Sociología de Donald Trump

14.11.2016

Algunos analistas iraníes como Seyed Hossein Mousavian, ex-negociador nuclear de Irán y profesor visitante de investigación en la Universidad de Princeton, creen que, sea cual fuere (Trump o Clinton) el presidente de los Estados Unidos, ninguno de ellos pondrá en marcha el ‘Plan de Acción Conjunto y Completo’ (JCPOA, en inglés).

“En cuanto a Trump y Clinton, hay tres puntos en común y también tres diferencias que observar sobre Irán:

En primer lugar, ambos aplicarán las políticas estrictas con respecto a la implantación del JCPOA. En segundo lugar, con respecto a otros desacuerdos entre Irán y Estados Unidos, incluyendo la crisis en la región, el terrorismo y los derechos humanos, sea quien sea el presidente de los Estados Unidos, va a aumentar la presión sobre Irán. Y en tercer lugar, ambos intentarán llenar los vacíos existentes en las relaciones de Estados Unidos con Israel, Arabia Saudita y otros aliados regionales que han aparecido durante la administración de Obama.

Pero con respecto a las tres principales diferencias: Trump no es predecible, mientras que Clinton sí lo es. Es probable que Trump en relación a Irán, se vea entre excesos y negligencias, pero Clinton tenía una estrategia calculada. En segundo lugar, será más fácil para Clinton establecer un consenso internacional contra Irán, mientras que esto se tornará mucho más difícil para Trump. Y en tercer lugar, tener un consenso en contra de Irán dentro de los EE.UU también será más fácil para Clinton que para Trump”. – Entrevista con NasimOnline.

Debemos mencionar que Mousavian es conocido dentro de Irán como uno de los llamados reformistas que se mostraban profundamente optimistas en cuanto al JCPOA y ahora ha cambiado de opinión.

El punto principal del fenómeno Trump es el hecho de que revitaliza el sueño americano en cuanto a la nostalgia de los Estados Unidos bajo los presidentes Andrew Jackson [1829-1837] y Ronald Reagan [1981-1989].

Un punto muy interesante es que muchos estadounidenses votarán por Trump, porque no es un político del todo. Trump deja que el público se sienta profundamente en un estado muy nostálgico recordando a las consignas de los presidentes Andrew Jackson y Ronald Reagan.

Por cierto, en el aspecto de la simplicidad de su nombre, que es como una alarma de advertencia, y también su corte de pelo añadido a su agresividad verbal durante sus conferencias, hacen a Trump el representante de una América sin inhibiciones y, como populista y multimillonario no podemos negar que, una vez más, es una encarnación perfecta del sueño americano.

Trump está diciendo que tenemos que acabar con los profesionales en la política.

“Yo no uso el dinero de nadie, estoy usando mi propio dinero; No estoy haciendo uso de los grupos de presión, no estoy usando donaciones ni me importan, soy muy rico”.
“Voy a hacer el máximo trabajo como presidente que jamás haya visto Dios, os lo juro”.
“Creo que el gran problema de nuestro país es que está siendo políticamente correcto”.

Trump vs Reagan

No podemos olvidar que “hacer América grande otra vez” [Make America Great Again], fue un lema de la campaña presidencial de Reagan en 1981. Por lo que el populismo es una característica común entre Trump y Reagan. Al igual que Reagan, Trump ha recibido una formación muy buena en las comunicaciones de negociador y como hombre de negocios. Pero la diferencia es que Reagan era un verdadero creyente en el conservadurismo y dominaba y respetaba los principios conservadores. Antes de ser presidente, Reagan había sido como gobernador de California [1967-1975], pero ¿qué pasa con Trump, que nunca ejerció como político?

Trump no es un populista de derechas en el sentido estricto. Incluso en temas socio-económicos, no podemos considerar a Trump como un conservador de derechas que cree en el liberalismo social como el que tuvo lugar a finales de la década de 1970.

Lo que es sorprendente con Trump es la proyección optimista hacia el futuro y una visión nostálgica sobre la América de la década de 1950. Su peinado también es el mismo que peinaban los ‘rockeros’ de aquella década de 1950.

Pero Trump es contrario a Reagan cuando dice que le gustaría que aumentara el impuesto para los ricos o reubicasen la producción (como por ejemplo, exigió que Apple fabricara sus teléfonos dentro de los EE.UU.), que un gesto bastante más de izquierdas de lo que hacen los demócratas.

Trump vs Jackson

Todos sabemos que el propio presidente Jackson era conocido dentro de Estados Unidos como un líder autónomo que rara vez obedeció lo establecido, en particular, al vetar algunas leyes importantes del Congreso, incluyendo las leyes relacionadas con la Banca y en especial el veto de Jackson hacia la carta de renovación del Segundo Banco Nacional en 1832.

Así que, como Jackson, Trump cree o finge que él piensa que la economía nacional debe controlar a la banca y no al revés.

Un caso notable en su vida es que, en 1806, Jackson mató a un hombre en un duelo por una cuestión de honor relacionada con su esposa Rachel. Trump también insiste en el honor familiar y como vemos en cada uno de sus discursos, se encuentra uno de sus hijos, hijas o su esposa, que aparecen con el fin de mostrar la importancia de la noción familiar.

Jackson se convirtió en un héroe nacional por sus acciones durante la guerra de 1812 contra el Reino Unido, mientras que Trump, a día de hoy, habla permanentemente sobre el nacionalismo y se ha convertido en una figura patriótica para sus seguidores. Al igual que a Jackson, a Trump también le gustaría cambiar las leyes con el fin de dar más poder ejecutivo al presidente.

Una diferencia principal entre Jackson y Trump es que de alguna manera llevó la lucha contra la corrupción dentro de los límites establecidos, pero parece que después de años de trabajo con los bancos de Estados Unidos y el concepto financiero gubernamental, la propia organización de Trump se ha corrompido.

Estados Unidos bajo el presidente Jackson, en 1835, por primera vez no tuvo deuda externa y mientras escuchamos a Trump, detectamos que la disminución de la deuda externa es una de sus promesas.

De hecho, tratando de parecerse al presidente Jackson (1829-1837), Trump afirma que quiere desarmar al poder establecido (‘establishment’) y tomar el poder tras las élites que traicionaron al pueblo por dejar que el gobierno lo ejecutara. Y eso es exactamente lo que muchos estadounidenses creen: ¡Los representantes políticos sólo se representan a sí mismos!

Donald es, de alguna manera, un resultado puro de la democracia americana jacksoniana. El hecho de financiar su propia campaña electoral es un evento totalmente nuevo para la clase política de Estados Unidos.

Cuando se comporta como alguien normal, y en ocasiones, como un ciudadano estadounidense ignorante, lo hace acercarse cada vez más al público. Un estadounidense promedio aprecia cuando tuitea:

“El avión que vi en la televisión era el avión de rehenes en Ginebra, Suiza, ¡y no el avión que transportaba 400 millones de dólares en efectivo hacia Irán!”.

O cuando se toma a París como capital de Alemania, deliberadamente o no, la gente lo aprecia.

Una vez tuiteó:

“El concepto del calentamiento global fue creado por y para los chinos con el fin de hacer que la fabricación de EE.UU no fuera competitiva”.

Incluso sus seguidores saben que no es cierto, pero lo aprecian sólo porque es contrario a la versión oficial.

Al comportarse así, quiere mostrar cuán auténtico es y qué es aquello que los estadounidenses están buscando. En realidad, ellos prefieren un ciudadano original a un político falso. La gente está feliz porque este tipo de discursos son impartidos por Trump, con las palabras que ninguna otra figura política se atreve a decir.

Él no es políticamente correcto y no intenta serlo. Es un ser humano, comete errores y no pretende ser un político profesional o diplomático, que no es el caso. Para muchos estadounidenses que se han cansado de las figuras políticas que tienen un buen aspecto y un modo sucio de actuar, Trump es la persona por la que votar.

El propio Donald sabe que él se solidariza con las personas cuando es políticamente incorrecto, y a veces no sólo trata de actuar como un americano, sino que intencionalmente comete un error o dice algo con el fin de llamar la atención o provocar.

En realidad, algunos analistas creen que su vulgaridad está calculada y que forma parte de su estrategia electoral, y cuando él quiere controlarse a sí mismo, se vuelve totalmente correcto. Pero tiene muchas tareas que cumplir con el fin de ser presidente, ya que hasta ahora ha progresado mucho.

Pero para esos analistas, el problema no es Donald Trump, sino el sistema que da semejante poder a un individuo mientras que todos sabemos lo que hizo George Bush en Irak en nombre de la lucha contra las armas de destrucción masiva. ¿Cómo alguien como él, con la ayuda de un grupo de personas que le rodean, podría hacer eso?

Pero debemos tener en cuenta que en Europa el populismo no es lo mismo que lo que acontece y aconteció en EE.UU durante años en relación con tal populismo. Dentro de Europa el populismo está fuera de la atmósfera política, pero en los Estados Unidos es un asunto interno tanto de republicanos como demócratas.