World Economic Forum (WEF) de Davos

30.01.2018

En la semana laboral que hoy, 26 de enero de 2018 termina, 2.500 banqueros, administradores de fondos de inversión, directores corporativos, funcionarios estatales y celebridades agotaron los puntos del programa que siguieron en su reunión en el complejo alpino suizo de Davos La reunión se denominó Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés)

El precio del billete de entrada fue de 55 mil dólares por persona, con lo que cualquier observador podría asumir que los representantes de la oligarquía financiera y corporativa tienen mucho qué celebrar.

El índice de Bloomberg Billionaires (multimillonarios) publicado el mes pasado indicó que las fortunas de los 500 individuos más ricos del mundo —muchos de los cuales estuvieron presentes— aumentaron 23 por ciento en conjunto el año pasado, haciéndolos $1 billón de dólares más ricos para fines del 2016. Desde entonces, les han seguido lloviendo sumas así de obscenas de dinero, con el índice bursátil cerrando en 26 mil puntos el miércoles, después de su aumento de mil puntos más rápido en la historia.

Donald Trump define el significado de America First

El presidente Donald Trump dirigió la palabra a los asistentes al World Economic Forum en Davos el viernes 26 y atacó con energía a las empresas difusoras de fake news. Además sonó las alarmas llamando a las élites globales a planear el desarrollo pensando en los pueblos..

“Cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar el estado de los espíritus (heart), transformar la vida, y remozar los destinos nacionales,” dijo. con este poder es una obligación, un deber de lealtad al pueblo, a los trabajadores, a los ciudadanos que son los que han hecho los que ustedes son.”

Trump recomendó a los líderes presentes utilizar sus recursos en la seguridad de sus ciudadanos, la reconstrucción de sus comunidades y su fortalecimiento económico..

“Cuando las sociedades son apartadas, el mundo se fractura. Sólo escuchando y respondiendo a las voces de los olvidados podremos crear un brillante futuro que sea compartido por todos”, expresó.

El discurso de Trump estimula las inversiones globales en Estados Unidos y ofrece a cambio de ellas el corte de impuestos para reinventar la nueva competitividad de su país. Hizo hincapié en que el papel de Estados Unidos en el mundo no disminiuirá por estas ofertas

Pero las élites han perdido la brújula

Sin embargo, el principal reporte en el que se basaron los cuatro días de reuniones y discusiones a puerta cerrada ofrece el retrato de una élite gobernante mundial que vive temerosa de que el recrudecimiento de las crisis económicas y sociales, y la amenaza de otra guerra mundial y revolución social, vaya no solo a privarlos de sus riquezas, sino de sus cabezas. Pese a que son esas élites las causantes directas con sus omisiones de la situación desastrosa del mundo.

En la reunión de Davos, Andrei Kostin, director de VTB, uno de los mayores bancos de Rusia, declaró al Financial Times que su mayor preocupación es la peligrosa situación diseñada por la OTAN como medio agresivo de Europa, que hace cada vez más viable un “accidente” entre este organismo que fue concebido como escudo para la defensa de Europa occidental y las fuerzas rusas. Kostin dijo: "Hemos comenzado una nueva guerra armamentista". Kostin is said to be close to Putin. “La OTAN pide y pide armas y en cuanto las tiene las sitúa rntre Europa y Rusia. No hay duda de que Rusia responderá, llegado el caso, de la misma manera”

Sólo hay una manera de poner punto final a la locura armamentista. Los seguidores de la geopolítica de agresión deben ser puestos al alcance de la mirada de los ciudadanos en EEUU y en Europa, en especial de sus líderes.

Fracturas, miedos y fracasos

Bajo el título Fracturas, miedos y fracasos, circuló el informe sobre riesgos globales (Global Risks Report) incluyó  subtítulos como “La parca en cosecha”, “La muerte del comercio”, “Las hebillas de la democracia”, “La extinción de la precisión”, “Al abismo”, “Los temores de un Armagedón ecológico” y “Guerra sin reglas” se dio a conocer en el encuentro de Davos.

