La emergencia de la multipolaridad

04.07.2024

Esta entrevista fue hecha por el periodista turco Eren Yesilurt (sufí cercano al tradicionalismo y a la filosofía islámica) a Alexander Dugin el 12 de febrero y fue publicada el 18 de marzo del 2024. La entrevista toca temas como la multipolaridad y el choque de civilizaciones (1). Las intenciones de Eren Yeshilhurt son las siguientes: “Llevo mucho tiempo pensando en hacer una serie de entrevistas sobre el concepto de la ‘revolución conservadora´, entrevistando a personas conocidas por todo el mundo como revolucionarios conservadores e informar sobre sus ideas. Es por eso que empecé con Alexander Dugin. Mi objetivo era comprender cómo el concepto de revolución conservadora moldeaba la actual política rusa y no tanto propagar y respaldar las ideas expresadas por sus defensores”.

Pregunta: El concepto de Occidente comenzó a tener un significado muy preciso a partir de los siglos XIX y XX. ¿Qué significa hoy el concepto de Occidente y cuál será su futuro?

Creo que Occidente, como concepto, se refiere a una civilización particular que pretendía y sigue pretendiendo ser universal. Por lo tanto, el concepto de Occidente es una especie de universalismo, una proyección de la cultura occidental, es decir, europea occidental y norteamericana, al resto de la humanidad. Occidente es un término que podemos igualar al de civilización, pero una civilización que siempre ha pretendido ser la única, mientras considera todo lo demás que no es su propia civilización como barbarie, salvajismo, etc. La palabra “civilización” es utilizada en singular y Occidente se identifica a sí mismo con la humanidad: si la humanidad no está lo suficientemente occidentalizada entonces es considerada como infrahumana. En un primer momento tal idea asumió un carácter racial y biológico, mientras que ahora tiene un sentido económico y cultural. Cualquier cosa que coincida o se enmarque dentro de los parámetros culturales, económicos o políticos del liberalismo occidental contemporáneo es considerada como moderna, progresista y civilizada. En cambio, todo eso que no se encuentre dentro de este marco es descartada como subdesarrollada o que hace parte de países en desarrollo, etc. No obstante, la civilización occidental ha pasado por varias etapas, fases o épocas: todo comenzó con la civilización cristiana católica, posteriormente el cristianismo occidental se dividió en dos y, por lo tanto, surgieron dos versiones de esta civilización: una católica y otra protestante. El capitalismo y la secularización nacieron en la civilización protestante del Norte de Europa como muy bien ha mostrado Max Weber en sus libros. Finalmente, podemos decir que Occidente se identificó culturalmente con el liberalismo y, sobre todo, con la versión anglosajona del liberalismo globalista y universalista.

Viendo esto en retrospectiva, podemos afirmar que todas las etapas de la civilización occidental tienen algo en común (aunque difieran parcialmente en sus desarrollos): todas ellas se basan en la absolutización del individualismo. Además, el mismo concepto de liberalismo tiene un significado distinto hoy en día al que tenía en el pasado, por lo que podemos afirmar que el pensamiento liberal, el sistema liberal y la civilización liberal occidental han tenido una historia. En un primer momento el liberalismo promovió la relación individual entre el hombre y Dios en el marco de los primeros movimientos protestantes. Posteriormente se produjo la destrucción de los estamentos tradicionales, el Imperio y la estructura social medieval, dando como nacimiento los Estados Nación y el orden mundial basado sobre ellos. El siguiente paso que hoy estamos viviendo es la destrucción y desintegración de los Estados nacionales por el liberalismo, el cual ahora quiere sustituir a las naciones por una sociedad civil. Esta sociedad civil ha empezado a convertirse en una sociedad global que suplantará a los Estados-nación. Por supuesto, este proceso de la Modernidad también conoció una versión socialista o comunista soviética que fue derrotada por el liberalismo.

