La cultura como componente del Estado
Dice el almirante José Luis Vergara Ibarra en su importante libro La seguridad nacional en México, que es una visión integradora de la logística país, que todos y cada uno de sus componentes estudiados son objeto de defensa en aras más de mantener la soberanía, en la medida que ésta sea la facultad del soberano de desplegar en el territorio del Estado al Ejército y la Policía por situaciones de emergencia y por seguridad soberana. Razón por la cual las fuerzas de orden público conceptualizarán esta tarea como prioritaria sobre el dogma de la seguridad nacional a secas, que es el alineamiento (ahora sabemos que es forzoso) de contribuir a la seguridad de Estados Unidos.
Así, pues, la rehabilitación del Estado nacional es una acción cultural que atrae para su reconstrucción después del duro embate del principio de soberanía relativa que animaba a los países del norte sobre los del sur, para que los valores culturales sean rehabilitados para dar un nuevo curso a la sociedad. Las élites nacidas del partido oficial y sus aliados oligarcas han demostrado su limitación para conducir a buen puerto la sociedad con sus nuevas exigencias. Incluso los partidos gobernantes en México y Brasil no se pueden fiar de las viejas élites ni de quienes hoy aspiran a reemplazar a aquéllas aunque aparezcan en sus propias filas.
En este marco de crisis, en la que los equipos gobernantes carecen de los medios de llenar los agujeros negros elitistas, hay interés de académicos, en particular los que se han formado en cibernética y física, entre los cuales destacan José Luis Gutiérrez y Javier Livas (autor del libro titulado El Estado cibernético, editado por el Senado de la República).
El Estado cibernético
Lamenta Livas que a pesar de las nuevas técnicas puestas al servicio de las naciones, pareciera que la revolución cibernática ha dejado intocada la organización básica del Estado moderno y en ese sentido, el libro sobre el Estado cibernético “aspira a iluminar el camino que los ciudadanos de Occidente podrían tomar para ponerse a la par con la valentía creativa de los Estados Unidos de finales del siglo XVIII”.
En efecto, el surgimiento del Estado cibernético es hoy “una verdadera posibilidad y muy probablemente resultará inevitable en el futuro que se percibe tras la caída de la civilización que vivimos. El Estado cibernético es por lo tanto un documento editado para responder a las cuestiones que presenta la organización del Estado por llegar si utilizara el conocimiento disponible sobre cibernética, vista como ventana a la cultura de todos los tiempos y sus valores”.
En resumen, los sistemas como el estatal son sistemas complejos adaptativos que eluden las explicaciones sencillas de las relaciones causa – efecto. El Estado cibernético da como resultado una forma posible de organización económica y financiera, jurídica y política… La capacidad reguladora del Estado tiene por lo menos cinco siglos de evolución y dado su aspecto autorganizado no es posible que se autodestruya o desaparezca pronto.