Kushner y la abyecta subordinación de Peña y Videgaray
El agónico gobierno de Enrique Peña Nieto tuvo el cinismo de distinguir con la Orden Mexicana del Águila Azteca, la más importante que concede nuestro país a personajes extranjeros, ni más ni menos que a Jared Kushner, yerno del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Según la versión oficial, Peña Nieto y su canciller, Luis Videgaray Caso, decidieron reconocer a Kushner en su calidad de asesor senior de Trump, debido a sus “significativas contribuciones” para lograr la negociación del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá.
En realidad, esa decisión confirma la subordinación de ambos (de Peña y de Videgaray) al gobierno de los Estados Unidos, a pesar de éste que prosigue con el proyecto del muro fronterizo, de que violenta la dignidad humana de millones de personas y de que llega al extremo de mantener separados de sus familias a decenas de menores de edad.
Detengámonos en el tema del muro. Lo que hace Trump no es sino imitar (o tal vez obedecer) al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien levantó recientemente un de 12 kilómetros entre la frontera de Israel y el Líbano. Se trata de una barrera de hormigón, de nueve metros de alto, rematada con trampas de acero. Netanyahu asegura que este muro garantiza la seguridad de Israel ante los combatientes chiitas de Hezbolá, apoyados por Irán.
Trump, por su parte, asegura que el muro que ordenó construir en la frontera con México garantizará la seguridad de Estados Unidos, porque evitará la entrada de delincuentes muy peligrosos y de trabajadores indocumentados que quieren quitar los empleos a los estadounidenses.
Los méritos de Kushner
En rigor, el yerno de Trump carece de méritos para recibir la Orden Mexicana del Águila Azteca porque la que le importa, en realidad, al igual que a su esposa Ivanka y a su suegro, Donald, es el águila calva de la Doctrina Monroe y del Destino Manifiesto.
Kushner la recibirá para simbolizar que el puritanismo yanqui se ha impuesto, otra vez, al México mestizo y todavía católico. La cancillería mexicana, aún bajo el mando de Videgaray, explicó su decisión de distinguir a Kushner con estas palabras:
“La participación del Sr. Kushner fue determinante para dar inicio al proceso de renegociación del TLCAN, evitando una salida unilateral de Estados Unidos de dicho tratado, y su constante y eficaz involucramiento fue clave para lograr un cierre exitoso de las negociaciones. El nuevo T-MEC, que sustituirá al TLCAN en caso de que así lo apruebe el Senado mexicano, ofrece un importante elemento de estabilidad para la economía nacional, y da certidumbre a millones de trabajadores mexicanos cuyo empleo depende de las exportaciones de bienes y servicios de México a Estados Unidos y Canadá”.
Lo que no dijo, ni dirá el canciller saliente es que con el T-MEC, nuestro país se volverá todavía más dependiente de los Estados Unidos. Trump no hubiera aceptado un tratado favorable a México.
¿Por qué Kushner?
Porque es uno de los operadores más eficientes de Estados Unidos y de Israel. Kushner viajó a Jerusalén el 22 de junio pasado, para negociar con Netanyahu una salida a la crisis humanitaria de Gaza, sin afectar la seguridad del Estado judío.
Él mismo, acompañado por Ivanka, había inaugurado la nueva sede de la embajada yanqui ¡en Jerusalén!, cinco semanas antes (el 14 de mayo). Por eso, el gobierno de Peña Nieto y Videgaray Caso tomó la decisión de distinguir a Kushner con la Orden Mexicana del Águila Azteca.
Las caravanas de migrantes
De manera paralela, el agónico gobierno de Peña y Videgaray sincronizó el homenaje a Kushner con el avance de las caravanas de personas procedentes de Centroamérica, para que el presidente Trump pudiera mantener vivo su discurso racista y a favor del muro fronterizo.
Todo lo calcularon hasta el mínimo detalle o -muy probablemente- todo lo aplicaron al pie de la letra, como se los ordenaron desde los oráculos de Washington. (¿Será que tal vez lo hicieron con la esperanza de ser contratados en el extranjero, por poderosas transnacionales, luego de dejar el poder, al estilo de Ernesto Zedillo?).