Hoy en día el liberalismo ha llegado al punto de quiere liberar al individuo de su propia identidad sexual por medio de la ideología de género. Ahora el género y el sexo se han convertido en algo opcional, pero eso no es sino una etapa al interior del desarrollo de la civilización occidental. La próxima etapa de esta civilización liberal será la destrucción de la humanidad, porque la humanidad es una identidad colectiva. Este es el objetivo final del liberalismo. No obstante, todas estas etapas tienen algo en común y es que se basan en un universalismo etnocéntrico que pretende que la única civilización existente es la suya y que todas las civilizaciones deben seguir sus parámetros, de allí el profundo racismo cultural de Occidente… Podemos decir que a estas alturas Occidente se ha identificado con el liberalismo, especialmente con su versión anglosajona, y pretende convertirse en una civilización globalista que se ha universalizado con la intención de imponer un programa sistemático de destrucción de las familias tradicionales y de las relaciones entre los géneros y los sexos. Finalmente, todo ello llevará a la destrucción de la humanidad como especie.

Esto nos lleva a concluir que Occidente ha significado diferentes cosas en sus distintas etapas de desarrollo, pero el núcleo alrededor del cual todo este proceso ha girado ha permanecido intacto: la idea de progreso entendida como aumento de las libertades individuales y de la ideología de los derechos humanos, con el desarrollo constante de la Modernidad y, actualmente, la postmodernidad. No obstante, también podemos analizar este proceso desde la perspectiva de las sociedades tradicionales: todos los sistemas religiosos existentes fácilmente definirían a la civilización occidental, que existe desde hace varios siglos, como la civilización y el reino del Anticristo… El Dajjal según los musulmanes, el Kali Yuga para los hindúes o la gran enfermedad para los chinos (ya que la cultura china se basa en el equilibrio y la civilización occidental es para ellos algo totalmente desequilibrado, un ser paranoico sin ninguna armonía y de naturaleza conflictiva). Después de tener en cuenta todo lo anterior llegamos a la conclusión que Occidente es una civilización con unos límites precisos, que ha cambiado con el tiempo, que tiene diferentes etapas y que ha comprendido de diversas maneras el tiempo, la cultura, la política, la sociedad, la intelectualidad, la filosofía, etc. Sin embargo, todas estas diferencias tienen algo en común. Solo teniendo en cuenta lo anterior podemos analizar el concepto de Occidente y estudiarlo comparándolo con otras civilizaciones. Debemos luchar no contra Occidente como tal, sino contra sus pretensiones de universalidad, ya que no es una civilización universal. Existen diferentes culturas y civilizaciones en el mundo, por lo que nuestra lucha… es la defensa de la multipolaridad contra la unipolaridad. Para que la multipolaridad se haga realidad tenemos que entender, en primer lugar, cuál es la naturaleza de Occidente.

P: ¿Acaso Rusia cuenta hoy con un ethos particular capaz de oponerse a Occidente y el “capitalismo satánico”? ¿Cuál podría ser esta ética e ideología que pueda desafiar la hegemonía occidental? Para nosotros, los musulmanes, la ortodoxia hace parte de la civilización occidental, por lo que preguntamos: ¿Puede la ortodoxia rusa convertirse en una fuerza contrahegemónica fuera del mundo musulmán?

