La UE: hacia la militarización
El 10 de noviembre de 2022, la Comisión Europea dio a conocer un nuevo plan de acción, Movilidad Militar 2.0. Paralelamente, se ha publicado la "Estrategia de Ciberdefensa de la UE".
Según los documentos oficiales, su objetivo es "hacer frente al deterioro del entorno de seguridad tras la agresión de Rusia contra Ucrania y mejorar la capacidad de la UE para proteger a sus ciudadanos e infraestructuras".
Según Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, "hoy en día, no hay defensa de la UE sin ciberdefensa. Por lo tanto, las dos estrategias están interconectadas y son complementarias".
En resumen, el Plan de Acción sobre Movilidad Militar debería ayudar a los ejércitos europeos a responder mejor, más rápido y a una escala suficiente a las crisis que surjan en las fronteras exteriores de la UE y fuera de ellas. Debería reforzar la capacidad de la UE para apoyar a los Estados miembros y a los socios en lo que respecta al transporte de tropas y su equipamiento. También pretende reforzar la cooperación con la OTAN y facilitará la comunicación y el diálogo con los principales socios. En el contexto de la actual postura de la UE con respecto a Ucrania, así como del fortalecimiento del flanco oriental de la OTAN, esta iniciativa significa un rumbo hacia una mayor confrontación con Rusia, además de atraer a Estados que aún no son miembros ni de la UE ni de la OTAN a la órbita de influencia de Bruselas.
Partiendo de los logros del primer plan de acción lanzado en 2018, la nueva movilidad militar abarca el periodo 2022-2026 e incluye:
- Identificar las posibles carencias de infraestructura, informar de las acciones futuras para priorizar las mejoras e integrar los requisitos de la cadena de suministro de combustible para apoyar los movimientos a gran escala de las fuerzas armadas a corto plazo;
- Digitalización de los procesos administrativos relacionados con las aduanas, la logística y los sistemas de movilidad militar;
- Medidas para proteger las infraestructuras de transporte de los ciberataques y otras amenazas híbridas;
- Facilitar el acceso a vehículos de reparto estratégicos y maximizar las sinergias con el sector civil para mejorar la movilidad militar, especialmente por aire y por mar;
- Mejorar la eficiencia energética y la resistencia al cambio climático de los sistemas de transporte;
- Reforzar la cooperación con la OTAN y con socios estratégicos clave como Estados Unidos, Canadá y Noruega, al tiempo que se facilita el compromiso y el diálogo con los socios regionales y los países de la ampliación, como Ucrania, Moldavia y los Balcanes Occidentales.
El Plan propone nuevas acciones para garantizar la circulación rápida, eficaz y sin obstáculos de fuerzas potencialmente de gran envergadura, incluido el personal militar y su equipo, tanto en el contexto de la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE como para las actividades nacionales y multinacionales, especialmente en el seno de la OTAN.
El enfoque estratégico de este Plan de Acción se centra en la necesidad de desarrollar una red de movilidad militar bien conectada, compuesta por
- corredores de transporte multimodal, incluyendo carreteras, ferrocarriles, rutas aéreas y vías navegables interiores
- rutas con infraestructuras de transporte de doble uso capaces de servir al transporte militar
- Nodos de transporte y centros logísticos que proporcionan el apoyo necesario a los países de acogida y de tránsito
para facilitar el despliegue de tropas y material;
- Reglamentos, estatutos, procedimientos y mecanismos administrativos digitales armonizados;
- La mejora de la sostenibilidad, la resistencia y la preparación de las capacidades de transporte y logística civiles y militares.
Por lo tanto, se necesitarán importantes recursos para reorganizar las rutas y los centros logísticos de la UE, así como para ajustar la legislación a las necesidades militares. De hecho, se trata de una militarización de las políticas internas, tanto de la propia UE como de cada uno de los miembros de la comunidad. Se supone que todo ello se llevará a cabo en el marco de la PESCO (Cooperación Estructurada Permanente) y en estrecha coordinación con la OTAN. Las infraestructuras se renovarán mediante una revisión de la iniciativa de transporte transeuropeo. También se agilizarán los procedimientos de cruce de fronteras intracomunitarias. Paralelamente, se llevarán a cabo ejercicios a gran escala, incluyendo maniobras multinacionales dentro de la OTAN.
En cuanto a la ciberseguridad, está previsto prestar especial atención al sector del transporte civil y a sus sistemas de apoyo, incluidos los sistemas de gestión del tráfico (transporte aéreo, ferroviario, marítimo), los sistemas de gestión de las terminales de contenedores, los sistemas de control de esclusas, puentes, túneles, etc. La recientemente adoptada Directiva de Seguridad de las Redes y de la Información (NIS2) actualizada en el sector del transporte debe aplicarse rápidamente. También está previsto que se intercambie la información necesaria para garantizar un conocimiento de la situación lo más completo posible entre los sectores del transporte militar y civil. De ello se encargará la Red Europea de Organizaciones de Enlace para Crisis Cibernéticas (EU - CyCLONe). También se menciona la importancia de utilizar las capacidades espaciales de la UE para este fin.
En términos generales, se aprecia la tendencia a reforzar la interdependencia euroatlántica, ya que además de la OTAN, que es una organización asociada clave, se mencionan otros participantes en el proyecto de movilidad militar de la PESCO, sobre todo Estados Unidos, Canadá y Noruega. Se espera que también Gran Bretaña se una pronto a este proyecto de la PESCO una vez que se completen los procedimientos pertinentes.
