Redescubriendo Europa del Este: reseña de un libro de Alexander Bovdunov

27.07.2022

El reconocido geopolítico y experto en Rumanía A. Bovdunov ha publicado un libro titulado Gran Europa del Este: geopolítica y geosofía del tercer tradicionalismo [1]. Parece que este libro fue terminado de escribir a comienzos del 2021 ya que cita una enorme cantidad de acontecimientos que sucedieron más o menos durante esa fecha, por lo que la cantidad de previsiones que hace sobre lo que acontecerá en Europa no deja de ser interesante a la luz de la dramática situación que ahora enfrenta ese continente.

El libro está dividido en tres partes: la primera parte es una monografía sobre la política y la filosofía de Europa del Este (250 páginas), luego sigue una ampliación de la tesis doctoral del autor donde se analiza las identidades de Rumanía y Moldavia (100 páginas) y, finalmente, un estudio sobre los filósofos rumanos del siglo XX (100 páginas). Como el libro esta dirigido a un público amplio, se dedica gran parte del mismo a introducir nombres y conceptos que se refieren a la situación sociopolítica contemporánea de países como Polonia en el Norte o Macedonia y Albania en el Sur. El autor comienza el libro discutiendo el origen del concepto de “Europa del Este”, el cual fue creado por los intelectuales anglo-franceses en el siglo XVIII, pero solamente llegó a utilizarse de forma sistemática a partir del Congreso de Viena (antes de eso Europa era dividida mediante una dicotomía Norte-Sur). Posteriormente nació el concepto de “Europa Central” con claras connotaciones antirrusas. Este análisis conceptual del autor sin duda es muy valioso.

El segundo capítulo del libro está dedicado a repasar las instituciones y grupos atlantistas que operan en Europa del Este, pues tales organizaciones trabajan para Estados Unidos, el Reino Unido, la OTAN, la UE y la Fundación Soros. Uno de los apartados más interesantes del libro está dedicado al estudio del papel que ha jugado la dinastía de los Habsburgo y Liechtenstein en la creación de proyectos antirrusos hasta el día de hoy [1, pp. 66-71]. Los restantes capítulos del libro se dedican a examinar las teorías geopolíticas rusófobas y atlantistas sobre Europa del Este que abarcan tanto el proyecto polaco del Intermarium como el expansionismo rumano. Bovdunov enumera cuidadosamente los diferentes proyectos y propuestas que han existido, algunos de los cuales son incompatibles entre sí. Por supuesto, los académicos e investigadores rusos deben conocer de forma detallada los nombres e ideas de nuestros enemigos. Es interesante que el autor no subestime estas amenazas y preste mucha atención al uso del subimperialismo polaco y rumano que desde hace siglos a combatido a los rusos. Los peligros que pueden desatar semejantes amenazas han sido muy bien estudiados por Vladimir Solonar en libro que publicó hace poco [2]. Después de hacer un listado de los posibles enemigos de Rusia, Alexander Bovdunov pasa a describir las características de nuestros posibles aliados y socios, examinando los distintos partidos y movimientos populistas tanto de derecha como de izquierda en los países de Europa del Este teniendo en cuenta su capacidad electoral. Lamentablemente, el quinto apartado de esta parte del libro es demasiado sucinto y abstracto, omitiendo el papel histórico que desempeño Vladimir Mečiar en Eslovaquia. Además, la situación política de algunos de los países que analiza el libro ha cambiado muchísimo en el transcurso de un año (Macedonia) y nuevos gobiernos se han posesionado en varios de ellos (República Checa, Bulgaria, Eslovenia, Montenegro, Kosovo), por lo que esta sección debe ser evaluada según los acontecimientos actuales.

