Europa contra Occidente
Me considero un ideólogo anti-occidental en el más amplio sentido de la palabra. Pero distingo entre Europa y Occidente. Creo que son dos conceptos diferentes. Europa es un territorio histórico donde han existido diferentes pueblos, tradiciones y estados que me interesan mucho. He escrito una serie de libros llamados Noomahiya ("El Choque de los Nomoi") en los que hablo del logos de Europa, Alemania, Francia, Italia y Grecia. Tengo la más profunda reverencia y respeto por el logos de la cultura europea. Yo estudio este logos junto con los idiomas, la literatura, la filosofía y las culturas de Europa, cosa que amo. Pero creo que el camino que la sociedad europea ha descendido en los últimos siglos, a partir de la época de la Ilustración y concluyendo con el liberalismo y el moderno liberalismo anglosajón, no es Europa, sino la anti-Europa. Y esto es precisamente lo que yo atribuyo al concepto de "Occidente". El Oeste es la puesta del sol, la caída, el descenso, que es precisamente la etimología que la palabra tiene en ruso. Estoy en contra de Occidente y por el Oriente, por el ascenso. El Oeste es la decadencia de Europa.
Tengo puntos de vista anti-occidentales, pero no anti-europeos. Comparto el mayor sentimiento de interés por Europa y aprecio mucho el logos europeo tradicional. No es casualidad que haya escrito varios volúmenes dedicados a Martin Heidegger. He escrito muchas obras dedicadas a otros pensadores europeos. Es muy importante no convertir esto en una caricatura. Una persona puede amar a Europa y odiar a Occidente. Occidente no es una continuación de la cultura europea, sino su reemplazo. La identidad europea fue secuestrada, y el espíritu que persigue la Europa moderna es uno antieuropeo. Me encanta la verdadera Europa, la cristiana, greco-romana, gótica Europa, con su espíritu tradicional y valores heroicos. Pero desprecio y rechazo esta seudo-Europa liberal, burguesa, degenerada y políticamente correcta que está perdiendo su cultura y su identidad ante nuestros propios ojos.