Creo que debemos volver a todo lo que he explicado anteriormente sobre la pregunta del concepto de Occidente. Es necesario analizar la historia y comprender que el concepto de Occidente ha variado con el tiempo, hasta el punto de que lo que hoy se entiende por Occidente es muy diferente a lo que se entendía antes por él. En primer lugar, ya en el siglo IX y X se produjo una separación entre el cristianismo oriental, ortodoxo, y el cristianismo occidental, esta separación se perfilaba desde mucho antes si tenemos en cuenta la coronación de Carlomagno. Es precisamente a partir de este contexto que podemos decir que Rusia no hace parte de Occidente, ya que se produjo un cisma al interior del cristianismo. Rusia es heredera desde un comienzo del cristianismo bizantino, es decir, del cristianismo oriental, por lo que es un error considerar que Rusia hace parte de Occidente, debido a que el cristianismo oriental siguió un camino muy diferente. De hecho, el cristianismo oriental, incluso antes del surgimiento de la Modernidad, consideraba al cristianismo occidental como falso, herético y que enseñaba una versión satánica de las ideas de Cristo. Por lo que nuestras diferencias éticas con Occidente no son de ahora, sino que son mucho más antiguas. Además, el capitalismo no es una continuación de la civilización occidental cristiana, sino un fenómeno anticristiano al interior de la civilización occidental. Es un sistema anticristiano, una forma anticristiana de la civilización occidental, pues debemos tener en cuenta que la Modernidad es laica y el capitalismo siempre ha sido antirreligioso. El capitalismo se basa en buscar únicamente la vida terrenal, descuidando y rechazando cualquier relación con la vida eterna. Así que el capitalismo y el secularismo no reconocen las enseñanzas cristianas y hacen parte de un movimiento anticristiano dentro de la civilización occidental.

Nosotros, los rusos, como cristianos, estamos intentando llevar a cabo un renacimiento de la ética tradicional y un regreso a las raíces verdaderas de nuestra civilización eurasiática ortodoxa y rusa, no buscamos el triunfo de la civilización occidental. Este renacimiento de nuestra ética e identidad tiene quizás dos o tres razones principales que tienen que ver con el rechazo de Occidente. En primer lugar, ya he mencionado la razón por la cual la ortodoxia oriental y el cristianismo oriental son diferentes y opuestos al cristianismo occidental desde hace mucho. Toda la historia de nuestro Estado y cultura se ha construido sobre esta diferencia entre ellos y nosotros, siendo la razón de muchas batallas y guerras contra Occidente en nuestro pasado. Así que desde un punto de vista ético tenemos una tradición muy antigua de luchar contra Occidente y rechazar la civilización occidental ya desde épocas lejanas. Pertenecemos a ramas muy diferentes del cristianismo y consideramos desde un principio que el cristianismo occidental es una herejía, que no es verdaderamente cristiano, esa fue nuestra primera etapa de rechazo de Occidente desde un punto de vista ético. En segundo lugar, en nuestro regreso a las raíces cristianas de nuestro pueblo hemos rechazado la civilización occidental contemporánea, capitalista, secular y anticristiana. Ser cristiano o ser laico y secular resulta mutuamente excluyente. Así que rechazamos a Occidente por su naturaleza antirreligiosa, anticristiana y antimoral. Y, en tercer lugar, rechazamos sus principios éticos, sin hablar de la pretensión de la cultura occidental moderna de propagar la postmodernidad, el secularismo, las ideas LGBT y el transhumanismo globalista. Estas tres razones nos llevan a rechazar éticamente el capitalismo satánico occidental porque, en primer lugar, no es de origen ortodoxo, sino, desde nuestro punto de vista, algo maligno. En segundo lugar, porque nuestra defensa del cristianismo tradicional rechaza los valores occidentales. Y, finalmente, la civilización occidental liberal y globalista LGBT representa el reino del Anticristo. Estas tres razones nos han llevado a rechazar la civilización occidental, por lo que es un error ver a los rusos como parte de Occidente.

Creo que los musulmanes están equivocados al considerar a la ortodoxia como parte de la civilización occidental. He explicado porque considero que esa es una visión errónea del asunto y por eso considero que la ortodoxia rusa puede convertirse en un poder contrahegemónico que ha entrado en conflicto con la hegemonía occidental en Ucrania y otros lugares del mundo. En cambio, los musulmanes no están dispuestos a ayudar a sus hermanos en Gaza. El mundo musulmán no puede afirmar ser una potencia antioccidental sino puede ayudar a los suyos en tal situación. Por lo que hoy la única verdadera fuerza que lucha contra la hegemonía estadounidense, el reino del Dajjal y el Anticristo es la Rusia ortodoxa y cristiana. Por eso es un error identificar a los rusos como parte de la cultura y la civilización occidental. Somos una civilización diferente y separada que nació del cristianismo oriental y que absorbió elementos de la identidad mongola o turaniana que no tiene nada en común con Occidente.