El capítulo sexto y octavo son sin duda los más interesantes desde un punto de vista teórico, pues el lector accede a un enorme caleidoscopio de importantes y destacados filósofos, teóricos, geopolíticos y sociólogos que existen en Europa del Este. La metodología y valentía del autor le llevan a debatir con honestidad cuestiones dolorosas como, por ejemplo, el impacto que tuvo la cosmovisión dualista bogomila en la actual filosofía balcánica. Sin duda este libro llena un vacío, pues no existía en ruso un libro que abordara el pensamiento de Europa del Este desde finales del siglo XX hasta llegar a principios del siglo XXI. Solo los dos volúmenes de Noomajía que Alexander Dugin dedicó a los pueblos eslavos y no eslavos de esta región [3; 4] han hecho algo semejante, sin hablar de los trabajos de Tatiana Tsivyan [5; 6] que han abordado también estos temas.

Resulta una lástima que en Rusia se desconozca casi por completo a los pensadores de Europa del Este, por lo que este resumen – bastante breve, pero muy preciso – ofrece una visión holística sobre las diferentes corrientes que existen en cada uno de los pueblos de esta región y sus intentos de darle sentido a su identidad y encontrar su lugar en el mundo en contraposición al liberalismo y el atlantismo impuestos por Occidente. Estas elaboraciones teóricas son importantes para el pensamiento ruso, el cual debe comprender los deseos y el destino de sus vecinos, especialmente porque compartimos con muchos de ellos una lengua, una religión o una realidad popular muy parecida a la nuestra. Todas estas visiones alternativas nacen de la realidad local y la tradición particular de cada una de estos pueblos, por lo que cuentan con una geopolítica y una geofísica propias que participan del continente eurasiático como “Mundo Medio”. Resulta interesante que los atlantistas occidentales precisamente han intentado descuartizar de todas las maneras posibles esta región limítrofe.

El gran mérito de esta obra radica en que intenta ir más allá de la crítica y el análisis de los países de Europa del Este con la intención de proponer proyectos particulares para cada uno de ellos y la forma en que Rusia puede ayudar a que se hagan realidad. No obstante, resulta necesario e imprescindible que se produzca un dialogo entre todos los vecinos con tal de que cada uno respete su identidad y sea capaz de rechazar el atlantismo prooccidental que hoy se ha impuesto en muchos de ellos. Bovdunov señala que “los rusos debemos ser muy sensibles a la hora de posicionarnos, comprendiendo, empatizando y respetando a nuestros interlocutores, lo que implica dejar de lado los clichés ideológicos heredados del mundo soviético y postsoviético” [1, p. 214]. Solo así se podremos entrar en dialogo con la “geopolítica polaca” de los Piast, el tradicionalismo lituano, el turanismo húngaro, el sufismo bosnio, el “paneslavismo pro-oriental” checoslovaco y yugoslavo con tal de revivir los proyectos de una Gran Rumania, una Gran Albania o un mundo panhelénico en clave antioccidental y prorrusa.

La segunda parte del libro está dedicada a temas muy espinosos como la identidad de Besarabia/Moldavia/Rumania, mientras que la tercera parte aborda la filosofía rumana. El autor analiza la identidad arcaica y étnica de Rumania oriental, en especial del “moldavismo popular” de Besarabia, destacando la profundidad e importancia del tradicionalismo rumano (N. Ionescu, C. Codreanu, M. Eliade, Lovinescu, L. Blaga, V. Bencile, Neopalimaya Kupina y otros) como posible alternativa para que Rumanía derrote el atlantismo liberal y pueda nuevamente renacer como el “espacio mioritza” perdido. Sin lugar a dudas, la lucha popular de las tradiciones moldavo-rumanas contra el nacionalismo burgués moderno es el caso más ilustrativo e importante de todos (lo que explica que la filosofía rumana del siglo XX haya alcanzado la fama mundial).

