Rusia y Pakistán ampliarán globalmente la cooperación en el sector de los recursos
Pakistán quiere reducir su desproporcionada dependencia de China, de ahí que prefiera que Rusia modernice su infraestructura de recursos en lugar de China, lo que se alinea con los objetivos estratégicos de Estados Unidos.
Express Tribune informó sobre los resultados de la novena Comisión Intergubernamental Pakistán-Rusia sobre Cooperación Comercial, Económica, Científica y Técnica. El protocolo que firmaron amplía ampliamente la cooperación en el sector de los recursos. Esto incluye la exploración energética y minera, los servicios petrolíferos, un gasoducto, la comunicación industrial, las normas compartidas, los equipos, el GNL, la cooperación en materia de carbón y productos químicos, y la gestión de la energía hidroeléctrica y el agua. He aquí algunos antecedentes:
- * 31 de julio: «Evaluación de las perspectivas de la hoja de ruta estratégica de Pakistán para el comercio con Rusia»
- * 19 de septiembre: «Las relaciones ruso-pakistaníes adquieren sorprendentemente dimensiones estratégicas».
- * 9 de octubre: «Llevará tiempo cosechar los frutos del primer foro ruso-pakistaní de comercio e inversión».
Los principales obstáculos a su cooperación hasta este momento eran financieros y políticos, el primero en relación con la infame falta de fondos de Pakistán y el segundo debido a la influencia de Estados Unidos sobre su gobierno. Sigue sin estar claro cómo se superaron, pero podría ser que Pakistán ofreciera a Rusia participaciones preferentes en estos proyectos en lugar de dinero en efectivo, mientras que Estados Unidos podría haber permitido que esto ocurriera para que la decrépita infraestructura de recursos de su aliado histórico se modernizara por fin.
Abundando en este último punto, es posible que las empresas privadas estadounidenses no estén dispuestas a asumir los tremendos costes que esto podría suponer debido al tiempo que tardarán en rentabilizar sus inversiones, pero las empresas estatales rusas podrían no tener las mismas preocupaciones. Además, desde la perspectiva estratégica de Estados Unidos, si sus propias empresas privadas no pueden asumir estos proyectos debido a las condiciones desfavorables, entonces es mejor que lo hagan las rusas que las chinas si Washington se ve obligado a elegir.
Ello se debe a que Estados Unidos compite con China por la influencia sobre Pakistán, no con Rusia, que nunca se acercará ni de lejos al nivel de influencia de ambos allí. Aunque a los observadores les pueda parecer que las incursiones de Rusia en materia de recursos estratégicos en Pakistán podrían erosionar la influencia estadounidense, en realidad sirven de contrapeso a la de China al negar a la República Popular más influencia en este sector. Esto no afecta a la principal influencia de Estados Unidos sobre el ejército, el sistema político y las élites de Pakistán.
Visto desde una perspectiva de suma cero ciertamente controvertida, el crecimiento gradual de la influencia rusa en partes de la economía pakistaní erosiona, por tanto, la influencia de China sobre el país, lo que a su vez refuerza la posición estratégica global de Estados Unidos. La Rusia sancionada necesita urgentemente nuevos mercados, y está dispuesta a pagar costes más elevados para acceder a ellos con tal de que se le prometan altas tasas de rentabilidad a largo plazo mediante participaciones preferentes en estos proyectos, lo que explica su interés nacional en este contexto.
Los lectores también deben ser conscientes de que esto forma parte del «Pivot to (South) Asia» de Rusia que se describió en detalle aquí a finales del mes pasado y que pretende evitar de forma preventiva una dependencia desproporcionada de China. Pakistán también quiere reducir su propia dependencia de China, de ahí que prefiera que Rusia modernice su infraestructura de recursos, lo que coincide con los objetivos estratégicos de Estados Unidos. Si esta tendencia continúa, algún día será posible hablar de la interacción ruso-estadounidense-china en Pakistán.