dijo que el país necesita la descentralización pero no la federalización. Los adversarios de la federalización temen que esta política desemboque en la desintegración real del país.

¿Quién se beneficia de la federalización?

En el contexto de una guerra inacabada y con el control de varias regiones del país por parte de los señores de la guerra locales, que se unen en alianzas vinculadas a potencias extranjeras, la federalización significaría poco más que una partición neocolonial de Siria en zonas de influencia. Desde este punto de vista, la partición de Siria beneficia sobre todo a Israel. Siria, como entidad hostil geopolíticamente al llamado estado judío, desaparecería para siempre del mapa de la región. Los Estados Unidos obtendrían también una ventaja tratando de hacerse un hueco en el Kurdistán sirio. Turquía, que entró en el conflicto sirio con el objetivo de partir Siria en zonas de influencia, se vería obligada a hacer frente a los Estados Unidos y luchar por la influencia en el Kurdistán, y contra las monarquías del Golfo Pérsico para poder influir en las regiones sunitas de Siria. Si los poderes islámicos se enfrentan entre sí, los actores externos sacarán provecho, en primer lugar, los Estados Unidos e Israel.

Rusia puede obtener algún beneficio de este escenario en el corto plazo, ya que al menos maniene su influencia sobre la parte occidental de Siria y las bases militares. A largo plazo el panorama no es tan bueno, porque se le privará de un aliado importante, y después de la partición de Siria, la caotización de la región inevitablemente conducirá a un aumento del radicalismo islámico, también en la propia Rusia.

Sin duda, todo esto es malo para Irán: la autonomía kurda y sunita desgarraría la llamada "media luna" chiíta y privaria a Irán del acceso al Mediterráneo a través de los territorios de Siria e Irak bajo control, in sunita y kurdo, incluso en el caso de una vitoria sobre el "Estado Islámico".

El factor kurdo

Los Estados Unidos están trabajando activamente tanto con los kurdos sirios como con los kurdos iraquíes, apostando por el nacionalismo kurdo, que va en aumento. Al mismo tiempo, los estadounidenses no confían en la unidad de los kurdos, comprendiendo el papel de los clanes internos, regionales, y otros conflictos entre los grupos kurdos. Actualmente, Rusia también está tratando de ganarse a los kurdos, pero es poco probable que estos abandonen su estrategia orientada hacia los Estados Unidos. Al llegar a conseguir un punto de apoyo en las regiones kurdas, en una zona donde convergen las regiones fronterizas del Levante (Mediterráneo del Medio Oriente), Irak, el Cáucaso del Sur, y también Turquía e Irán, los Estados Unidos, trabajando activamente con los kurdos e Israel, podrán, tanto directa como indirectamente, aumentar su impacto en estas regiones y países.

El Gran Oriente Medio

La partición de Siria puede convertirse en el disparador de un proceso de desfragmentación de otros estados nación en la región. En la agenda está en persepectiva la desintegración del Líbano, Yemen, Arabia Saudita, Jordania. La desintegración de Irak se hará irreversible. Se reforzarán las tendencias separatistas en Irán. Las etnidades federales recién surgidas en Siria continuarán las guerras entre sí, debido a que es imposible establecer fronteras claras entre los diferentes grupos y tribus entremezcladas. La limpieza étnica y religiosa solo aumentará, continuará y crecerá primero en Siria, y más tarde en todo el Oriente Medio.

Se producirá la radicalización inevitable de las entidades estatales sunitas. De todo ese caos saldrá ganador el ISIS y otros grupos radicales ya que sus oponentes serán neutralizados y no podrán oponer resistencia.

La crisis migratoria se intensificará. También se verá un cambio en el equilibrio demográfico de Europa. Así, atrapada en sus problemas internos, Europa no tendrá el potencial para ser un rival geopolítico de los Estados Unidos.

Todo esto encaja perfectamente con el paradigma estadounidense-israelí del "Gran Oriente Medio", que supone una partición de la región mediante fronteras étnicas y religiosas. Este plan se hizo famoso gracias al coronel de los EE.UU. Ralph Peters, pero mucho antes esta idea fue defendida por el analista militar israelí Oded Yinon.

¿Qué es lo que pretenden los Estados Unidos e Israel?

Los planes para la federalización de Siria se están discutiendo en la comunidad de expertos estadounidenses. A favor de esta opción están Henry Kissinger y el Presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, el globalista Richard Haas. El objetivo de los estadounidenses es sumir a la región en el caos global, para evitar el fortalecimiento de Rusia e Irán, debilitar a Turquía para que sea menos independiente, y consolidar su papel de potencia regional indispensable para resolver cualquier problema en la zona.

Israel, por su parte, va a lograr el objetivo de debilitar a sus oponentes regionales. Grupos terroristas y pequeñas entidades étnicas y tribales sumidas en permanentes enfrentamientos entre sí, no suponen una grave amenaza para la seguridad de Israel, como los principales estados árabes en el pasado.