P: ¿Cómo ve el panorama geopolítico del mundo actual? Tras el colapso de la Unión Soviética se defendió mucho el paso un mundo bipolar a uno unipolar. ¿Considera que hoy estamos transitando de forma dolorosa hacia un mundo multipolar?

Creo que en los último cien años hemos construido diferentes sistemas de orden internacional. Por ejemplo, durante la primera mitad del siglo XX podría decirse que existió un mundo tripolar basado en tres ideologías políticas diferentes: existían los partidarios del liberalismo, el comunismo y el fascismo. Lo que nos lleva a sostener que existían tres polos de poder. ¿Cuáles eran los Estados-nación que representaban a estos tres polos? Los liberales eran representados por los países anglosajones, el fascismo europeo por Alemania y el comunismo por la Unión Soviética.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial surgió el mundo bipolar que conoció la dicotomía entre el campo comunista y el campo capitalista. Tras el colapso de la Unión Soviética únicamente quedó un único polo de poder y por eso tal proceso fue descrito como el momento unipolar, el cual ha durado hasta el día de hoy. La unipolaridad sigue siendo dominante porque el poder que tiene Occidente actualmente sigue siendo superior al de cualquier rival virtual que pueda surgir. Sin embargo, hoy por hoy podemos ver claramente el surgimiento de nuevo polos de poder que han comenzado a aliarse para formar una organización contrahegemónica. No es un proceso que este muy definido ni claro, pero es obvio que estamos ante el surgimiento de un mundo multipolar.

Podemos ver claramente que la emergente multipolaridad actual ha dado nacimiento a dos polos nuevos: por un lado, tenemos a Rusia que actualmente lucha contra la unipolaridad porque la guerra en Ucrania es un conflicto entre los partidarios del mundo multipolar contra los partidarios del mundo unipolar. Rusia actualmente se esta afirmando como un polo independiente del mundo multipolar. Por otro lado, se encuentra China que ha entrado en conflicto con los principales actores hegemónicos occidentales en lo que se refiere al poder económico mundial, el cual es principalmente controlado por occidente. Estamos viendo una reconfiguración del mundo tripolar. Sin embargo, existen otros actores emergentes como la India, ya que es posible que esta última se convierta en un cuarto polo autónomo que es cada vez más y más independiente. Existe otro potencial polo de poder que es el mundo islámico, que puede emerger siempre y cuando sea capaz de superar sus hostilidades y fuertes contradicciones internas, por lo que la posibilidad de que se convierta en un nuevo polo de poder queda por ahora en suspenso. Dentro del mundo islámico existe un polo chiíta que se opone radicalmente a la hegemonía globalista, pero esto no se aplica al resto del mundo islámico. No obstante, existen ciertas tendencias que nos dan la esperanza de que finalmente el mundo islámico emergerá como un polo de poder independiente en el contexto de la multipolaridad.

