Resumen del primer congreso sobre la mutipolaridad
El mundo multipolar se basa en el reconocimiento de la igualdad entre todas las civilizaciones y culturas, pues cada una de ellas es un cosmos en sí mismo. Esto significa que cada civilización tiene su propio sistema de valores, códigos, Logos e identidad. Si reconocemos esto último, entonces podemos decir que cada una también tienen una idea diferente de Dios, el hombre, el mundo, el tiempo, la materia, la sociedad, el bien y el mal o lo que es correcto e incorrecto. Precisamente son todas estas ideas las que convierten a estas civilizaciones en actores sociales, políticos y económicos independientes. No existen leyes universales y uniformes para decir que civilización es superior a la otra. Nadie tiene el derecho de imponerle a otra civilización su propio código de conducta. La humanidad está conformada por un conjunto de civilizaciones independientes y soberanas. Es por eso que las Relaciones Internacionales deben basarse en un dialogo equitativo y respetuoso entre todas las civilizaciones, tomando en cuenta y sopesando las opiniones y posiciones de cada uno de nosotros. Esto último es la esencia del mundo multipolar.
La multipolaridad se opone a la unipolaridad, ya que este última pretende imponerle a todos los pueblos, civilizaciones y culturas un único modelo de civilización: la civilización occidental que es considerado como “universal”, “progresista” y “sin igual”. La unipolaridad reconoce una sola ideología (el liberalismo), un único sistema económico (el capitalismo), un único sistema político (la democracia representativa como es entendida en Occidente) y un único sistema de valores (el individualismo extremo y la putrefacción postmoderna) que pretende destruir todos los otros valores, sociedades, etnias y religiones en favor de un mundo post-humano donde las máquinas y la Inteligencia Artificial lo gobiernen todo (transhumanismo). Es precisamente sobre estos principios que los globalistas occidentales construyen su política internacional, tratando de imponer su hegemonía sobre el resto y obligando a todos los actores mundiales a seguir sus normas, criterios y leyes. Por supuesto, quienes no se pliegan a sus designios sufren la represión, el ostracismo, el aislamiento, incluso sanciones y, en el peor de los casos, la guerra.
No obstante, la unipolaridad actual no solo quiere destruir a las otras civilizaciones no occidentales, que tienen sus propias tradiciones y patrimonio cultural, sino que también busca destruir las tradiciones mismas de los pueblos occidentales: los globalistas constantemente están purgando y erradicando el patrimonio occidental por medio de la ideología woke o la cancelación cultural, etc… Es por esto que concluimos que la unipolaridad únicamente tiene como defensores a los representantes del globalismo liberal postmoderno, los cuales rechazan a la misma civilización occidental. Además, los globalistas liberales promueven toda clase de perversiones y obligan al conjunto de la sociedad a aceptarlas al darles un estatuto legal, como es el caso de los movimientos LGBT+, la ecología profunda, la legalización de las drogas o el transhumanismo. La multipolaridad es también una alternativa para las sociedades occidentales que desean preservar sus herencias, identidades y tradiciones frente al globalismo liberal uniformizador. En definitiva, el globalismo liberal y la unipolaridad únicamente benefician a las oligarquías que hoy gobiernan occidente y a sus aliados en todas partes del mundo. Sin embargo, existen muchas élites no occidentales que rechazan abiertamente estas políticas, entre ellas potencias como China, Rusia, Irán, etc… De hecho, estos últimos países han convertido la multipolaridad en su modelo de Relaciones Internacionales. También existen algunas élites occidentales que abogan por la multipolaridad, pero se encuentran aisladas y son una minoría.
Por supuesto, la multipolaridad entre las naciones tiene un significado distinto: casi todas las sociedades no occidentales rechazan categóricamente el globalismo, el liberalismo y la hegemonía occidental contemporánea, prefiriendo ser fieles a sus sistemas de valores y tradiciones. Además, en muchos de estos pueblos crece el deseo de llevar a cabo una profunda descolonización y desoccidentalización de la consciencia, el pensamiento y la cultura impuesta por los clichés mediáticos de Occidente. Es más, los pueblos de Occidente, especialmente de Europa y Estados Unidos, rechazan el globalismo y la dictadura que han impuesto las oligarquías liberales en sus países. Podríamos decir que más o menos la mitad de la población de los países occidentales, así como la de muchas sociedades occidentales, no consideran como legitima la actual dictadura de las oligarquías globalistas y luchan directa o indirectamente (socioculturalmente) en su contra. Por lo tanto, nuestro objetivo es reunir a los partidarios de la multipolaridad en todo el mundo para crear una red de solidaridad entre nosotros. Todos los que participan en ella tienen diferentes sistemas religiosos, políticos, tradiciones, valores, culturas e identidades. Claro, también existen muchas contradicciones históricas, disputas y conflictos entre nuestros pueblos y civilizaciones, pero lo que nos une es mucho más importante y trascendente que lo que nos divide. La unipolaridad amenaza a toda la humanidad y nuestra misión es derrotarla. Solo cuando hayamos logrado vencer la amenaza del globalismo podremos comenzar a solucionar los problemas regionales y eso significa pasar de la unipolaridad a la multipolaridad.
Es por eso que hemos comenzado a crear plataformas para la multipolaridad en cada región del mundo con el propósito de que los grupos que se unan a nosotros estudien, exploren y promuevan nuestras tesis. Solo así podremos liberar la consciencia de los pueblos de los clichés globalistas. Este debe ser el primer paso para formar una élite intelectual en todas las civilizaciones del mundo y de ese modo crear una red que promueva la soberanía, la amistad y el entendimiento entre todos los pueblos y culturas del planeta. Nuestro objetivo es hacer del mundo un lugar mucho más justo, respetuoso y amistoso para cada una de las civilizaciones y su patrimonio cultural. Precisamente por eso estamos llevando a cabo este encuentro. El Primer Congreso Mundial sobre la Multipolaridad fue celebrado el 29 de abril del 2023 y fue un gran éxito. Asistieron muchos intelectuales e importantes políticos de todo el mundo, siendo el inicio de un proceso de construcción consciente de la multipolaridad. Se trata ante todo de una iniciativa intelectual propuesta por pensadores, filósofos, expertos en las Relaciones Internacionales, sociólogos, estudiosos de la cultura y diplomáticos de profesión que quieren cambiar el mundo. Por supuesto, es muy probable que muchas instituciones diplomáticas, políticas, económicas, informativas y culturales surjan posteriormente de tales discusiones teóricas. Solo uniendo a los pueblos del mundo seremos capaces de unir la soberanía de nuestros países frente a la creciente deshumanización, perversión y catástrofe a la que nos conduce la unipolaridad. Los invitamos a todos ustedes a unirse a esta red.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera