Hezbollah: Washington no combate al Daesh, sólo lo mueve
La sangre de los yemeníes arrastrará a Arabia al abismo de la historia”, advirtió el número uno de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, que participó en persona en la novena noche de conmemoración de Ashura, celebrada en la Sala de Sayyed al Shuhada (El Señor de los Mártires), en el Suburbio del Sur de Beirut.
He aquí las principales ideas de su discurso
Agradezco a todos aquellos que han trabajado en estos últimos días y noches para defender los barrios y localidades donde se han celebrado estas conmemoraciones de Ashura: el Ejército libanés, los servicios de seguridad y los hermanos y hermanas de Hezbolá, del movimiento Amal y otros.
Esta noche está consagrada generalmente a cuestiones regionales y libanesas teniendo en cuenta que lo que ocurre en la región tiene un impacto en el Líbano.
Esta noche voy a concentrarme en la situación en Siria, en Yemen y en el Líbano. Mañana abordaré la cuestión de Bahrein y otros temas.
Con respecto a la coyuntura general actual, ella es diferente de la que era anteriormente cuando se hablaba de compromisos políticos en Yemen o en Siria y se producían encuentros en Kuwait y en Viena y reuniones entre los rusos y los norteamericanos.
Ahora, todo ese proceso, más bien optimista, se han caído. Las negociaciones de Kuwait han fracasado como también lo han hecho las de Viena y las protagonizadas por Rusia y EEUU.
Y posteriormente a ello, la atmósfera se ha vuelto tensa.
Los combates ha llegado a su plenitud en Siria y en Yemen, donde la situación ha alcanzado el grado de paroxismo con la masacre horrible cometida en una sala de Sanaa. La tensión entre Iraq y Turquía, la tensión entre Arabia Saudí y Egipto y la tensión entre Rusia y EEUU hacen que el escenario que vemos ahora sea un escenario de tensiones y de escalada.
Siria
Desde hace varias semanas y con el acuerdo entre EEUU y Rusia sobre un cese el fuego pareció que se pudiera abrir una vía política. Sin embargo, EEUU se retiró rápidamente del acuerdo, puesto que en este último estipulaba la distinción entre el Frente al Nusra y otras milicias, lo que habría permitido precisar las regiones de despliegue de los grupos terroristas, de tal forma que ellos se hubieran convertido en el objetivo de los bombardeos rusos.
Esto podría haber preparado el terreno para un proceso político de reconciliación en Siria.
EEUU se retiró porque ellos descubrieron que esta separación era imposible, porque la relación entre el Frente al Nusra y los otros grupos armados era demasiado estrecha o quizás porque descubrieron que al debilitar al Frente al Nusra debilitarían a los grupos que ellos apoyan, de tal forma que ya no podrían ayudar más a EEUU a imponer sus condiciones.
¿Adónde vamos?
Está claro que la Administración norteamericana y sus esbirros en la región van a continuar apoyando a los grupos armados en Siria para que ellos prosigan los combates.
Con respecto al EI, EEUU tienen un proyecto que la Sra. Clinton evoca claramente: reunirlos en el Este de Siria, en Raqqa y Deir Ezzor, hasta la frontera jordano-iraquí, es decir a lo largo de la frontera sirio-iraquí.
Ellos hicieron esto durante la batalla de Faluya y de Anbar, cuando EEUU abrió vías de escape para los miembros vencidos del EI para que se dirigieran a Siria. Ellos harán lo mismo durante la batalla de Mosul.
Yo pongo en guardia sobre esto a las autoridades iraquíes.
Otro signo a destacar: los ataques norteamericanos contra las posiciones del Ejército sirio en Deir Ezzor, que no tuvieron nada que ver con un error, sino que tenían como fin el de cambiar la situación en esta región a fin de vaciarla de todas las posiciones del Ejército sirio y entregar la provincia y su capital al EI.
La presencia del EI en el norte de Alepo no tiene tampoco ninguna importancia para EEUU.
En Idleb y en Alepo, EEUU permite la continuación de las entregas de armas al Frente al Nusra, que estuvo implicado en los atentados del 11-S.
¿Por qué esta generosidad con este grupo terrorista? Porque ellos no han acabado de explotarlo en Siria al servicio de sus objetivos.
Cuando algunas cláusulas del acuerdo entre EEUU y Rusia se hicieron públicas, los primeros que las contestaron fueron los israelíes, que dijeron a EEUU que iba a dejarlos solos.
