El sueño de la Unión Eurasiana por parte de Rusia: un camino hacia el orden mundial multipolar
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Abstracto
Desde la desintegración de la URSS, Eurasia ha adquirido una nueva importancia geopolítica y estratégica. Quince países surgieron como resultado de la desintegración de la URSS, entre los cuales solo la Federación de Rusia fue el Estado sucesor de la misma. La era post-soviética, especialmente en los noventa, fue un profundo trauma político y económico para la federación rusa y el espacio post-soviético. Pero los euroasiáticos eran muy conscientes del unilateralismo estadounidense y de la "estrategia del Gran Tablero de Ajedrez" estadounidense que tenía como único objetivo rodear la geografía rusa. Con estas preocupaciones, los euroasiáticos aconsejaron a las élites políticas y militares rusas que iniciaran el Proyecto de la Unión Euroasiática. Este artículo esboza brevemente el sueño euroasiático histórico ruso, que está profundamente arraigado en la historia imperial rusa y analiza la importancia de la filosofía euroasiática para la estabilidad política y económica de Rusia-Eurasia. El documento también ilustra sobre los desafíos y oportunidades para la integración euroasiática y para el establecimiento de un orden mundial multipolar. Además, el documento también describe brevemente el fundamento geopolítico detrás del proyecto euroasiático como objetivo clave de la política exterior y geopolítica rusa contemporánea.
Claves:
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Es imposible imaginar las relaciones internacionales de la región euroasiática sin Rusia.
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La Unión Euroasiática es una nueva estrategia rusa para reintegrar el espacio postsoviético.
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Los responsables de la política exterior rusa han desarrollado un enfoque de su política exterior multivectorial hacia el espacio postsoviético.
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Rusia tiene lazos históricos, étnicos y antropológicos con las comunidades euroasiáticas.
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En la actualidad, los neoeurasianistas han ampliado aún más este paradigma al plantear para Rusia un contexto civilizacional más amplio de hibridación étnica y cultural entre las comunidades euroasiáticas y los eslavos rusos.
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Como país estratégico en la vasta masa continental euroasiática, el pensamiento geopolítico ruso siempre ha vacilado entre Asia y Europa.
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La caída del comunismo en Rusia ha dado origen a la nostalgia política que persuadió a los euroasiáticos de dominar la escena política rusa.
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Eurasia como concepto político se refiere a una ideología geopolíticaque tiene una conexión territorial y espiritual entre las comunidades en las vastas estepas de Europa y Asia.
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Fue Alexander Dugin, quien sentó las bases de la geopolítica rusa a través de su famoso tratado Los fundamentos de la geopolítica, que actualmente se enseña en las escuelas militares rusas.
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El tratado geopolítico de Dugin tiene su propia importancia política y estratégica para la política exterior rusa porque con el colapso de la Unión Soviética, Rusia sufrió esta nostalgia política durante un período prolongado.
- El principal objetivo de la geopolítica rusa fue encaminar el proceso de integración económica del espacio postsoviético desde el Mar Báltico al Mar Amarillo. La caída de la Unión Soviética marcó un nuevo comienzo en las tres principales regiones sub-euroasiáticas porque, como resultado de la disolución, solo Rusia emergió como el Estado más grande y robusto entre todos ellos.
Introducción
La caída de la Unión Soviética no solo fue una calamidad para Rusia, sino que ha tenido un gran impacto en la paz y la estabilidad de Eurasia, especialmente en el espacio postsoviético. Fue la ascensión del presidente Boris Yeltsin a la presidencia rusa lo que llevó a la desintegración de la Unión Soviética y dio origen a la frágil mancomunidad de Estados independientes [1]. Además, fueron los acuerdos secretos de Belavezha firmados por el presidente Boris Yeltsin con Bielorrusia y Ucrania, siguiendo los dictados estadounidenses, los que trajeron consecuencias económicas y de seguridad para Rusia en los años venideros [2]. La frágil Commonwealth de los Estados independientes no logró rescatar el espacio postsoviético del apocalipsis económico y de seguridad. Frente a los graves desafíos económicos y de seguridad, el presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, propuso el establecimiento de la Unión Euroasiática siguiendo los patrones de la Unión Europea [3]. Básicamente, propuso la reintegración del espacio post-soviético con Rusia tras la crisis con la intensión de garantizar la seguridad futura de Eurasia [3]. Su propuesta fue cordialmente alentada por Rusia, Armenia, Bielorrusia y Kirguistán.
