¿Quién no quiere paz en Afganistán?
Los Talibanes declararon que no tomarían parte en las rondas de paz separadas por representantes de Afganistán, Pakistán, China y los Estados Unidos, hasta que termine la ocupación extranjera del país. El futuro proceso de negociación en Afganistán es pospuesto por tiempo indefinido.
Afganistán siempre ha sido una región altamente importante en términos de geopolítica durante dos siglos, guardando las vías que enlazan el Heartland (Corazón de la Tierra), con el Hindustán y el océano índico.
La división dentro de los talibanes.
Akhtar Mohammad Mansoor fue elegido como Nuevo líder de los talibanes en julio de 2015, después de que los rebeldes confirmaron la muerte de su anterior líder, Mullah Omar. Su nombramiento provocó una división interna dentro del movimiento. Fue acusado de enlaces con los servicios de inteligencia pakistaníes. Sin embargo, la mayoría de los líderes talibanes estaban conectados con las fuerzas de seguridad pakistaníes.
Fuentes en los círculos talibanes dicen que los representantes talibanes en oriente medio, primero de todo en Qatar, no apoyan la candidatura de Mullah Mansour. Los representantes en Qatar de los talibanes también rechazaron las negociaciones entre los talibanes y los representantes del gobierno talibán oficial que fueron mantenidas en Islamabad en julio de 2015.
Al mismo tiempo, la rama más radical de los talibanes, también rechazó la vía de las negociaciones, se han re-etiquetado como ISIS, e iniciaron el conflicto contra sus antiguos hermanos de armas.
El líder talibán Mullah Akhtar Mohammad Mansour mostró su apoyo hacia una estrategia orientada más hacia el continente. Previamente hizo una declaración sobre la necesidad de la retirada de todas las tropas extranjeras de Afganistán, sin excepción, y la abolición de los acuerdos de seguridad con los Estados Unidos, para el establecimiento de la paz en Afganistán.
En otra parte de su declaración, el nuevo líder talibán dijo que el movimiento no representa una amenaza para los vecinos países del norte, y que los antiguos países del Asia central soviética no deberían preocuparse sobre este tema. Esta fue la primera declaración oficial de Mullah Mansour desde que asumió la jefatura de los talibanes.
El representante especial del presidente ruso en Afganistán, Zamir Kabulov, confirmó que tienen vías de comunicarse con el nuevo liderazgo talibán. Rusia también disminuyó el nivel de críticas contra el movimiento rebelde.
China continua viendo a los talibanes como una fuerza política, y continua promoviendo negociaciones directas con ellos. Mantiene lazos con el liderazgo talibán mientras que al mismo tiempo el ISIS queda abiertamente hostil a Beijing.
El interés de las potencias externas.
Hay una disputa interna dentro de los talibanes, así como contradicciones internas entre el poder establecido afgano y pakistaní, en relación a poderes externos (EEUU, Qatar, Turquía, Rusia, y China).
Al igual que con Siria, Qatar apoya a los islamistas más radicales en Afganistán. La rama afgana del Estado Islámico opera para los intereses de Qatar. Este país de oriente medio está interesado en la desestabilización general de la situación, previniendo la construcción gaseoductos en la dirección Pakistán, India y China (el gaseoducto de la “paz” desde Irán y Turkmenistán a través de Afganistán y Pakistán). Los intereses de Doha en este punto, coinciden con los intereses de Ankara que busca reorientar los flujos de gas tanto desde Turkmenistán como desde Irán.
Los EEUU están interesados en la continuación de la inestabilidad en Afganistán, mientras tanto, Washington está apoyando los procesos de negociaciones con palabras, en la realidad apunta a descarrilarlos. La estabilización puede hacer más realizables ciertos proyectos, algunos de estos pueden disminuir la influencia americana e incrementar la rusa y china.
China quiere construir una nueva línea de la “nueva ruta de la seda” a través de Pakistán, Afganistán e Irán. Este proyecto contradice directamente los planes de EEUU para contener a China y continuar presionando sobre Irán y controlar la región en conjunto.
Rusia también planea construir un oleoducto hasta la India a través de Afganistán y Pakistán. Esto indica el crecimiento de la influencia rusa en la región con acceso a la zona del océano índico. El proyecto de la integración económica meridional, impide directamente la vieja estrategia atlantista hacia Rusia.
La disputa dentro de los talibanes refleja el choque de poderes externos, que intentan usarlos en los intereses de sus propias estrategias geopolíticas. En esta batalla, el poder establecido pakistaní está dividido: Una parte continúa la vieja estrategia atlantista pro-americana (entre los cuales hay muchos oficiales del servicio secreto pakistaní), y otro intenta tomar un nuevo rumbo orientado hacia el fortalecimiento de los lazos con China y Rusia, y el desarrollo de proyectos mutuamente beneficiosos.