Consumado el golpe de estado neoliberal en Brasil
El Senado aprobó el proceso de impeachment contra la mandataria brasileña en la madrugada de este jueves con 55 votos a favor, 22 en contra y 1 abstención (de 78 de los 81 miembros del cuerpo colegiado).
En este período las autoridades brasileñas deberán buscar las pruebas que no fueron presentadas ni en la Cámara baja, ni en el Senado. Este hecho no impidió, sin embargo, que se aprobara el juicio político, un hecho que es considerado por distintos analistas como un golpe de Estado.
La acusación contra Rousseff es la supuesta violación de normas fiscales al presuntamente incurrir en maniobras contables "ilegales" para "maquillar" los resultados del gobierno en 2014 y 2015, modificar los presupuestos mediante decretos, acumular deudas y contratar créditos con la banca pública. Sin embargo, no se presentaron pruebas en su contra.
Michel Temer es ahora el presidente interino de Brasil, después de que el Senado aprobara con 55 votos la separación de la presidenta Dilma Rousseff del cargo por un período máximo de 180 días (lo que dure el juicio). El presidente interino de Brasil ha dicho que el "poder lo tiene el pueblo", después de que 55 votos del Senado bastaran para anular los de los 55 millones que eligieron a Rousseff como presidenta.
Este viernes en Río de Janeiro, numerosos movimientos sociales marcharán en rechazo al presidente interino y al golpe de Estado, después de chaber convocado una gran marcha para este 13 de mayo en contra del presidente interino Michel Temer. Ayer jueves también hubo manifestaciones en todo Brasil en rechazo al Gobierno de Temer, quien anunció que su gabinete que estará conformado por 21 ministros, 10 menos de los que tenía la mandataria Rousseff, y con la particularidad de que todos son blancos, en un país donde el 53,6 por ciento de la población es afrodescendiente. El gobierno interino de Temer también será el primero sin mujeres a cargo de los ministerios desde 1979.
Reacciones en el polo soberanista iberoamericano
Líderes de toda Iberoamérica han expresado su rechazo al golpe de Estado parlamentario en Brasil y han reiterado que Rousseff sigue siendo la presidenta constitucional.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció que detrás del golpe de Estado contra la presidenta brasileña Dilma Rousseff está involucrado Estados Unidos (EE.UU.): "Los Estados Unidos quieren impedir que en Latinoamérica continúen los gobiernos progresistas y revolucionarios elegidos democráticamente para bienestar de los derechos fundamentales del pueblo", indicó el mandatario.
El mandatario venezolano indicó que lo que vive actualmente su homóloga brasileña no es solo un golpe contra la democracia en ese país, sino que es una amenaza a la Celac, Unasur, y a todos los movimientos sociales y políticos que han creído en un proceso de inclusión en la región.
El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba denunció este jueves el golpe de Estado parlamentario judicial, disfrazado de legalidad, que se gesta desde el seno de la derecha brasileña.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) rechazó también este jueves el golpe de Estado parlamentario contra la presidenta de Brasil. A través de un comunicado, los países que integran la ALBA-TCP calificaron de fuera de lugar el juicio político que aprobó el Senado contra la presidenta legítima Dilma Rousseff: “Es una maniobra disfrazada de legalidad para apartarla de su cargo y desacreditarla a ella y al Partido de los Trabajadores (PT), sin que existan razones legítimas ni fundamentos jurídicos para ello”.
La organización denunció que sectores oligárquicos de Brasil, apoyados por los intereses imperialistas de las transnacionales y de grupos mediáticos, pretenden reinstaurar el neoliberalismo en la potencia económica de América Latina.
Uno de los analistas de Katehon opina al respecto:
Este intento de eliminar a Rousseff del poder y desacreditar al Partido de los Trabajadores fue iniciado por los Estados Unidos, con la ayuda de grupos liberales locales que tienen una fuerte presencia en Brasil.
El proyecto de Washington pretende dividir la unidad de Iberoamérica y designar a sus secuaces para los puestos clave en una serie de países. Anteriormente, la Casa Blanca aupó al poder a un nuevo presidente en Argentina, el liberal Macri, y organizó golpes contra los presidentes de Paraguay y Honduras, además de la presión y acoso financiero a Venezuela, y de otras maniobras contra Ecuador y Bolivia, por ejemplo.
Katehon