Por ejemplo, creo que los BRICS pueden ser considerados como la plataforma que dará forma a la futura multipolaridad. El hecho de que no sólo Irán, sino también países suníes como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto se hayan unido a los BRICS durante la conferencia de Johannesburgo es una muy buena señal. Lo importante es que ahora se les ha invitado a que luchen por la multipolaridad, aunque no deja de ser significativo que la mayoría de los países suníes prefieran permanecer neutrales al respecto. Creo que existe una especie de apatía entre los musulmanes del mundo con respecto a que ha llegado el momento de defender su soberanía, su dignidad religiosa y su ideología. Los musulmanes aún no han entrado en el campo de batalla y creo que eso es muy triste porque Israel y occidente están realizando un verdadero genocidio y cometiendo muchos crímenes en Gaza. Mientras tanto, parece que la mayoría de los musulmanes observan a lo lejos lo que ocurre de forma desapasionada y sin reaccionar en lo más mínimo. Por esa razón creo que a pesar de las reivindicaciones ideológicas y religiosas que hacen los musulmanes resulta muy cuestionable en el fondo sus deseos de cambio. No obstante, no es algo que podamos apoyar en los hechos, sino en un presentimiento.

África es otro actor que ahora esta tratando de convertirse en un polo de poder: Sudáfrica y Etiopía son dos países que hacen parte de los BRICS, mientas que África Occidental (Malí, Níger, Burkina Faso, Gabón, República Centroafricana) ha comenzado a convertirse en un polo africano independiente. Considero que esta última iniciativa es muy buena, pero la formación de un polo de poder panafricano a penas esta dando sus primeros pasos, es decir, solo es el comienzo. Luego esta América Latina, que es otro polo de poder. Brasil ha sido parte de los BRICS desde el comienzo.

Así que estamos frente a una multipolaridad incipiente en la que algunos polos – Rusia y China – se han formado, mientras que otros están a medio camino de volverse autónomos o casi han conseguido volverse autónomos (la India) o se encuentran en plena formación (como sucede con el mundo islámico, África y América Latina).  Esto es lo que llamamos la transición al mundo multipolar, pero para que esta transición se produzca primero la multipolaridad debe ganar. No podemos quedarnos sentados creyendo que el mundo multipolar llegará por arte de magia, tenemos que luchar por él. De lo contrario, jamás sucederá. Así que si el mundo musulmán no esta lo suficientemente unido será imposible derrotar al Occidente colectivo, por lo que el estatus de un polo independiente del mundo islámico se suspenderá e inevitablemente entrará en un proceso de guerra.

P: Hemos visto la actitud de Occidente ante la ocupación israelí de Palestina. ¿Acaso el mundo está siendo arrastrado al “choque de civilizaciones” del que hablaba Huntington? ¿Cree que esta tesis sigue siendo verdadera?

Sí, creo que lo es. La ocupación israelí de Palestina se debe a la hegemonía del mundo occidental. Un choque de civilizaciones se produce cuando Israel, que es una civilización o cultura muy particular, es usada por el globalismo y la geopolítica occidental para atacar al Islam. Lo que actualmente sucede en la Franja de Gaza y el Medio Oriente es un choque de civilizaciones donde la unipolaridad, representada por la civilización occidental, y la multipolaridad, representada por la civilización islámica, están en guerra. El mundo islámico tiene que demostrar que es una civilización y un polo de poder capaz de mantener su unidad, independencia y soberanía frente a los demás.

Creo que existe otro choque de civilizaciones en Ucrania, donde Rusia esta luchando con todo lo que tienen contra Occidente. He dicho en muchas entrevistas lo importante que es incluir a los países islámicos en este conflicto, pues resulta imposible para nosotros hablar de multipolaridad sin primero derrotar al bando agresor.

El bando agresor es, en esta ocasión, Occidente, que está atacando directamente al mundo musulmán y matando musulmanes por el mero hecho de que son musulmanes. Creo que ha llegado la hora de que todos reaccionemos. Creo que el choque de civilizaciones es teóricamente correcto y sin él será imposible hablar de multipolaridad. Tenemos que superar la unipolaridad y si queremos pasar esta prueba con tal de crear un orden mundial mucho más justo, equilibrado y armonioso, tendremos que enfrentar varios retos. Pero mientras no hayamos conseguido vencer a la hegemonía occidental será impensable que logremos tal cometido.

Notas:

1. https://erenyesilyurt.com

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera