Las controversias se intensifican tras la Cumbre de Corea del Norte y Estados Unidos
La Reunión en la Cumbre del 11 de junio en Singapur, del presidente estadounidense Donald Trump con el presidente norcoreano Kim Jong-un. ha preparado el entramado de la agudización de disputas en la región Asia-Pacífico, particularmente de la gran potencia anglosajona con China, a pesar de la aparente relajación de las tensiones. Muy por el contrario, éstas se hicieron mayores cuando el presidente Trump decidió cancelar las maniobras militares de su país con Corea del sur, aunque dando un paso más en sentido inverso al rumbo aconsejado para la paz con los altos aranceles impuestos a las importaciones de productos chinos por EEUU.
El sentido de la cumbre Kim-Trump y de la decisión del mandatario de EEUU de suspender las maniobras conjuntas de su país con Corea del Sur, que Trump mismo ha calificado de “provocaciones” de cara a Corea del Norte. Un artículo de Ellen Mitchell, aparecido en The Hill, (12.06.18), da varias precisiones sobre la situación naciente, que se aclara a medida que se conocen sus detalles. Y a medida que la claridad ilumina los pormenores, no hay duda de se trata de un episodio original. Por otra parte, esos detalles permiten describir un paisaje también particular de los altos cargos de la seguridad nacional de en Washington D.C.
- La presencia del Pentágono no fue significativa en el equipo presidencial para la Cumbre. Aparte de Randall Schriver, asistente del encargado de los asuntos de seguridad de Asia y el Pacífico, y funcionario de enlace del Pentágono con el Departamento de Estado, no fue muy elocuente. En suma, el Pentágono no se enteró de la decision de Trump de suspender las maniobras, como otros temas que no figuraban en los documentos, mémoranda, propuestas, elaborados por la burocracia de la potencia anglosajona para sugerir el contenido de las entrevistas, de las sugestiones y del comunicado final.
- Mattis, secretario de la Defensa, emprendió una campaña sistémica de comunicación para hacer creer que estaba informado de las intenciones presidenciales en sus entrevistas con Kim, y, más tarde, para dar la impresión de estar de acuerdo con Trump en el significado de las nuevas relaciones de EEUU con Corea del Norte. Mattis hizo saber que está absolutamente de acuerdo con Trump, lo cual fue una sorpresa a la vez extraña y feliz, de cara a las opiniones discrepantes y estridentes recibidas en la capital de Estados Unidos, sobre todo en el Congreso y en la prensa del Sistema, contra la décision de Trump de retirar las fuerzas estadounidenses desplegadas en Corea del Sur. Esas maniobras de comunicación muestran que el entorno del DeepState & Cia. no coincide siempre con Trump no obstante el control que se supone que ejerce sobre la política presidencial.
Pero durante su conferencia de prensa en Singapur, Trump había mezclado promesas con amenazas veladas. Dijo que las sanciones económicas paralizantes de Corea del Norte se mantendrían en su lugar y que no habría una reducción de los 32 mil soldados estadounidenses en Corea del Sur, 3.500 más de los que suele informarse, a pesar de sus vagas promesas de traer las tropas a casa. Una contradicción flagrante. ¿Regresa la infantería estadounidense a casa o no?
Trump dijo que Estados Unidos "detendrá los juegos de guerra (con Corea del Sur), lo que nos ahorrará una enorme cantidad de dinero, a menos y hasta que veamos que la negociación futura no está funcionando como debe". Al igual que sus otras declaraciones, esta promesa nebulosa puede derogarse fácilmente si Pyongyang no sigue la línea de Washington.
La declaración aparentemente atrapó a los aliados de EEUU por sorpresa. El portavoz presidencial de Corea del Sur, Kim Eui-gyeom, dijo: "Por ahora, aún es necesario averiguar el significado exacto y la intención de los comentarios del presidente Trump". El presidente surcoreano, Moon Jae-in, se reunirá con el secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo en Seúl el jueves para discutir la cumbre. Pompeo luego se dirigirá a Beijing.
El ministro de Defensa japonés, Itsunori Onodera, se opuso a la propuesta de Trump y dijo: "Los ejercicios estadounidenses y surcoreanos y las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur desempeñan un papel importante para la seguridad del este de Asia". Los juegos de guerra masivos envían un mensaje amenazante a China, que sería el verdadero objetivo de la agresión estadounidense y japonesa.
