Escenarios de la gran Eurasia: la ASEAN (y III)

10.10.2016

La división de Indonesia

El país del mundo con mayor población musulmana y uno de los más grandes geográficamente en el mundo por superficie total (incluyendo el territorio marítimo), Indonesia está crucialmente localizado en la unión de los océanos Índico y Pacífico y actúa esencialmente como guardián entre ellos. Está en el mayor mayores interés de todos el que siga siendo lo más estable posible, pero la realidad no siempre se ajusta a las expectativas, y hay una gran cantidad de problemas que burbujean apenas se sopla la superficie en este archipiélago diverso. Ya sea que finalmente se materialicen ahora, mientras la cadena de islas se encuentra todavía en la vanguardia de la mayoría de las rutas comerciales del mundo, o que aparezcan después de la Ruta del Mar del Norte en el Ártico, haciéndolos relativamente menos importantes que antes, algunos de los siguientes escenarios podrían tener un serio impacto en el país por el que atraviesa una cantidad considerable del comercio mundial:

Islas Molucas:

Esta parte remota del noreste del país ha experimentado antes choques cristianos-musulmanes y tribales a raíz de la destitución de Suharto, y podría volver a ser un punto de inflamación si se debilita el control del Estado o si los grupos terroristas de ambas religiones deciden renovar sus campañas de odio.

Aceh:

El extremo norte de Sumatra ya luchó y ganó parcialmente su propia campaña de insurgencia, con lo que se ganó el derecho de aplicar la estricta ley de la sharia en todo su territorio. La situación es tranquila, por el momento, pero si los extremistas se hacen aquí con el control de la influencia, podría convertirse en un caldo de cultivo del terrorismo interno que podría precipitar otra intervención del gobierno si las fuerzas locales no tienen éxito en 'vigilar lo suyo', aunque podrían sin querer reiniciar el conflicto.

Sulawesi:

La isla de extraña forma en el noreste de Indonesia tiene una mezcla de cristianos y musulmanes y anteriormente fue escenario de ataques terroristas por ambos lados. Más recientemente, grupos dispersos de combatientes islamistas han recorrido la isla y llevado a cabo ataques de baja escala, y a pesar de que la situación se encuentra actualmente bajo control, podría derivar en un ciclo de caos si los terroristas se reagrupan en sus reductos montañosos y deciden iniciar una insurgencia grave.

Papúa Occidental:

La mitad occidental, rica en recursos naturales, de la isla de Nueva Guinea, es considerada por algunos activistas occidentales y locales como "territorio ocupado", debido a su situación administrativa colonial separada antes de la incorporación a Indonesia. El estado mantiene un control muy firme en las provincias que conforman la isla y los medios de comunicación internacionales tienen fuertes restricciones a su actividad, por lo que no parece probable que las fuerzas extranjeras pueden interferir y perturbar el equilibrio de poder entre el Estado y los indígenas para provocar una nueva insurgencia. Sin embargo, la amenaza permanece siempre, y fácilmente podría convertirse en la siguiente causa célebre que las superestrellas internacionales toman como su tan esperado reemplazo para Darfur.

Indonesia Oriental contra Indonesia Occidental:

Hubo un breve periodo de tiempo en el extremo final del período colonial holandés y al comienzo mismo de la condición de Estado de Indonesia, en el que fue creada una "súper provincia" llamada "Indonesia Oriental" en esa parte del país, como un medio de mantener el estado unitario perpetuamente dividido a lo largo de líneas regionales-religiosas. Aunque se reincorporó rápidamente a un estado centralista, el escenario de las divisiones regionales-religiosas nunca se va del todo, simplemente debido a la demografía de Indonesia, aunque las fronteras geográficas de estas posibles entidades cambian con las identidades de sus pueblos. Si los isleños cristianos en oriente decidieran unirse a sus homólogos musulmanes y formar su propio estado subnacional o separatista, entonces esto podría conducir a una rápida desintegración de la floja identidad nacional de Indonesia y provocar un conflicto más amplio.

Repitiendo la lección de Timor Oriental:

Todos estos escenarios anteriores dan lugar a la previsión de que las fuerzas extranjeras (occidentales) podrían tratar de manipular la situación particular en cuestión, con el fin de presionar a Yakarta y crear un pretexto para el despliegue de fuerzas internacionales bajo la bandera de la ONU, o de una “coalición de buena voluntad” liderada por los EE.UU, operando bajo presuntos pretextos de "intervención humanitaria". Sean las supuestas acusaciones de violaciones humanitarias válidas o inventadas, y no importa si están bajo el dominio total de la responsabilidad del gobierno o no, este escenario podría ser utilizado como una herramienta para presionar a Indonesia a unirse a la "Coalición de contención de china" estadounidense-australiana-japonesa-india, o para castigarlo por su resistencia independiente al elegir no involucrarse.