El informe fue elaborado sobre los resultados de una encuesta de opiniones de cerca de mil banqueros y ejecutivos empresariales, funcionarios estatales y académicos. El informe encontró que el 93 por ciento de ellos teme que empeoren las confrontaciones entre las principales potencias a lo largo de 2018. El 79 por ciento prevé una mayor amenaza de conflicto militar “de un Estado contra otro”.

El informe cita el enfrentamiento entre Estados Unidos y Corea del Norte, que ha significado el mayor riesgo de guerra nuclear desde el final de la Guerra Fría, así como la trama cada vez más compleja de conflictos interestatales producidos por la intervención militar de Washington en Irak y Siria. Analiza WSWS.

Los temores de una guerra mundial están bien fundados. El mes de diciembre último, el presidente estadounidense Donald Trump presentó su estrategia de seguridad nacional, en la que veladamente ataca a Rusia y China después de embonar esa disposición con la Ley de Seguridad Interior, de México que aún revista la Suprema Corte "de Justicia". Rusia y China son tratadas como “potencias revisionistas” que obstaculizan la aserción de EEUU de su hegemonía global. Además, plantea una política de primer ataque agresivo nuclear, incluso contra adversarios que estén empleando armas convencionales o cibernéticas.

Las élites mexicanas, agotadas por su incomprensión de lo que sucede en el mundo no imagina la trascendencia de que la Ley de Seguridad Interior comience a surtir efectos, pero menos imagina lo que ocurriría si el proyecto aprobado por los legisladores para ser ley no entrara en vigor.

Esta política ha sido elaborada por los seguidores de la postura estratégica nuclear que será presentada este mes por Trump, en la que solicitará el desarrollo de armas nucleares más pequeñas y “utilizables” para desplegarlas ante objetivos en el este de Europa y Asia, lo que vuelve todavía más posible una conflagración de escala total.

Una reunión no como las otras

La reunión de este año en Davos, sellada y rodeada por miles de efectivos policiales y militares, se verá eclipsada por la presencia de Donald Trump, el primer presidente estadounidense que llega a la reunión de Davos desde Bill Clinton, hace 18 años.

Los contenidos del reporte de riesgos del WEF apuntan a un capitalismo global sumido en una crisis profunda e irresoluble.

El documento menciona que, mientras que se muestran positivos los “principales indicadores económicos”, es decir, la fuerte alza en los precios de las acciones bursátiles que han engordado los portafolios de los inversores presentes en Davos, esto solo “encubre la continuación de las preocupaciones subyacentes”.

“Esta ha sido la más débil recuperación registrada tras una recesión”, indica el reporte, y añade “El crecimiento de la productividad permanece extrañamente débil”.

La economía capitalista global se ve acechada por “los insostenibles precios de los activos, tras ocho años de una racha financiera alcista en el mundo; niveles altos de endeudamiento y por fuertes presiones en el sistema financiero global”.

En una sección intitulada, “Al abismo”, el informe hace la siguiente advertencia: “Contra el trasfondo de conflictos políticos internos e internacionales —y con los formuladores de las políticas económicas navegando aguas inexploradas— el estallido de otra crisis financiera global podría abrumar la respuesta política y las políticas consiguientes. Un colapso sistémico del tipo que fue evitado en el 2007-2008 podría empujar a países, regiones, o incluso al mundo entero sobre el precipicio y a un periodo de caos”.

“El recrudecimiento de las tensiones militares”, “las acumulaciones militares”, “los conflictos indirectos” y los múltiples “focos de conflicto” son mencionados como amenazas de guerras, pero el documento luego remata con advertencias sobre el peligro de la intensificación de las tensiones sociales en todos los países capitalistas.

“En muchos países, la tela social y política se ha visto severamente desgastada por los años de ingresos reales estancados”, dice, aludiendo a cifras sobre la desaceleración de los salarios y el veloz aumento de la desigualdad social.

“Los niveles de deuda personal, acoplados con ahorros y pensiones inadecuadas, son una de las razones por las que se puede esperar que las frustraciones se profundicen en los próximos años,” establece el reporte.

Además, menciona que el informe del 2014 advertía que uno de los mayores riesgos a nivel global era el alto nivel de desempleo juvenil, siendo tan alto que atentaba con crear una “generación perdida”. El reporte nota sin atavíos que los millones de jóvenes sin trabajo podrían provocar “enfrentamientos intergeneracionales por las políticas relacionadas a impuestos y al mercado laboral”.

Las inquietudes por las divisiones sociales explosivas van de la mano con una sección del documento dedicada a las preocupaciones que conciernen el Internet. Bajo el título “Fuegos digitales salvajes”, denuncia “el uso intencional de las redes sociales para extender la desinformación”, i.e. la develación de las verdaderas condiciones que enfrentan los trabajadores en cada país, calificándolo como un desafío a la “gobernabilidad global”. El reporte aplaude las medidas de Google, Facebook y varios Gobiernos para reprimir por medio de una censura directa la “desestabilizadora desinformación en línea”.

Las conclusiones políticas del informe son impactantes:

“La democracia ya está mostrando signos de desgaste en cara a las problemáticas económicas, culturales y tecnológicas. Es posible un daño mucho más profundo que podría colapsar los órdenes social y político. Si un país dividido uniformemente ve posiciones polarizadas cada vez más rígidas en una contienda en la que el vencedor se lo lleva todo, el riesgo aumenta de que los debates políticos den paso a formas de secesión y confrontaciones físicas. Bajo estas circunstancias, se podría llegar ante un punto de inflexión y a una espiral de violencia, que podría desencadenarse, si las autoridades públicas no recuperan el control antes de que se intensifiquen las fuerzas centrífugas.

"En algunos países —con un acceso fácil a armas o una historia de violencia política— se podría detonar un conflicto civil armado. En otros, el Estado podría imponer su voluntad a la fuerza, con posibles consecuencias que reverberarán por un largo tiempo: un estado de emergencia, la suspensión de libertades civiles, incluso la cancelación de elecciones para proteger el orden público”. Dice el informe.

En otras palabras, la oligarquía financiera global se reunió en el exclusivo y pintoresco rincón alpino en Davos para discutir las posibilidades de una nueva guerra mundial, la erupción de guerras civiles a raíz del recrudecimiento de las contradicciones sociales y la imposición de dictaduras policiales. Lo que describe el reporte del WEF son las preocupaciones ya evidentes en Estados Unidos y en las principales países capitalistas. Los síntomas secesionistas se han intensificado. Incluso en California con fuerza descomunal.

En 1938, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial las corrientes de izquierda expresaron que la clase capitalista “se desliza a ojos cerrados hacia una catástrofe económica y militar”. Mientras que el reporte de riesgos del WEF sugiere que al menos algunos elementos de la élite gobernante de hoy perciben tal catástrofe en el horizonte, tienen tan poco campo de actividad como sus antepasados hace ochenta años para prevenirla. En 1938 el Programa de Transición denunciaba la ausencia de dirección de la clase obrera. Hoy las élites del capitalismo salvaje han perdido su categoría de dirigentes.

Dedefensa.org concluye analizando e interpretando las premisas de Davos como signos de alarma en los oidos de miles de responsables de la globalización, cuyo fondo es correcto e inesperado. Los asistentes tienen visiblemente miedo, un miedo que no comprenden y por ello interrogan al propio Sistema, imploran al Sistema que les dé una respuesta, una señal de reposo y certeza. Pero el Sistema no responde. El Sistema sólo funciona o, en su caso, no funciona.