Región estratégicamente importante demanda autonomía de Ucrania

11.04.2016

En el último acontecimiento en el colapso de Ucrania, diputados de la asamblea legislativa de Transcarpatia han demandado autonomía del estado nacionalista ucraniano. Los miembros del parlamento demandaron que el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, el primer ministro Arseniy Yatsenyuk, y el portavoz de la Rada Suprema Volodymyr Groysman garanticen la autonomía de la región. La declaración fue adoptada en la sesión plenaria del parlamento local.

“Demandamos el reconocimiento de Transcarpatia como un territorio administrativo de auto-gobierno especial. Las enmiendas necesarias a la constitución del país deben hacerse sin demora”, dice el documento.

Regalo de Stalin

Transcarpatia es la región que fue la penúltima en unirse a Ucrania. Era parte de Hungría, del Imperio Austro Húngaro, y después de Checoeslovaquia hasta 1945, cuando el dictador soviético Joseph Stalin la incorporó en la ucrania soviética tras la segunda guerra mundial. Representantes de comunidades locales (congreso ortodoxo de la rutena carpatia encabezada por el Archimandrita Kabaljuk y el profesor Lintur) le pidieron incluirla en la URSS como una república independiente. Esta propuesta fue rechazada por el liderazgo soviético.

Transcarpatia pintada en rojo

Pueblo Especial

La mayoría de la población de la región son cárpato-rusines (o rutenos) quienes se consideran a sí mismos como pueblo distinto a los ucranianos. Los rutenos como minoría étnica están reconocidos en Hungría, Serbia, Eslovaquia y Rumanía. Hay una importante diáspora rutena en los EEUU. El gobierno ucraniano continuamente ha perseguido una política de ucrainización de la población local. Sin embargo, la región tiene un fuerte deseo de autonomía e independencia. Además de los rutenos en Transcarpatia, hay una gran comunidad húngara viviendo ahí, y también una pequeña comunidad rumana.

El factor húngaro

La vecina Hungría apoya el empujón para la autonomía de los rutenos y húngaros que viven en Transcarpatia. El partido “Jobbik – Por una mejor Hungría” es el más activo en este respecto. Apelan al liderazgo húngaro para que proteja los intereses de la minoría húngara y los rutenos que están históricamente asociados con Hungría. Los parlamentarios de Jobbik, Márton Gyöngyösi y Adrienn Szaniszló, participaron como observadores en las elecciones en Donetsk y Lugansk. En el contexto del debilitamiento del estado ucraniano, Hungría no puede quedarse sin hacer nada y fortalecerá su influencia en la región de los Cárpatos, incluyendo el apoyo del movimiento por la autonomía. Esto está enteramente en línea con los intereses nacionales de Hungría.

El factor económico

El principal comercio transfronterizo que fluye entre Ucrania y Europa, atraviesa los Cárpatos: Tanto legal como ilegal; el contrabando está prosperando en la región. Muchos de los negocios criminales están en manos del clan local Baloga, uno de los que anteriormente encabezaban la administración del presidente ucraniano, Viktor Yushchenko. Representantes de las estructuras oligárquicas locales también están interesados en la autonomía respecto de Kiev.

Desde un punto de vista económico y geopolítico, la pequeña región cárpata es de importancia estratégica para Ucrania. Dentro de esta región están los gaseoductos clave a través de los que el combustible ruso es transportado a Europa. Por tanto, Ucrania tendrá que rescatar el control de la región a cualquier coste. Al mismo tiempo, es un recurso clave para las élites locales y los partidarios de la independencia. Europa también está interesada en controlar este sistema de conductos energéticos.

¿Quién es el siguiente?

Transcarpatia no es la única región de Ucrania que podría demandar autonomía. Ucrania es un país artificial hecho por los soviéticos a partir de piezas dispares sacadas de diferentes estados. Las fuertes tendencias separatistas pueden encontrarse en la región de Odesa (sur de Besarabia), que es el hogar de una gran comunidad rumana (moldava). La región de Chernivtsi es hogar de un gran número de muchos de los que están disgustados también con el gobierno de los nacionalistas y oligarcas en la moderna Ucrania. Ambas regiones fueron parte de Rumanía en el pasado. El fracaso de la integración europea para Ucrania, la corrupción, el colapso estatal, el pujante nacionalismo ucraniano, el chovinismo, y la xenofobia, todo contribuye al revivir de las simpatías pro-rumanas en estas regiones. Uno no debiera olvidarse de las regiones orientales del país que están pobladas principalmente por rusos étnicos.