Una senadora pro-israel aspira a la presidencia de Uruguay

16.01.2019

Verónica Alonso vino al mundo en 1973, en el seno de una familia politizada, la cual la bautizó como católica romana. Fue diputada nacional entre 2009-2014 y es actualmente senadora y precandidata a presidente de Uruguay por el Partido Nacional, de cara a las elecciones generales que se concretarán en el mes de octubre del año en curso.

La fabricación de Alonso Presidente ha despertado singular interés en  militantes del universo Pro vida y de su área antagonista, ya que la parlamentaria tiene una trayectoria opositora al aborto legal y a la ideología de género. Unos la juzgan como una leona devota de Dios con sensibilidad noble y desprendida del individualismo personal;  otros, en contraste, la catalogan como una fémina primitiva y reaccionaria.

Empero, nosotros, evitando observar febril y ligeramente las imágenes de la dicotomía propagandística que circula, valoramos que Alonso es el semblante visible de un proyecto que nació como particular-familiar y, ulteriormente, se convirtió en sectorial, mejor dicho, en una alianza entre fracciones que quieren el poder para satisfacer sus correspondientes mentalidades, deseos y finalidades.

Por este motivo, y entusiasmados por el éxito de fenómenos extra-nacionales parecidos, los responsables del plan tratan de fijar mejores lazos con el poder israelí, con áreas de la comunidad protestante, tanto del país rioplatense como del ámbito internacional, y con el gobierno de Bolsonaro.

Alonso, en una entrevista que le realizó en septiembre de 2012 la Agencia de Noticias del Uruguay y que fue reproducida en fragmentos por la web del Comité Central Israelita del Uruguay (CCIU), le comenta al periodista Daniel Feldman, editor de la Agencia, que proviene de “una una familia católica. Mi abuela paterna era una mujer muy practicante de la fe y la religión, no simplemente una asistente a la misa del domingo. Era muy proactiva en eso. Pero también era muy admiradora de la colectividad judía. Eso siempre me intrigó y ella muchas veces me hacía leer obras sobre la historia de los judíos. Y dio la casualidad que conocí a Marcel, que si bien es de la colectividad judía nunca me generó ningún tipo de presión. Al igual que con la política en el tema religioso él también es cero practicante”1, aunque sí se siente miembro pleno de la comunidad, dirá en otro pasaje del reportaje. El Marcel al que se refiere Alonso es su esposo, Marcel Gerwer, un empresario reconocido que figura en los Panamá Papers y que integra una tradición familiar de proselitismo por los valores de la comunidad judía. Gerwer, devoto del Estado de Israel, le reforzó a Verónica su admiración por el Estado sionista por lo que, tras la boda, año 2000, la legisladora dedicará cuotas de su tiempo estudiando el judaísmo para afianzar su conversión y legar a sus hijos las nociones y la práctica de su nueva creencia.

En el citado reportaje, Alonso dirá que está siendo “políticamente correcto estar en contra de Israel”, que ella no es pro sionista por intereses económicos, sino que lo hace por convicción y, para que no queden dudas, juramenta que defenderá la existencia de Israel “hoy y todas las veces que tenga la oportunidad”. Esta puntual retórica de la precandidata presidencial es coherente con el historial cristalino de un activismo macizo por los fundamentos ideológicos y por la praxis de la política exterior del Estado de Israel en un marco nacional uruguayo con una intervención significativa de la comunidad judía en la economía y la cultura del país, la cual propicia un lobby judío enorme.

Acerca de la presión que efectúa la comunidad judeo-sionista para incidir en la opinión pública del Uruguay, el politólogo Fernando Amado, en su libro Mandato de Sangre: el poder de los judíos en Uruguay, reproduce las declaraciones del periodista  y corresponsal de Associated Press Leonardo Haberkorn, quien, sin rodeos, indica que “Hay una presión sobre todo con temas vinculados a Israel. Hay un celo excesivo de algunos sectores de la comunidad por cada cosa que se publica sobre Israel. Cuando ven algo que no les gusta, o no coincide con su punto de vista –que lamentablemente muchas veces es el punto de vista exacto de Israel-, llaman por teléfono, mandan cartas, buscan de alguna manera incidir en el contenido de los medios.

Hasta cierto punto es legítimo y lo hacen todos los colectivos organizados, y las empresas, y los partidos políticos. Pero, a veces, provocan un efecto contraproducente, porque muchos periodistas terminan tomándole una antipatía a la colectividad judía por esta presión, por esta vigilancia que hacen algunas de estas personas”.2

Asidua asistente de eventos y animadora de acciones de las asociaciones transnacionales judeo-sionistas, tales como la B'nai B'rith, el Congreso Judío Latinoamericano y el Fondo Nacional Judío, la postulante para ocupar la Torre Ejecutiva de Montevideo, igualmente ha sellado un acuerdo transaccional con varios líderes protestantes, sobresaliendo el pacto suscripto con el pastor Jorge Márquez, de nacionalidad argentina, fundador de Iglesia evangélica Misión Vida para las Naciones y radicado en Uruguay desde principios de la década de 1990. En este país, Márquez montó su organización, tras haber pertenecido a la iglesia Ondas de Amor y Paz del telepredicador-recaudador argentino, Héctor Aníbal Giménez, llegando a tener más de 15 mil miembros  con una expansión territorial que abarca, aparte de Uruguay, Argentina, Brasil, Chile y Haití.

Anticomunista y miembro de la tendencia del Sionismo Cristiano –la cual es más sionista que cristiana-,  el pastor supo componer relaciones consolidadas con otros pares suyos del resto del continente, lo que lo llevó a formar parte, en diciembre de 2016, de la comitiva evangélica que se entrevistó en Israel en una  audiencia programada por Tel Aviv con el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el cual le pareció a Márquez un hombre de fe, decidido y que comparte sus mismos valores.

Diez meses después, Márquez gastó miles de dólares para plantar él y su equipo mil árboles en Israel cumpliendo con una promesa que habría formulado el año anterior. En esa obra, Márquez tuvo el acompañamiento del Fondo Nacional Judío.

Márquez también disfruta de una relación buena con Roni Kaplan, Asesor Externo para América Latina en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel y exservidor en las Fuerzas de Defensa de Israel por casi una década. Kaplan, nacido en Uruguay, es fundador y codirector de la empresa Conexión Israel, creada en 2016, que brinda servicios de programas de viaje, conferencias y hasta reuniones institucionales de latinoamericanos en el país del Medio Oriente. Esta compañía, asimismo, es hermana de Huellas del Cielo –también fundada y dirigida por Kaplan- que traslada conjuntos de fieles evangélicos de todas partes del mundo a Israel. Una parte de los clientes de Huellas del Cielo es provista por Márquez.

El connubio Alonso-Márquez hizo su debut electoral en 2014 con una performance excelente, primero en las elecciones internas partidarias de la formación nacionalista y, más tarde, en las generales nacionales, consiguiendo Alonso los escaños en el Senado y en la Cámara de Diputados porque encabezaba la lista en ambos parlamentos. Alonso quería la senaduría, pero por si fallaba en la aventura, se quedaría con la banca de representante. Como parte del acuerdo previo de distribución de cargos y por la ingeniería electoral dibujada, el suplente de Alonso en la lista de diputados era el pastor Álvaro Dastugue, yerno de Márquez. Dastugue ya había tenía una experiencia pasada cuando fracasó en su intento de ser elegido representante en 2009 por el Partido Nacional y, solamente secundando a Alonso, pudo entrar en la Cámara de Representantes.

Desde entonces, 2014, esta agrupación, ahora llamado Esperanza Nacional, integrante del Partido Nacional, y que tiene a Dastugue en la presidencia y a Alonso en la secretaría general, busca su ampliación para cooptar otras secciones y controlar la organización, generando preocupaciones y críticas en los otros miembros del partido.

Para reforzarse mediante los nexos con las redes evangélicas y sionistas, el equipo de Alonso trata de lograr, por estas horas, un respaldo del universo brasileño bolsonarista. Está confiado en que lo obtendrá.

Pero antes del 27 de octubre –día de los comicios presidenciales- la senadora tendrá que ganarle a los sectores internos blancos que tratan de obstruir –junto a otros competidores externos como el oficialista Frente Amplio-  su recorrido.

Más exactamente deberá vencer al bando liderado por el también precandidato Luis Lacalle Pou, senador, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995) y anterior derrotado en la compulsa presidencial de 2014.

Al igual que su padre, Luis Lacalle Pou es estimado por grupos de la Comunidad Judía, aún los del exterior que fueron, como por ejemplo el Comité Judío Americano, los que facilitaron su visita política a Israel a comienzos del 2018.3

Hasta el momento, también cuenta con el apoyo de gran parte del empresariado nacional y con la preferencia mayoritaria de los más de 400 mil sufragantes que tendrán las elecciones del Partido Nacional.

La política profesional y el pastor profesional sueñan con repetir lo ocurrido en Brasil, prescindiendo de la evidencia de que el bolsonarismo no es un fenómeno de exportación regional, el protestantismo uruguayo no tiene la fuerza de su homólogo brasileño y que el Sionismo no está obligado a mover su maquinaria por los proyectos particulares de muchos de sus aliados, socios y simpatizantes.

Por otro lado, y hablando en relación al conflicto intrajudío mundial, George Soros, otro factor de poder, ya eligió su caballo para Uruguay y no es Alonso. Está a la vista de todos. Además, el futuro presidente no tiene por qué ser como Trump (socio del Sionismo y enemigo del globalista Soros), tranquilamente puede ser como Mauricio Macri, en cuyo gobierno argentino hay piezas de ambas vertientes.

Notas:

  1. http://www.cciu.org.uy/news_detail.php?id=7589
  2. Editorial Sudamericana,  Montevideo,  2012.
  3. https://embassies.gov.il/montevideo/NewsAndEvents/Pages/Lacalle-Pou.aspx