Euro-Maidán, capitalismo liberal, y el fiasco ucraniano (2ª parte)

16.06.2016

III.

Nada ha cambiado en el segundo golpe de 2014. Los resultados fueron idénticos, tanto entre los periodistas como los académicos del poder en occidente han rechazado aprender nada de esto. La misma trayectoria ocurre, la misma agenda económica, las mismas fuerzas secretas, y sin embargo, las élites usan los mismos lemas y las mismas historias políticas de cubierta. Los nuevos “gobiernos” empezaron a saquear el país, vendiendo todo lo que parecía valioso y embarcándolo para los acreedores occidentales. La prensa occidental dejó de hablar de la “revolución naranja” en cuanto el segundo golpe vendió un total del 25% del PIB del país. El desempleo en 2005-2006 y 2015 se mantiene en torno al 50% (rechazando los métodos estadísticos de las agencias oficiales) y el acero solamente fue el único que ganó algo de dinero. Representó un 40% de las exportaciones – todo a Rusia y China.

A día de hoy, Ucrania no tiene economía. Es un sistema de mercado negro de comercio e intercambio a través de canales “informales” que tienen mucho más poder que los “formales”. Las bandas criminales y mafiosas eran demasiado poderosas para procesarlas, y a partir de entonces, su actividad ya no fue criminal.

Sergey Taruta e Igor Kolomoisky fueron rápidamente nombrados por el gobierno patrocinado por occidente que tomó el control en este segundo golpe. Su trabajo fue liquidar todas las industrias rentables, especialmente aquellas de la parte oriental del país. Este fue el tema de toda la operación golpista. Fue una operación de recaudación de deuda. El este, oponiéndose a este segundo golpe como hicieron con el primero, se rebelaron, y el actual estancamiento de la guerra civil fue todo menos inevitable.

Occidente aseguró que cualquier facción anti-rusa en Ucrania recibiera todo el crédito que necesitaran si eran capaz de organizarse suficientemente para tomar el poder. Incluso en verano de 2014, no había indicadores de confianza sobre el rendimiento económico ucraniano, dado que el mercado negro se había convertido en la economía actual. Cualquier tipo de crédito se inyectó desde occidente con el objetivo final de debilitar a Rusia. Sin embargo, incluso esto demostró ser una traición en cuanto a que esta asistencia prometida era impagable. Esto dio al capital occidental el “derecho” de comprar pedazos de tierra ucraniana como si fueran mercancías en el mercado abierto.

Enormes aumentos de precio en todos los bienes de primera necesidad fue el principal resultado, junto con la cancelación de algo remotamente parecido a la independencia ucraniana. Kiev, estando en suspensión de pagos, era administrada ahora tanto desde Bruselas como desde Washington.

Se puso peor. A partir de enero de 2015, el FMI todavía rechazaba soltar los fondos que prometió a condición de un golpe de estado. Esto significa que Ucrania no tiene ingresos reales ni perspectivas. El hecho es que el acuerdo inicial fue mutuamente beneficioso: La élite ucraniana huyó de su deuda y de la desintegración de la infraestructura ucraniana mientras las élites occidentales tenían esencialmente una nueva colonia. La única gente que no se benefició fueron los ucranianos. Dados los recortes masivos en gasto social que ocurrieron inmediatamente después del golpe, esto implicó el desastre.

El resultado de esta realización fue aún otra devaluación de la moneda ucraniana. Dado que el FMI había demandado que la grivna fluctuase libremente, y con la continua quiebra de la economía ucraniana, su alienación de Rusia y la falta total de interés por sus productos en el oeste, la moneda no tenía nada con que reforzarse. Su quiebra fue asegurada cuando el estado no intervino más en el valor de la moneda. Por lo menos, es un retrato exacto de la economía ucraniana. Sin producción, no puede haber valor de la moneda.

Las tarifas de los servicios públicos se han incrementado en un promedio aproximado del 50% y se prevén más incrementos. Lo mismo pasa con los impuestos, y todo esto ha sido a petición del FMI. Parece que cada día, se están inventando nuevos impuestos. Algunos de estos nuevos son un impuesto a los ingresos en los depósitos bancarios y todos los bienes inmuebles. Tanto al depositar como al retirar dinero de un banco, el estado se queda con una porción.