Significativamente, en paralelo, Francia también ha presentado su estrategia de defensa nacional. También se centra en la cooperación con la UE y la OTAN, así como en la ciberseguridad, las armas nucleares y la guerra híbrida. Pero la estrategia de Francia es más detallada y casi tres veces mayor que el Plan de la UE.
En general, contiene diez objetivos estratégicos.
1. Mantener una disuasión nuclear creíble y fiable. El conflicto en Ucrania "demuestra la necesidad de mantener una disuasión nuclear creíble y fiable para evitar una guerra mayor" que sea "legítima, eficaz e independiente", al tiempo que reitera "la necesidad de mantener la capacidad de comprender y contener el riesgo de escalada".
2. Aumentar la resistencia a los retos de seguridad tanto militares como no tradicionales (manipulación de la información, cambio climático, caza de recursos, pandemias, etc.) promoviendo un espíritu defensivo y asegurando la cohesión nacional. Para ello, Francia está poniendo en marcha una estrategia nacional de resiliencia destinada a reforzar su capacidad para resistir cualquier tipo de perturbación de la vida normal del país. Además, el servicio nacional universal se ampliará de forma incierta; Macron ha dicho que dará detalles al respecto en el primer trimestre de 2023.
3: Garantizar que la industria francesa apoye el esfuerzo bélico a largo plazo mediante la creación de reservas estratégicas, el traslado de las líneas de producción más sensibles y la diversificación de los proveedores. Esto recuerda a la idea de una "economía de guerra" que Macron planteó por primera vez en la conferencia de Eurosatory en junio de 2022.
4. Aumentar la ciberresistencia. "No hay medios disponibles para crear una ciberdefensa que impida todos los ciberataques a Francia, pero la mejora de su ciberseguridad es esencial para preparar al país para las nuevas amenazas", dice el documento. Para ello, "hay que intensificar los esfuerzos en los sectores público y privado". En particular, el documento afirma que "a pesar del importante trabajo ya realizado, la ciberseguridad del Estado tiene un importante margen de mejora" y "es necesario mejorar significativamente la ciberseguridad de todos los servicios públicos".
5. El papel clave de la OTAN en la defensa europea, el papel de Francia en ella y el fortalecimiento del pilar europeo. El documento afirma que "Francia pretende mantener una posición única dentro de la Alianza del Atlántico Norte. Ocupa una posición exigente y destacada por la especificidad e independencia de su política de defensa, en particular de su disuasión nuclear". Se añade que, sobre la base de su credibilidad operativa, su capacidad de respuesta rápida y su contribución financiera, "Francia tiene la intención de aumentar su influencia y la de sus aliados europeos para influir en cambios importantes en la postura de la OTAN y en el futuro de la estabilidad estratégica en Europa". El documento señala que Francia "excluye la ampliación [de la adhesión] a otras zonas geográficas, en particular a la región Indo-Pacífica.
6. Reforzar la soberanía europea y desarrollar la industria de defensa europea. "La autonomía estratégica europea depende de una sólida capacidad industrial de defensa europea que responda a sus propias necesidades" y para ello "Francia apoya la creación de un instrumento a corto plazo para la adquisición conjunta de equipos europeos".
7. Sea un socio fiable y un proveedor de seguridad creíble. El documento menciona una relación más profunda con Alemania, asociaciones clave con Italia y España, asociaciones estratégicas con Grecia y Croacia, una asociación para el desarrollo de capacidades con Bélgica, menciona a Ucrania, Moldavia y Georgia y señala que debe "restablecerse rápidamente un diálogo constructivo" con el Reino Unido. La asociación estratégica con Estados Unidos "seguirá siendo fundamental y deberá ser ambiciosa, sobria y pragmática". Se hace referencia a las relaciones con los países africanos, el Golfo Pérsico, el Mediterráneo y el Mar Rojo, y la región del Indo-Pacífico.
8. Mejorar la inteligencia. Francia debe continuar con las reformas profundas de sus servicios de inteligencia y llevar a cabo una política "ambiciosa" de reclutamiento y retención. También necesita invertir en nuevas herramientas técnicas que "tendrán que explotar el potencial de la computación cuántica y la inteligencia artificial".
9. Defender y actuar en guerras híbridas (combinaciones deliberadamente ambiguas de modos de acción directos e indirectos, militares y no militares, legítimos e ilegítimos, a menudo difíciles de definir). Se creará una organización más flexible, receptiva e integrada para "identificar, caracterizar, activar los mecanismos de protección apropiados (...) y responder con eficacia". También se están desarrollando herramientas para contrarrestar a las empresas militares privadas que son utilizadas como apoderados por las potencias hostiles. También se está dando prioridad a la protección de las infraestructuras críticas.
10. Libertad de acción y capacidad para llevar a cabo operaciones militares. Se trata de la voluntad de las fuerzas armadas francesas no sólo de participar en combates de alta intensidad, sino también de desplegar sus fuerzas lo antes posible y ser las primeras en entrar en el campo de batalla "con o sin el posible apoyo de los países aliados".
También en este caso se aprecian serias ambiciones de convertirse en el líder militar de Europa, con una apuesta por la autosuficiencia y el desarrollo de amplias asociaciones. Aunque con el telón de fondo de los fracasos de Francia en África, que han demostrado una débil capacidad de combate, algunos puestos serán bastante difíciles de cumplir.
Teniendo en cuenta el aumento de la preparación para el combate anunciado anteriormente por Alemania, desde el aumento del presupuesto militar hasta el reclutamiento de futuros soldados de la Bundeswehr, vemos una imagen más coherente que presenta un cambio en la estructura de las fuerzas armadas de la UE con la clara implicación de que esto se hace contra Rusia.
Traducción de Enric Ravello Barber