Los saudíes se están colapsando en Yemen, Irán está ganando

10.03.2016

Las fuerzas Hutíes retomaron la región de Al-Kabeen, en la provincia de Lahij el domingo por la noche. Docenas de soldados saudíes murieron o resultaron heridos por el asalto de las fuerzas yemeníes. Mientras tanto, el ejército yemení y las fuerzas populares hicieron avances considerables en la provincia de Marib, matando a un gran número de fuerzas saudíes e hiriendo a muchos otros.

La estrategia saudí en Yemen está sufriendo un colapso completo. Pese a que múltiples enemigos están venciendo a las fuerzas saudíes, los rebeldes Hutíes están apuntando hacia la ocupación de las provincias sureñas de Arabia Saudí.

Importancia estratégica de Yemen

Yemen es un país de gran importancia geopolítica. Se sitúa en la parte suroccidental de la península arábiga y guarda el estrecho de Bab al-Mandab. Es un importante país en términos geopolíticos, militares y políticos. Los países industrializados de Europa occidental dependen del petróleo del golfo pérsico, y de la ruta más corta para los petroleros es a través del estrecho de Bab al-Mandab, el mar rojo, y el canal de Suez. Así, el estrecho es tan importante para Europa y los países del golfo como para Irán, que está buscando renovar su suministro de petróleo hacia Europa ahora que las sanciones han sido levantadas.

Esta ruta marítima también es importante para China, que quiere incluirla en su proyecto de la ruta de la seda marítima. El año pasado, China negoció con Djibouti el establecimiento de una base militar en el estrecho de Bab al-Mandab por el lado africano.

Como punto de entrada para el mar rojo, el estrecho de Bab al-Mandab, y por tanto, Yemen, son de gran interés para Israel dados sus intereses en el mar rojo. Desde un punto de vista estratégico, cualquiera que sea el poder que controle Yemen, también controlará el acceso al estrecho y a la ruta marítima del océano índico hasta el mediterráneo.

Durante la guerra fría, Yemen representaba un campo de batalla entre los poderes telurocráticos y talasocráticos. El poder continental más grande, la Unión Soviética, consiguió ocupar el sur de Yemen, una antigua colonia británica, ganando el control sobre el puerto de Adén, cerca del estrecho de Bab al-Mandab. Tras el colapso de la Unión Soviética, el Yemen unificado cayó bajo influencia saudí.

La media luna Chií en la península arábiga

La parte norte de Yemen está poblada por musulmanes chiíes zaydi, que siempre han estado influenciados por sus correligionarios de Irán.

A principios del siglo 20, esta secta moderada chií estableció su propio reino Mutawakkilite, encabezado por un líder religioso chií zaidayyih, en el territorio del norte de Yemen. Esta fuerza siempre garantizó los intereses iraníes y estuvo apoyado por Irán durante la guerra civil anterior, en 1962-1970. A pesar del diferente régimen (monarquía en el pasado, república islámica hoy), Irán tiene los mismos aliados y continúa mostrando el mismo interés en Yemen y la misma estrategia geopolítica.

Es importante la región saudí de Najran, que colinda con Yemen, pues está poblada por chiíes ismaelies sulaimanis, quienes son étnicamente cercanos a la población del norte de Yemen y están oprimidos por el liderazgo wahabí del reino. 10% de la población saudí son musulmanes chiíes. Habitan la parte del país que está más cerca del golfo pérsico, donde están situadas las mayores reservas de petróleo. Por el apoyo a la población chií oprimida en el reino saudí, Irán puede destruir finalmente a su principal enemigo en oriente medio. De uno en uno, Arabia Saudí en primer lugar quiere erradicar el gobierno Hutí en Yemen, y al mismo tiempo aterrorizar a su propia población chií (por ejemplo, con la ejecución de Nimr al-Nimr, un prominente clérigo chií).

La guerra de Yemen

Yemen permanece fracturado desde que el presidente Hadi, en enero de 2015, fue expulsado de la capital y marchó al exilio. El país está desgarrado entre el gobierno interino encabezado por los Hutíes (rebeldes chiíes respaldados por Irán), remanentes del anterior régimen, Al-Qaeda en la península arábiga, y un movimiento secesionista en el sur; ninguno de ellos es capaz de controlar todo el país. En marzo de 2015, Arabia Saudí inició una intervención militar en el país.