Las pensiones continúan su caída libre, empeoradas por el hecho de que la grivna no vale nada. Como este escritor y un puñado de otros escritores predijeron, este segundo golpe hizo lo que el primero no pudo, poner a todo el país en manos de acreedores occidentales. La guerra civil en el este es una respuesta natural y normal a esta traición. Puede apuntarse que lo opuesto está ocurriendo en Crimea donde nuevas inversiones han elevado los salarios y la producción real se está incrementando masivamente.

Hace poco, la Rada post-golpe introdujo una ley que permite al “gobierno”, que significa el capital occidental, pleno acceso a todas las cuentas bancarias propiedad de cualquier ciudadano ucraniano. El tesoro promete que todo el dinero será finalmente retornado en la forma de títulos públicos, lo que demuestra el absoluto nivel de cinismo entre los cuidadores del país nombrados por occidente.

El aspecto más extraño de esto es que el FMI hace muchas demandas, muchas bastante irracionales, pero parece evitar cualquier mención al destronamiento de los oligarcas o la creación de condiciones reales para los pequeños negocios. Esto puede explicarse por el hecho de que el tiempo se les está acabando. Este tipo de tácticas de tierra quemada son puramente cortoplacistas. Pronto, la moneda no tendrá valor y ucrania será simplemente una granja del quinto mundo para materias primas y esclavas sexuales. Cualquier acreedor debe moverse rápidamente para tomar lo que quede antes de que todo el fraude se colapse en un flujo total y caos.

El año pasado, la recompensa por el golpe fue una suma entregada de unos 4.600 millones de dólares sin condiciones. Fue una recompensa. El problema ahí fue que 3.700 millones de dólares fueron devueltos inmediatamente en la forma de pagos de intereses sobre la deuda anterior.

No coge de sorpresa cuando el banco “nacional” de Ucrania admite que el declive de los sectores básicos de la economía ucraniana ascendió un 9,6% y sigue aumentando. Los cinco sectores básicos son la industria, construcción, agricultura, comercio al por mayor y al por menor. “El volumen total de la producción industrial disminuyó un 10,7%, la construcción un 21,7%, comercio al por menor un 8,6%. La única industria cuya producción creció, fue la agricultura (2,8%) debido a la enorme cosecha de grano”.

Como si se leyera un trabajo de un nacionalista ruso, el banco afirmaba que las razones para el presente fracaso fueron la continuación de la guerra civil, la débil demanda externa, el empeoramiento de relaciones con Rusia y la depresión continuada de las potencias occidentales. Todo esto junto conduce a una población sin confianza en el futuro y sin poder económico real. El enorme cultivo en la agricultura fue un desarrollo positivo, excepto porque nadie en el oeste necesita realmente los bienes ucranianos. A Rusia le encantaría estar en este mercado, pero este se volvió problemático. Esta simbólica “apertura al mercado de la UE” es algo añadido al final del informe sobre una nota positiva, pero esto cubre el hecho de que el mercado occidental está saturado con sus propios productos. Por qué ellos también necesitan productos ucranianos hechos por el mercado ruso queda como uno de los misterios de la economía establecida. 

El Fondo Monetario Internacional está trabajando en el diseño  cambios para la auto-disolución de Ucrania. La portavoz recientemente nombrada para el FMI, Christine Lagarde, habló con Le Monde e hizo algunos anuncios alarmantes. Cuando estalló la guerra civil como resultado del golpe respaldado por occidente, el “dinero inteligente” que sostuvo a los rusófilos orientales, posiblemente podría no durar todo el invierno. Como siempre, los académicos estaban equivocados, y como siempre, las consecuencias de su incompetencia eran tan ciertas que no fueron mencionadas.