En consecuencia, no hay una solución política a la vista a corto plazo.
¿Qué hace falta hacer?
Lo que hace falta hacer ahora es resistir y persistir con firmeza en los campos de batalla.
Hace falta actuar para mejorar la situación sobre el terreno y abrir un nuevo horizonte político.
Todos aquellos que defienden a Siria y al eje de la resistencia aspiran a una solución política y no al derramamiento de sangre. Pero aquellos que torpedean las soluciones, ya sea EEUU, los saudíes y otros estados quieren imponer condiciones imposibles.
Arabia Saudí vincula la solución del conflicto de Yemen al mantenimiento de un presidente cuyo mandato ha expirado mientras que en Siria, ella exige la salida del poder de un presidente que fue reelegido y cuyo mandato no ha concluido.
Ellos rechazan incluso que él pueda presentar su candidatura a unas elecciones. Intentan imponer condiciones previas como el rechazo a un candidato.
Su objetivo no ha sido nunca la democracia ni las elecciones libres, ya que esta gente no conoce ni la democracia ni las elecciones.
Ellos quieren que Siria caiga definitivamente, pero ella continuará siendo la cabeza y el corazón del eje de la resistencia.
Eso es por lo que ellos rechazan las soluciones políticas.
Los países del Golfo rechazan esta solución y un proceso electoral sin condiciones que respete la voluntad del pueblo sirio.
Hace falta continuar vinculado y actuar en favor de una solución política.
Hace falta no olvidar el lado humanitario: encaminar todo tipo de ayuda a las regiones sirias siniestradas.
Permitidme recordar la tragedia de las localidades (lealistas) de Fuaa y Kefraya, que han estado asediadas durante un largo período de tiempo y que sufren una penuria de todos los productos de primera necesidad.
El gobierno sirio ha estado siempre abierto a una solución para esas dos localidades, pero los grupos armados y los estados que les apoyan la rechazan.
Saludamos la resistencia de la población, los civiles y los combatientes de Fuaa y Kefraya y les decimos que nunca os olvidaremos y actuaremos para hallar una solución definitiva a vuestro caso.
Hemos visto en Siria los más feroces combates sanguinarios y no sólo contra las fuerzas regulares sino entre los miembros de un mismo grupo armado: entre ellos los de Al Qaida que están divididos y cometen los peores crímenes y los más horrendos unos contra otros.
Hemos visto en la Guta Oriental (de Damasco) un duro combate entre el Yaish al Islam y otros grupos y ha habido cientos de muertos y millares de heridos en estos choques y la Guta continúa dividida.
En Alepo, en Idleb, en Arsal (Líbano) los combates fraticidas e intestinos se producen cotidianamente entre los grupos armados y entre Ahrar al Sham y el Yund al Aqsa últimamente.
Yo digo al pueblo sirio: si hubieseis entregado Siria a esta gente y si la dirección siria y el Ejército sirio no hubieran resistido, habríais vivido combates interminables entre grupos que no saben más que calificarse unos a otros de “apóstatas” y matarse entre sí.
Habríais vivido la misma experiencia que la de Afganistán, que fue infiltrado por el pensamiento wahabí takfiri. Los grupúsculos se entregaron a combates intestinos allí que no han acabado hasta nuestros días. Allí donde este pensamiento se infiltra no hay ya ni Estado, ni desarrollo ni democracia ni elecciones ni economía ni industria ni agricultura… No hay más que conflictos y matanzas.
Todo el mundo debe tomar sus decisiones a la luz de estas realidades.
Yemen
Hubo un ataque contra una sala que no era un posición militar. Un avión la bombardeó con premeditación creyendo que había un gran número de dirigentes militares y políticos a los que los saudíes querían eliminar. Querían matar al mayor número posible de personas.
En Yemen, hay una guerra que dura desde hace un año y medio. El régimen saudí ha cometido un error histórico cuando creyó que podía terminar y triunfar en esta guerra en varias semanas. Esto es debido a su mentalidad arrogante y altanera. Ellos creían que los yemeníes iban a capitular cuando les declararan la guerra. Esto fue un grave error de diagnóstico.
Arabia Saudí llevó a cabo en Yemen una guerra sin piedad. Nada fue respetado: ni los hospitales, ni las escuelas, ni los mercados ni las ciudades ni los pueblos ni los edificios residenciales ni los vestigios históricos, sin olvidar el gran número de muertos y heridos. Sin embargo, los yemeníes resistieron a pesar del silencio cómplice del mundo entero
¿Cuál es ahora, pues, la solución de Arabia? Ella no tiene ninguna. Lo ha probado todo y ha fracasado. Ya no tiene más opciones.