Arrojando Java al peligro:

El último de los posibles escenarios de guerra híbrida que podrían desarrollarse en Indonesia es si la isla de Java, la más poblada del mundo, se convierte en el último objetivo terrorista. Ya es comparativamente pequeña para el medio geográfico y, en correspondencia, muy densamente poblada, por lo que está plagada de innumerables objetivos blandos. Este es el núcleo del estado de Indonesia, y el gobierno tendría que reaccionar inmediatamente si hubiera cualquier ataque a gran escala en esta área. Sin embargo, el problema es que Java podría ser utilizado como 'cebo' de distracción para mantener al gobierno atascado en respuesta a una serie de pequeños ataques, mientras que una guerra más grande hace estragos en otros lugares a lo largo de la periferia, probablemente de acuerdo con una de las posibilidades antes mencionadas. Esto también cabría, debido a la prominencia global de Java y a la facilidad con la que se pueden crear muchas víctimas, a través incluso del más elemental de los ataques en uno de las innumerables objetivos blandos en la isla, una ola de terrorismo aquí podría generar una significativa atención internacional y triturar el país en seco.

La Coalición de contención de China (CCC)

Se espera que el diálogo cuadrilateral de seguridad de EE.UU.-Japón-Australia-India forme el núcleo de la Coalición de contención de China (CCC), la incipiente "OTAN asiática" que está surgiendo para enfrentarse a Pekín. El autor escribió acerca de esto en profundidad en un artículo anterior, pero para explicar de forma concisa algunas de sus otras características, está proyectado que el Pentágono quiere a Filipinas y Vietnam para formar el 'espacio de encuentro' central regional entre los cuatro jugadores principales. Esto podría manifestarse por ambos estados del Mar del Sur de China entrando en un acuerdo de defensa mutua con el otro y con las fuerzas de la CCC posicionadas en las Filipinas como "disuasión" (con el tipo, número y calidad variando en función de lo que permitieran los públicos nacionales en cada estado miembro sin críticas significativas).

Entonces, si Vietnam provocara a China en un enfrentamiento naval, esto daría lugar a que las Filipinas entraran en acción, y por extensión, la CCC en diversos grados. La CCC podría no enfrentarse directamente a China con toda su potencia de fuego y probablemente lo haría mediante el apoyo a estos dos nuevos estados aliados (Filipinas y Vietnam), de la misma forma que lo hace la OTAN respaldando a Ucrania. El objetivo principal para las fuerzas de la CCC en las Filipinas sería "saltar el charco” a Indonchina y reubicar algunos de sus activos en Vietnam, especialmente si éstos pueden ser navales y/o aéreos. Idealmente, Indonesia sería de alguna manera llevada a bordo con el fin de dar a la parte de la ASEAN de la CCC, el "peso crítico” necesario para mantenerse y lograr "legitimidad regional" para evitar ser etiquetada como una organización subsidiaria de Occidente.

El Daesh infesta la ASEAN

Sin que sea conocido por la mayor parte del mundo, el Daesh ha amenazado públicamente a algunos de los países de la ASEAN y ha listado públicamente parte de su territorio en su mapa de conquistas globales. Hay unos pocos lugares probables donde el grupo puede surgir junto a sus aliados en la región para intentar labrarse un califato regional, y pueden ser referidos colectivamente como el arco Sulawesi-Mindanao- (Sulu).

Los expertos llamaron la atención acerca de la posibilidad de un nexo terrorista-pirata creándose a lo largo de la región fronteriza marítima desprotegida entre las Filipinas, Malasia e Indonesia durante el Diálogo de Shangri-La en 2015, y este escenario es el que parece actualmente más probable de todos ellos. El autor personalmente menciona directamente la inclusión del archipiélago de Sulu en este marco, debido a la actividad allí del Abu Sayyaf, afiliado al Daesh, y recordando lo que se dijo antes sobre el estado malasio de Sabah, podría ser que los terroristas-piratas traten de vincular la cadena de islas hasta el noreste de Borneo para desencadenar una crisis internacional entre Filipinas y Malasia, tal como lo hicieron entre Siria e Irak durante las invasiones de verano de 2014.