Mientras que el gobierno encabezado por los hutiés, apoyados por tropas leales al antiguo presidente Saleh (predecesor de Hadi, expulsado como resultado de la primavera árabe en Yemen), está dominando en el anterior Yemen del Norte, las fuerzas opositoras, incluyendo a los invasores wahabíes, el Daesh, Al-Qaeda en la península arábiga, y los movimientos separatistas sureños, están luchando por el anterior Yemen del Sur.

La coalición encabezada por los saudíes incluye a los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahréin, Jordania, Marruecos, Sudán, Egipto y Pakistán. Los Estados Unidos anunciaron que ellos estuvieron asistiéndolos con inteligencia, marcación de objetivos y logística.

La derrota saudí en Yemen

Arabia Saudí no puede ganar la guerra en Yemen. Los esfuerzos de la coalición saudí no han traído éxitos reales. La guerra revela la impotencia militar y estratégica del mando y liderazgo saudí.

El reino no puede derrotar a su principal enemigo, el gobierno encabezado por los Hutíes. Los hutíes controlan la capital yemení, Saná, y la mayoría del antiguo Yemen del Norte.

El representante saudí, Al-Qaeda en la península arábiga, actúa de forma más independiente. Está capturando más y más ciudades previamente controladas por el gobierno de Hadi apoyado por Riad.

Al mismo tiempo, los separatistas del sur de la antigua República Democrática Popular de Yemen, han cortado toda la región de Hadhramaut.

Éxito Hutí

Ninguno de los objetivos estratégicos de los saudíes ha sido completado. Tanto Saleh como los comandantes Hutíes están vivos, y controlan grandes partes de Yemen, moviéndose libremente a través del país. Los rebeldes Hutíes usan misiles balísticos tácticos incluyendo los SCUD, Tochka, y Qaher-1 contra las fuerzas intervencionistas, golpeando bases en el territorio saudí y destruyendo los barcos de la coalición. El aeropuerto de Jizan, las instalaciones petrolíferas de  Aramco, y la base militar Faisal, fueron atacadas.

Según fuentes independientes, el apoyo para el movimiento Hutí en Yemen está creciendo. Ellos lograron presentarse a sí mismos como la única fuerza independiente que se opone a la agresión saudí y defiende los principios del islam tradicional sin las perversiones wahabíes. En octubre de 2015, exhortaron a prominentes líderes tribales, religiosos e intelectuales de todas las partes de Yemen para firmar la “Carta de honor tribal” para impedir la agresión saudí.

La guerra en suelo saudí

Los rebeldes hutíes, con el apoyo de tribus locales sacadas de Arabia Saudí, están ahora atacando la provincia de Najran, y han invadido Jizan, capturando otra base saudí. Las fuerzas del gobierno Hutí y el ejército del antiguo presidente Saleh, atacan continuamente las afueras de la capital de la provincia.

La ofensiva se desarrolló estrictamente según los principios de los imames Hutíes (Zaydi) que siempre han creído que las ismaelíes Najran y Jizan son partes del gran Yemen.

El ejército saudí usa bombas de racimo contra su propia población en un desesperado intento por detener la ofensiva yemení.

Arabia Saudí y sus aliados están intentando salvar la situación mediante el uso de mercenarios de todos los países del mundo incluyendo Latinoamérica (concretamente Colombia) y los EEUU. Las fuerzas Hutíes han conseguido matar a alguno de los comandantes mercenarios.

Actualmente esta estrategia indica la derrota de las fuerzas saudíes y pueden estar fácilmente conectadas con el ambiente de bajos precios del petróleo, cuyos ingresos por el petróleo son insuficientes.

Pronóstico

Arabia saudí está abocada a perder la guerra. El punto muerto que es la guerra yemení podría ser el principio del colapso del reino. Esto podría conducir a drásticos cambios en la región.

Según el portavoz del ejército yemení, el general de brigada Sharaf Ghalib Luqman, más ataques sobre provincias saudíes serían consideradas como una decisión política y no como decisión militar, y la principal decisión se hará en Teherán, no en Saná.