No hay otra solución que la política.
Eso es por lo que los saudíes fueron a Kuwait, pero allí también hicieron frente a una resistencia encarnizada de los yemeníes, que rechazaron sus condiciones de sumisión y plegarse a sus exigencias.
Hoy en día, con el ataque a la sala, vemos que el número de heridos graves es de 600 y los saudíes impiden su evacuación al extranjero y que médicos y sistemas médicos acudan a Sanaa para atenderlos.
Esperemos que esta masacre se transforme en un medio para poner fin a esta guerra. Arabia no tiene ninguna oportunidad de ganarla y la sangre yemení acabará por triunfar.
La insistencia de Arabia Saudí no sólo va a hacerle perder la guerra en Yemen, sino que acabará por arrastrarla a ella misma hacia el abismo.
Arabia Saudí gastó miles de millones de dólares y realizó grandes esfuerzos políticos, mediáticos y diplomáticos para intentar crear una imagen positiva del reino en el mundo y presentarse como un socio regional exitoso.
¿Qué queda hoy de eso?
Hoy el mundo entero ha despertado y es cada vez más consciente de que todo el terrorismo en el mundo procede de la ideología y de los fondos saudíes.
¿En qué estado está su economía y adónde han ido a parar miles de millones de dólares de sus reservas?
Incluso aquellos fondos que guardan en los bancos podrían perderse en función de la nueva ley norteamericana.
A esto me gustaría decir: sois incapaces de defenderos frente a los empobrecidos yemeníes.
Sus amigos (del régimen saudí) deberían aconsejarles que dejen de hacer correr la sangre de los yemeníes o, en caso contrario, esta sangre les arrastrará hacia el abismo de la historia.
Líbano
A nivel nacional, durante estos últimos años e incluso hoy podemos decir que todos nosotros, en tanto que libaneses, debemos actuar para salvaguardar la seguridad y la estabilidad del Líbano. Hace falta asegurarse con seriedad de que este compromiso sea respetado por todos los libaneses y todos aquellos que vivan en el país: los extranjeros, los refugiados etc.
Los libaneses han logrado, sea cuales sean sus divisiones políticas en relación a los temas internos, preservar esta seguridad.
Parece existir una voluntad internacional de que la situación no se deteriore en el Líbano debido al impacto que una desestabilización tendría en todo su entorno, incluyendo en Europa, que se vería entonces obligada a recibir más refugiados.
Hace falta mostrar todo el apoyo al Ejército libanés y a las diferentes fuerzas de seguridad.
En el plano político parece que el país vive un desarrollo positivo desde hace algún tiempo con respecto a la elección presidencial. Existe un cambio en la actitud del líder de la Corriente del Futuro, Saad Hariri, que ha anunciado que quiere declarar su apoyo a la candidatura de Michel Aoun. Éste es un hecho positivo dado que apoyamos toda evolución política en esa dirección.
Hace falta dar prioridad a la activación de la acción del gobierno. Hace falta que todos vuelvan al gabinete y respeten su programa y el partenariado.
Hace falta actuar con seriedad para abrir las puertas del Parlamento y legislar de nuevo, ya que numerosos temas dependen de esto.
En relación a la Presidencia, Hezbolá adoptó desde el primer día una posición muy clara: el apoyo al candidato natural, el jefe de la Corriente Patriótica Libre, en tanto que gran partido que dispone de un importante bloque parlamentario.
Hemos sido objeto de presiones y propuestas seductoras para renunciar a apoyar al general Aoun desde hace un año. Se nos hizo la propuesta de respaldar como candidato a nuestro aliado, Sulaiman Frangiyeh. Pero hemos permanecido firmes en nuestro apoyo a Aoun.
Existe ahora un acuerdo entre la Corriente Patriótica Libre y el Futuro para que el general Aoun se convierta en presidente y Saad Hariri en primer ministro.
Los libaneses deben desplegar esfuerzos para el entendimiento y llevar a cabo encuentros dirigidos a implementar su decisión de elegir a un presidente, formar un gobierno de unidad nacional y preparar elecciones parlamentarias con el fin de reemprender un curso político normal.
Nosotros no esperamos nada de las evoluciones en la región. Ésa ha sido siempre nuestra postura y la mantendremos.
Traducido Por : Yusuf Fernandez
Al Manar