Michel Aoun, el nuevo presidente del Líbano

11.11.2016

El Líbano llevaba sin jefe de Estado desde mayo de 2014, tras finalizar el mandato presidencial de Michel Suleiman. Michel Aoun, quien encabeza la coalición Reforma y Cambio en el Parlamento libanés, fue elegido nuevo presidente, al obtener 83 votos del total de 127.

El antiguo general Aoun llegó a la popularidad en 1991 cuando se enfrentó a las tropas sirias, tras una guerra de seis meses de duración, y se vio obligado a huir a Francia, donde pasó 14 años de exilio. En el 2005, volvió al Líbano, según sus palabras, para acabar con la corrupción y dar inicio a una nueva era. El nuevo líder populista maronita concentró en torno a su Movimiento Patriótico Libre a gran parte de la sociedad cristiana libanesa, que aún recordaba su heroica resistencia frente a los sirios. Sin embargo, su aparición rompió las expectativas electorales de la coalición del 14 de marzo, que reunía a una heterogénea colección de fuerzas políticas sunitas, drusas y cristianas, en torno al gobierno de Siniora, prooccidental y antisirio. El resultado final fue la formación de tres bloques, el prosirio nucleado por los chiítas de Amal y Hezbollah, los antisirios de la coalición 14 de marzo, y el Movimiento Patriótico Libre del general Aoun. La sorpresa fue cuando Aoun firmó un pacto de respeto mutuo y cooperación con las fuerzas chiítas en el 2006. El Movimiento de Aoun había recibido el 70 % de los votos de la comunidad cristiana libanesa, marginando a las tradicionales familias maronitas de los Gemayel y Chamoun. La alianza electoral fue establecida por Aoun, para poder obtener el apoyo de los chiítas a una muy posible candidatura a la presidencia del Líbano.

Después del bloqueo sufrido para la elección del jefe de Estado, que por constitución sólo puede ejercer alguien perteneciente a la comunidad cristiana maronita. El ahora político Michel Aoun ha sabido moverse para conseguir los apoyos necesarios a su candidatura. Frente a su rival Suleyman Frangie, vinculado a una familia abiertamente prosiria, que contaría con la oposición de los sunníes y el resto de los cristianos, o la recuperación de un miembro de la familia Gamayel o el propio Samir Geagea, líder de las fuerzas libanesas, que contaría con el bloqueo de los chiítas. Aoun ha sabido ser “fenicio”, separarse lo suficiente de Hezbollah, sin perder su apoyo, romper el bloque sunnita, contando con el apoyo de Saad Hariri, a quien seguramente nombrará como primer ministro. Los presidentes de gobierno, también por mandato constitucional deben ser musulmanes sunnitas, como chiítas los presidentes del parlamento. También ha sumado a los esquivos drusos de Walid Jumblatt y ha conseguido el reconocimiento de su máximo rival en la comunidad cristiana, Samir Geagea. Líbano tiene presidente de nuevo y desatasca un peligroso vacío de poder.

El perfil del nuevo presidente Aoun es lo suficientemente prochiíta, como para que el gobierno sirio, que va ganando su guerra a los diferentes grupos yihadistas, no intente desestabilizar el país y convertirlo en su colonia. Por su parte el nombramiento de Saad Hariri, es un gesto a Arabia Saudí, donde nació el político sunnita, con fuertes intereses en el país, garantiza que la ficha libanesa no ha caído del lado iraní. Una vez más los libaneses intentan zafarse de una guerra, convenciendo a sus rivales de estar con ellos. De momento la elección garantiza que la paz sigue con ellos.