Alexander Bovdunov cree que el caso de Rumanía debe ser usado como modelo para que otros países de Europa del Este pueden combatir la rampante globalización y americanización que están sufriendo, por eso dice que “el atlantismo que hoy predomina en los países de Europa del Este no es realmente su destino. No obstante, el acercamiento ruso a Europa del Este requiere que nos apoyemos tanto en los proyectos como en las tendencias sociales que ya existen en estos países, además de tener en cuenta los errores y fallas que ha cometido el atlantismo” [1, с. 236]. Bovdunov dice que el apoyo de la multipolaridad y los políticos populista en Europa del Este puede ayudar a los rusos a combatir la hegemonía occidental, por lo que lo único que tenemos que hacer es fomentar esta lucha y ayudarnos mutuamente. Además, el autor subraya que la alianza entre Rusia y los pueblos de Europa del Este debe basarse en la defensa de los valores que todos ellos comparten, especialmente la familia tradicional, la cosmovisión campesina patriarcal, la negación de la visión del tiempo y la historia propia de Occidente, el rechazo de la ética de trabajo burguesa-capitalista y de la política liberal-democrática. Incluso las encuestas hechas por los sociólogos occidentales en Europa del Este demuestran que entre el 62 y el 81% de la población quiere la llegada de un dictador o jefe, mientras que un 23 o 56% defienden la instauración de un régimen militar [1, p. 39]. Además, la religiosidad de estos países supera el 80-90% de la población. Sin embargo, la imposición por parte de Estados Unidos y la UE de republicas parlamentarias en Europa del Este después de 1989 ha provocado una terrible pseudomorfosis cuyo resultado natural ha sido la instalación de regímenes autoritarios y patriarcales bastante débiles. De todos modos, Europa del Este poco a poco esta volviendo a su “estado primordial” como decimos en Rusia.

Finalmente, podemos decir que las conclusiones a las que llega Alexander Bovdunov son el resultado de sus ideas filosóficas y antropológicas. Es por esa razón que las claves para leer este libro las encontramos en la tercera y última parte del mismo, donde el lector conoce las ideas de los filósofos rumanos que defendieron el nacimiento de un tradicionalismo cósmico ortodoxo como lo fueron Blaga, Bencile, Eliade y los ancianos ortodoxos de Neopalimaya Kupina o el futurismo transgresor de Chioran y las ideas ocultistas de Culianu frente a la Nueva Modernidad Europea: “Una humanidad total que vive dentro del mundo de la Tradición” [1, p. 395] y que choca de frente con la idea de crear un híbrido máquina o animal.

Por supuesto, el libro comete algunos errores. Por ejemplo, en la página 45 encontramos una lista inexacta de los miembros de la UE y la OTAN en los Balcanes: Macedonia es miembro de la OTAN y no de la UE, mientras que Croacia es tanto miembro de la UE como de la OTAN. Bosnia y Herzegovina, junto con Serbia, es uno de los pocos Estados de los Balcanes que no pertenece a ninguna de estas organizaciones. Además, en la página 72 se dice que Rusia subestima la amenaza que representan los checos, algo que ha quedado desactualizado después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia pusiera tanto a Estados Unidos como a la Republica Checa como amenazas en una lista que sacó en el 2021. En la p. 160 se menciona al destacado tradicionalista polaco Adam Wielomski (conocido por sus estudios sobre De Maistre y otros fundadores del tradicionalismo) sin ninguna explicación y, a continuación, en la p. 177 el nombre de la politóloga húngara Esther Borosh es transcrito como Boros. En la página 421 se afirma que las obras de I. Culianu no han sido traducidas al ruso, pero su libro Eros y magia en el Renacimiento, al que Bovdunov se refiere tres páginas después, fue publicado en el 2017. Alexander Dugin ha mencionado a Culianu en su obra Noomajía junto con otros autores. Bovdunov también dice que el origen del Estado albanés nace de la intriga británica de 1912-1913 [1, pp. 215-216], pero como sabemos en realidad fue creado por la élite austro-hungara y en parte la italiana [7]. En la página 222 se dice que la Organización Interna Revolucionaria de Macedonia (OIRM) fue quien asesino al rey yugoslavo Alejandro y al ministro de Asuntos Exteriores francés L. Barta en 1934, aunque en realidad ese atentado fue organizado por los Ustasha croatas y Vlado Černozemski, de la OIRM, sólo lo ejecutó. Creo que en un libro dirigido a las masas y del cual solo se hizo un misterioso tiraje de 642 ejemplares tales inexactitudes deberían haber sido corregidas.

