Ómicron: ¿Existen razones para el pánico a nivel global?
Fue detectado en California, Estados Unidos el primero de diciembre 2021, el primer caso de la variante Ómicron, informó el Centro para Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Se trata de un viajero que regresó de Sudáfrica el 22 de noviembre, según informaron los Departamentos de Salud Pública de San Francisco, California.
El primer caso de esta variante ocurrió en Botsuana el 11 de noviembre, luego hubo casos en varios países sudafricanos y la identificación de la variante se hizo en Sudáfrica el 18 de noviembre.
En Sudáfrica la variante es sobre todo presente en una región y los contagios en la segunda mitad de noviembre han pasado de un promedio de alrededor de 300 a un promedio de 3000, aunque este dato está determinado en gran parte por el de un solo día, excluyendo el cual el promedio sería de 1670.
Hay que anotar que la doctora Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica, que fue la primera que alertó de la existencia de la nueva variante, expresó que los pacientes contagiados con la nueva variante habían experimentado síntomas leves. Además no se registra una variación significativa entre los fallecimientos antes de las dos quincenas.
Desde un punto de vista epidemiológico la comparación de los nuevos casos entre las dos quincenas no arroja resultados muy diferentes en la mayoría de los otros siete países cuyos vuelos fueron inmediatamente bloqueados por la Unión Europea, Botsuana, Mozambique, Lesotho, Namibia y Eswatini, mientras un aumento importante de los contagios se ha registrado en Zimbabwe.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), inmediatamente advirtió que la variante del coronavirus Ómicron presenta un alto riesgo de aumentos de contagio en todo el mundo, el anuncio lo hizo el director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Hay que subrayar que este anuncio en parte reflejaba las preocupaciones sobre las consecuencias en las regiones más pobres del mundo que están muy lejos de lograr la vacunación de su población, pero también lo que causa preocupación son los primeros resultados sobre la secuencia del genoma del virus ya que las mutaciones se han manifestado en una proteína que es la que permite infectar y son mutaciones que solo en mínima parte se habían observado en otras variantes.
En realidad, la posición de la OMS no es tan rígida come se ha a veces interpretado ya que insiste en subrayar que no hay evidencia científica de que los síntomas asociados a la nueva variante sean más graves que los de las anteriores.
Se ha producido un pánico a nivel global con la nueva variante, y se ha aireado su probable mutación, esto ha ocasionado cierre de fronteras de diferentes países, sin reparar en detalles de carácter científicos sobre el Ómicron. La verdad es que poco se sabe sobre las consecuencias de las mutaciones, e inclusive la levedad de los casos debes tomarse con precaución, justamente por no ser muy elevado el número de los contagiados.
Esta situación debería preocupar países como la República Dominicana, donde el turismo había empezado a recuperar niveles aceptables, aunque lejanos de los anteriores a la pandemia. Las consecuencias que se derivan para la economía de esos países y a nivel global, pueden ser devastadoras, por estas razones nos hacemos la pregunta: Ómicron: ¿Existen razones para el pánico a nivel global?
En paralelo con esto, lo que está ocurriendo era algo previsto desde hace tiempo. Es necesario una campaña fuerte de vacunación en África, lo cual vuelve a poner en la mesa el tema de la liberalización de las patentes. Pero es necesario que sea lo más alto posible el número de vacunados donde la campaña está funcionando bien, y para vencer las resistencia es fundamental una comunicación correcta.
Estos significan también aclarar qué significan las mutaciones, desdramatizándolas. En el imaginario de muchas personas, hay la idea de un pequeño monstruo o de un organismo que puede alcanzar propiedades sobrenaturales; mientras son parte de la cotidianidad de la reproducción biológica. En células muy avanzadas (como las del Ser Humano) existen mecanismos que evitan la aparición de mutaciones que puedan representar un riesgo para la estructura y/o funcionalidad de la célula, pero en el caso de organismos primitivos, como los virus, la mutación puede representar una vía de permanencia en el ecosistema donde conviven.
Los virus ARN, como el Coronavirus, tienen una alta tendencia a desarrollar mutaciones, dada la labilidad de su código genético, la rapidez con que se reproduce y los pocos mecanismos de corrección. Grandes cambios en su estructura pueden crear cepas, como es el caso del SARS CoV2, mientras un agrupamiento de mutaciones que alteran algunas estructuras proteicas da lugar a lo que denominamos variantes de esa cepa. Cada variante puede acarrear una reacción inmunitaria diferente, eludiendo los sistemas de defensa creados por sus predecesoras, ya sea por infecciones previas o por la inoculación de vacunas.
La variante Ómicron del SARS CoV-2 resume todas las preocupaciones que se han venido planteando durante la pandemia, pues resulta ser una variante con una importante cantidad de mutaciones (aproximadamente 50) lo que puede convertirla en la responsable de una quinta nueva ola. Las olas de contagios no han sido las mismas en cada país, ni en el resto del mundo.
A la fecha es muy temprano para saber si esta variante causará estragos en las poblaciones susceptibles, por lo que debemos estar al asecho de lo que pueda pasar. Los países, en mayor o menor medida (según los recursos con los que cuenten) deben activar sus mecanismos de vigilancia con modelos estadísticos bien implementados para poder identificar los cambios epidemiológicos a tiempo; sin embargo, el escenario ideal es que cada país cuente con las herramientas de identificar sus propias variantes y rastrear su comportamiento.
Sobre los autores: Willians De Jesús Salvador, Médico Endocrinólogo y Nutricionista, ex embajador dominicano en Alemania y analista de política global.
Galileo Violini, físico, Asesor en políticas públicas científicas, ex representante de UNESCO ante República Islámica de Irán y Economic Cooperation Organization, Director emérito internazionale de Física de Bogotá.
David de Luna MSc, Médico Infectólogo. Director Servicio Infectología del HOMS.