El colapso de la Unión Soviética cambió el equilibrio de poder internacional. El mundo bipolar fue sustituido por un mundo unipolar, lo que afectó a la situación de los medios de comunicación, dominó la agenda liberal y, en consecuencia, los medios liberales se hicieron firmemente con el control de la agenda informativa mundial.
El Servicios Exterior de Inteligencia de Estonia publicó un informe en el 2020 que tenía como objetivo informar al público acerca de las posibles amenazas que podía enfrentar Estonia y de las medidas de seguridad que se debían tomar. Unas 80 páginas del informe están dedicadas a Rusia y los intereses que tiene este Estado frente a los demás países (1). Los otros países que se mencionan son China y Bielorrusia. El informe dedica unas 10 páginas a China y finaliza su análisis haciendo una descripción general de las implicaciones de la cooperación entre Rusia y China; lo mismo sucede con varias páginas que están dedicadas a los acontecimientos ocurridos en Bielorrusia.
Estonia y Polonia presentaron sus programas de política exterior, ambos basados en doctrinas rusofóbicas.
Según la encuesta realizada recientemente y encargada por las Fuerzas de Defensa de Estonia, la mayoría de los ciudadanos no cree en la fiabilidad de la asociación con la OTAN.
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