En una sutileza que marca la personalidad burocrática, Lagarde declaró: “Hoy, aquellas teorías ya no son sostenibles. Hoy, estamos desarrollando nuevas opciones, más específicamente, dando a Kiev más tiempo para desarrollar un sistema reformista”. La sutileza recibe su propia deconstrucción cuando ella sigue diciendo, “es probable que los compromisos financieros de Ucrania deben ser mayores de los esperados… todo esto, sin embargo, depende de la situación en el este. Esta es la prioridad hoy. Del FMI no puede esperarse que apoye la reforma si puede que un 20% del PIB puede que no exista mañana. La relación entre economía y situación militar es clara”.

IV.

Uno de las mejores respuestas a la propaganda occidental ha sido el escrito de V.Marcheko (citado antes), el director de la Confederación Ucraniana del Trabajo. Su argumento es claro y casi imposible de discutir: El golpe respaldado por occidente prometió lo que se sabía que no podría  cumplir: Elecciones libres, prosperidad, derechos humanos, prensa libre, y un creciente estándar de vida. Los personajes detrás de esto sabían que no era cierto, pero su futuro financiero dependía de ser rescatados por el capital occidental a cambio del trabajo de millones de otros.

Sin embargo, como cualquier persona con conocimientos fue capaz de predecir, el momento en que el golpe tuvo lugar, fue anunciado que todos los salarios de profesores serían reducidos mientras su carga de trabajo se incrementaba. Además, el número de escuelas sería reducido y todas las pensiones congeladas al nivel de 2014. La edad de jubilación fue elevada a 65 y subirá después de eso. Ningún coste de vida se incrementa en absoluto y se quitan la comida en escuelas. Los hospitales deben pagar por todas las comidas mientras los ciudadanos deben pagar el 80% de toda la atención médica. El aspecto más irritante de esto fue que se sabía por aquel entonces que esto era el fin del juego.

Esto es solamente el principio. Estos humillantes recortes serán lentamente incrementados a cambio de asistencia del FMI. Todo el golpe estaba basado en una mentira, que también implicaba a todas y cada una de las organizaciones mediáticas occidentales. Casi el 100% de los académicos occidentales –de nuevo- de demostraron equivocados, incluso cuando se dieron cuenta de que estaban equivocados sobre Yushchenko. Sin embargo, para todas aquellas gentes, ninguna consecuencia será impuesta, su prestigio no será invalidado, y sus propios salarios serán incrementados. Como si se tratase de un cirujano que asesina constantemente a sus pacientes, desangra a sus familias y hace falsas afirmaciones de cuidados médicos mientras que –como es de conocimiento público- continuaron recibiendo ascenso tras ascenso como resultado. Hablando de este fenómeno, Marchenko escribe:

La principal característica de la Ucrania contemporánea es que todos los poderes políticos y económicos en el país pertenecen a aquellos que organizaron el Euromaidán, su golpe de estado, su ocupación violenta del poder. Estos son los tipos que financiaron y llevaron a cabo la propaganda del Euromaidán a una población aturdida e idiotizada.

Esta idiotización es el resultado de la constante humillación y nunca se termina el sentido de impotencia real mientras la máquina Orwelliana repite cuanto la modernidad les ha “empoderado”. Es conflicto cognitivo, confusión conceptual, auto-duda y depresión que conduce a la abulia y después, a la liquidación total. Ucrania es probablemente la cabeza de las naciones más solas del mundo.

Los acontecimientos en Ucrania en los últimos 18 meses han dejado por ahora más preguntas que respuestas. La prensa americana se ha demostrado tan incompetente en esta área que leyendo cualquier tratamiento en las principales fuentes es una pérdida de tiempo. El lector sabrá menos cuando haya terminado que cuando empezó. Cuando una situación política es oscura, los escritorzuelos periodísticos pueden decir más o menos lo que ellos quieren. Habrá solamente algunos que puedan responder, y su respuesta estará en un lenguaje que el lector medio encuentra misteriosa.

Ucrania es un ejemplo gráfico y depresivo de lo que occidente le hace a sus aliados más pequeños y más débiles. La URSS no era un gobierno justo, pero proporcionó una cantidad mínima de protección contra los perores elementos de la violencia y agresión liberales. A día de hoy, Eurasia y la Organización de Cooperación de Shanghái son todo lo que existe para tomar su lugar.