Al parecer, las fuerzas estadounidenses se sorprendieron cuando el mandatario dijo: "En coordinación con nuestros socios ROK [surcoreanos], continuaremos con nuestra postura militar actual hasta que recibamos una guía actualizada del Departamento de Defensa y / o el Comando Indo-Pacífico".
La respuesta de China dio una indicación más clara del desarrollo del conflicto. Un artículo de opinión del martes en el Global Times, del gobierno de China, insistió en que si Corea del Norte ya no es una "amenaza", entonces "no habrá motivos para que EEUU y Corea del Sur prosigan los simulacros militares a gran escala y para que Washington mantenga su presencia militar en ese país ".
El portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, declaró: "China ha sostenido constantemente que las sanciones no son el objetivo en sí mismas. Las acciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas deberían apoyar y ajustarse a los esfuerzos de las actuales conversaciones diplomáticas para desnuclearizar la Península Coreana y promover una solución política para la península". China espera incorporar a Corea del Norte en su Belt and Road Initiative (BRI), un plan de infraestructura para conectar Asia con Europa y África. Un artículo de Global Times pidió el miércoles a China que "cambie gradualmente a la asistencia económica" a Pyongyang para llevarlo al BRI".
Washington está provocando nuevas tensiones con Beijing. El 27 de mayo, Estados Unidos condujo dos buques de guerra dentro de la zona de 12 millas náuticas alrededor de las Islas Paracel en el Mar del Sur de China, arriesgándose a un choque con la armada china. La guerra comercial emergente de Trump con Pekín también podría llevar a un conflicto militar.
Trump usó la cumbre con Kim para entregar a Corea del Norte un ultimátum: unirse a Estados Unidos en la creciente campaña de guerra contra China o convertirse en una víctima en el camino a tal conflagración.
En medio del creciente enfrentamiento con China, el Partido Demócrata de EEUU y sus aliados han pronunciado sus frases vacías tocantes a los "derechos humanos". La líderesa de la minoría demócrata Nancy Pelosi criticó a Trump por "elevar a Corea del Norte al nivel de los Estados Unidos mientras preserva el statu quo de su régimen".
Los medios estadounidenses han denunciado a Trump en gran parte porque supuestamente ha permitido que China emerja como el "ganador" de la Cumbre. Y así, el New York Times como el Washington Post expresaron su disgusto por la aparente decisión de cancelar los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur.
Nicholas Kristof, del Times, quien regularmente rebuzna por la guerra imperialista en nombre de los derechos humanos, escribió un artículo de opinión, Trump fue rebasado en Singapur. Él dijo: "Trump ha aliviado las tensiones que él mismo creó cuando amenazó el otoño pasado para destruir totalmente' a Corea del Norte. Simplemente no estoy seguro de que un líder deba recibir crédito por desactivar una crisis que él mismo creó".
El Washington Post denunció a Trump por supuestamente ceder terreno estadounidense en Asia-Pacífico: "Con el respaldo de China y Rusia, que buscan disminuir la posición estratégica de Estados Unidos en Asia, Corea del Norte ha buscado durante mucho tiempo el fin de los ejercicios, y hasta el martes, éste había rechazado rotundamente la idea".
La campaña contra Trump no se basa sólo en su brutalización doméstica de inmigrantes, la destrucción de registros históricos en el Medio Oriente o las numerosas otras violaciones de los derechos democráticos que Washington ha llevado a cabo. Para esta capa opulenta, su principal preocupación es que Trump no utiliza plenamente a los militares contra China y Rusia, lamentando la disminución de la agresividad estadounidense.
Cualesquiera que sean sus desacuerdos, Trump y los republicanos, seguidos de los demócratas y sus aliados, continuarán los preparativos para los grandes conflictos de poder establecidos por el Pentágono en la Estrategia de Defensa Nacional de enero, que calificó a China y Rusia de amenazas a la hegemonía estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial.
Con base en datos de dedefensa.org y World socialist web site, del 16 de junio de 2018.
Además, para conocer más sobre las implicaciones en el corto y mediano plazo de la Cumbre de Singapur, así como el contenido detallado de la Declaración Conjunta firmada por Donald Trump y Kim Jong-un lo invitamos a consultar la Nota de Coyuntura la que hace referencia el presente Boletín en el siguiente enlace: http://bit.ly/Cumbre_EEUUCoreaDelNorte