Además, existen varios hechos que menciona el libro cuyas interpretaciones son bastante dudosas. Un ejemplo de ello sería la reducción del conflicto entre los albaneses Fan Noli y Ahmet Zogu como una lucha entre facciones pro-occidentales contra facciones pro-serbias. Esto es un error – se invierte el orden de las simpatías de ambos personajes – y su lucha fue mucho menos trivial de lo que parece. La línea geopolítica pro-Serbia de Albania fue defendida por Essad Bajá Toptani, quien defendía la integración de Albania, Serbia y, en parte, Macedonia, por lo que no debe sorprendernos que el actual político Edi Rama se presente como un nuevo Toptani. Por último, cabe mencionar que una de las constantes de la política albanesa del siglo XX hasta hoy es el enfrentamiento entre las sub-etnias del Norte (Geghi) contra las del Sur (Toschi), la cual prefiguró gran parte del conflicto entre Noli y Zogu, los nazis (Balli Kombetar) y los comunistas (Enver Hoxha) hasta llegar al actual conflicto de los partidos socialistas y demócratas. Esta dicotomía, también se ve complicada por las luchas de clanes más pequeños y sigue siendo uno de los principales “motores” de la geopolítica de los Balcanes occidentales.

También existen otras cuestiones interesantes que no fueron abordadas en este libro y que sería bueno que fueron estudiadas en una posible continuación. Entre ellas estaría el hecho de que Eslovenia apenas si es mencionada en la obra (ni siquiera se dedica un apartado al filósofo Salavoj Žižek) ni tampoco Gracia (que debería ser analizada del mismo modo que Bulgaria, Macedonia, Albania y otros países de la región, pues comparte la misma cultura que el resto de los países de los Balcanes). Por otro lado, es necesario estudiar el papel que el Patriarcado de Constantinopla (controlado por Estados Unidos) – y su extensa red eclesiástica y cismática regada por la región – ha jugado en la implementación de los proyectos atlantistas y prooccidentales. No obstantes, estas críticas no restan méritos a la valiosa monografía que Bovdunov ha puesto en nuestras manos, ya que como todo trabajo requiere de ser completado y ampliado tanto en el tiempo como en el espacio. Este libro sin duda demuestra que la vieja tesis de H. McKinder – “quien controle Europa del Este controlará el mundo” – sigue siendo tan vigente hoy como hace cien años, y eso a pesar de la creciente importancia de otras regiones del planeta. Sin duda alguno, los lectores seguiremos esperando las nuevas obras que el autor públique en un futuro.

Bibliografía:

1. Бовдунов А.Л. Великая Восточная Европа: Геополитика. Геософия. Третий традиционализм. М., 2022.

2. Солонарь В.А. Очищение нации. Насильственные перемещения населения и этнические чистки в Румынии в период диктатуры Иона Антонеску (1940–1944). СПб., 2020.

3. Дугин А.Г. Ноомахия: войны ума. Восточная Европа. Славянский Логос: балканская навь и сарматский стиль. М., 2018.

4. Дугин А.Г. Ноомахия: войны ума. Неславянские горизонты Восточной Европы: песнь упыря и голос глубин. М., 2018.

5. Цивьян Т.В. Лингвистические основы балканской модели мира. М., 1990.

6. Цивьян Т.В. Движение и путь в балканской модели мира. М., 1999.

7. Толева Т. Австро-Венгрия и становление албанской нации. 1896–1908. М., 2015.

Traduccion de Juan Gabriel Caro Rivera