El mecanismo de prevención proactivo más lógico contra esta eventualidad es la cooperación naval multilateral entre cada uno de los tres estados relevantes, que ya es incipiente en este momento pero que podría emplear una mayor voluntad política de todas las partes con el fin de ser más eficaz. Uno de los frenos para una cooperación más profunda podría ser que las Filipinas y Malasia estén inseguros acerca de los futuros motivos de Indonesia, y no quieran que Jakarta se sienta demasiado cómoda operando dentro o muy cerca de sus aguas nacionales, independientemente de si esto se hace multilateralmente y para un compartida lucha final contra el terrorismo. Lo peor que podría suceder para la seguridad regional sería que la desconfianza entre estas tres partes alcanzara un vértice que culminara en enfrentamientos marítimos o en la amenaza de los mismos.

Por último, el Daesh podría percibir una apertura en la isla filipina de Mindanao, cuando se promulgue un área autónoma sobre parte de Bangsamoro, tal vez tratando de convertirla en la versión filipina de la Aceh indonesia gobernada por la sharia. Sus filiales regionales podrían aprovechar la descentralización recién descubierta para crear más campos de entrenamiento terroristas, y estos combatientes podrían ser perversamente etiquetados como "luchadores por la libertad democrática" por los EE.UU., mientras aumenta la presión de la guerra de la información sobre Duterte para conseguir que detenga la guerra contra las drogas y pivote lejos de China y más cerca de nuevo de los EE.UU., justo como la CCC imaginaba que Filipinas se comportara, antes de que el "caballo negro" político populista aparentemente salido de la nada echara a perder estos planes.

El TPP se hace cargo de la ASEAN

A los EE.UU. les gustaría cubrir finalmente todo el ASEAN con el TPP, pero esto no puede hacerse sin que Indonesia esté primero de acuerdo con sus términos. Yakarta probablemente no va a tomar ninguna decisión en esta dirección hasta después de la promulgación del tratado y de que éste sea puesto en práctica por lo menos durante un par de años. Se cierne sobre Indonesia una batalla subsidiaria de poder blando e influencia económica entre China y los EE.UU., con Pekín teniendo que luchar para mantener al gigante insular fuera de las garras institucionales de los Estados Unidos, mientras que Washington hará todo lo posible para echar el lazo a su objetivo para manipular luego las disposiciones del tratado para forzar a su miembro principal a restringir su comercio con China. El objetivo de los EE.UU. es atrapar tarde o temprano a la ASEAN en este acuerdo, a fin de poder empezar a “interpretar” (convertir en un arma) de forma selectiva y polémica algunas de sus miles de páginas, con el fin de llevar a cabo una "guerra jurídica" estratégica contra China, rompiendo sus lazos comerciales con el bloque y socavando la nueva Ruta de la seda.

El pivote de Filipinas

La antigua colonia estadounidense ha emergido sorprendentemente como un importante pivote en la región de Asia y el Pacífico, con el presidente Duterte, de mentalidad independiente, llevando al país por el camino del pragmatismo en la política exterior y lejos de sus anteriores décadas de subordinación a Norteamérica. Manila ha declarado que está abierta a tratar con Pekín uno-a-uno y podría estar dispuesta a llegar a un acuerdo sobre el Mar del Sur de China, a cambio de invitar a las empresas chinas al país para construir la infraestructura que tanto necesita. Filipinas se convertiría entonces en ese caso en un nodo importante en la nueva Ruta de la seda, algo a lo que los EE.UU. se oponen totalmente, por lo que podrían promover la Guerra híbrida en el arco Mindanao-Sulu con el fin de detener esto.

Si China lograra hacer de las Filipinas un socio estratégico cercano mediante algún tipo de acuerdo favorable en el Mar del Sur de China, entonces esto significaría que la alineación de la ASEAN hacia Pekín incluiría a Tailandia, Camboya, Laos y Filipinas, con la posibilidad de que Myanmar sea incluida si Suu Kyi resucita el ferrocarril a China (la Ruta de la seda de Myanmar). Por otro lado, si los EE.UU. se ganan a las Filipinas de nuevo para su propio campo, entonces su CCC incluiría a ese país y a Vietnam, con el potencial de traer a Indonesia a bordo con el tiempo. Sin embargo, con las Filipinas fuera de la ecuación, el pivote de los EE.UU. en Asia se ve seriamente obstaculizado, enfatizando así el vital papel que Filipinas juega en la geopolítica contemporánea y por qué son un objeto de una intensa competencia en este momento. Si los EE.UU. "pierden" las Filipinas, entonces, China gana una "puerta" al Pacífico Occidental, algo que el Pentágono podría detener incluso yendo a la guerra.