Por el contrario, no se puede negar que la relación de Rusia con los países de la región euroasiática tiene sus raíces en la historia de su identidad compartida [4]. En este sentido, los euroasiáticos quieren construir una nueva ideología que asegure la unidad identitaria entre las comunidades euroasiáticas. Para los euroasianistas, es Rusia la que puede dar forma a una nueva ideología vinculante para recuperar la esfera geográfica y cultural del espacio postsoviético [5]. Con el comienzo de la presidencia de Vladimir Putin en Rusia, los euroasiáticos recibieron apoyo tanto político como económico del gobierno para construir el proyecto de integración euroasiático [6]. Básicamente, la ideología del eurasianismo se puede rastrear en los escritos de los famosos exiliados rusos en la década de 1920, que especularon sobre la ideología euroasiática. Fue solo en la década de 1920, cuando un grupo de exiliados soviéticos como el geógrafo Piotr Savitskii y el etnólogo Lev Gumilev comenzaron a especular sobre Rusia-Eurasia afirmando que "el mundo ruso no es ni asiático ni europeo sino euroasiático" [7]. Además, a lo largo del siglo XX, los exiliados rusos hicieron hincapié en la naturaleza distintiva de Rusia-Eurasia al fundar el Movimiento Eurasianista. En este sentido, el carácter geopolítico del Movimiento Eurasianista comenzó a acentuarse en la identidad civilizatoria de Eurasia. Del mismo modo, recientes neoeurasianistas como Alexander Penarin y Alexander Dugin reafirmaron la idea de Eurasia y la ideología del eurasianismo [8].
En este artículo sostendré que el eurasianismo es una parte inherente de la historia y la identidad rusas y luego estableceré un vínculo entre el eurasianismo ruso y la multipolaridad. En este sentido, el marco conceptual multidimensional de la “teoría revisionista” se ha aplicado para desarrollar el análisis geopolítico sobre las perspectivas futuristas de la integración Rusia-Eurasia. Sin embargo, varios expertos geopolíticos occidentales consideran el proyecto euroasiático ruso como una excusa para revivir su histórica ambición imperial, lo que ellos llaman la obsesión rusa con el establecimiento de la "Quinta Roma". Pero la geopolítica tiene sus propias implicaciones estratégicas diversas y la especulación occidental sobre la narrativa del neoimperialismo ruso no justifica los estándares políticos globales contemporáneos.
En lo que respecta a la metodología, este artículo utiliza únicamente la dinámica geopolítica contemporánea del neorrealismo desde el punto de vista del eurasianismo clásico y del neo-eurasianismo. La escuela clásica eurasianista fue iniciada por el famoso historiador ruso Lev Gumilev y la escuela neoeurasianista fue iniciada por el filósofo ruso contemporáneo Alexander Dugin.
Este documento contiene cuatro temas principales, que están estrechamente relacionados con la naturaleza expansiva actual de la política exterior rusa. El primer tema trata de la identidad colectiva histórica de Rusia-Eurasia, que existió durante siglos a través de un "ethos euroasiático" común. El segundo tema trata sobre el enfoque neo-euroasianista ruso que fue moldeado por el famoso tratado geopolítico de Alexander Dugin Los fundamentos de la geopolítica. El tercer tema enfatiza el enfoque de la política exterior rusa contemporánea hacia la construcción de una nueva red de grandes alianzas con países clave de la región euroasiática, como Alemania, Japón e Irán. Por último, el cuarto tema contempla la gran estrategia rusa contemporánea para el establecimiento de la unión y multipolaridad euroasiática.
Reconstrucción del ethos e identidad euroasiáticos
Con la desaparición de la Unión Soviética, la importancia geopolítica y cultural de Eurasia ha surgido como un nuevo proyecto para la reintegración rusa con el espacio postsoviético. En respuesta, los euroasiáticos de toda Rusia hicieron hincapié en el desarrollo del “ethos euroasiático” para volver a tender un puente entre las diversas comunidades de Eurasia en el molde de una única civilización oriental [6]. Básicamente, el principal objetivo de los euroasianistas era formar una nueva base cultural e ideológica para la reintegración de los Estados postsoviéticos con Rusia. Fue el tratado geopolítico histórico de Alexander Dugin Los fundamentos de la geopolítica el que dio forma a la geopolítica rusa contemporánea, haciendo hincapié en la reunificación del "corazón" euroasiático con Rusia [9]. Además, no se puede negar que bajo el reinado del presidente Vladimir Putin, las élites políticas y militares rusas han abrazado la ideología del neoeurasianismo desarrollada por los escritos del profesor Dugin [10]. Según Dugin, Rusia es el único líder nacional en la masa continental euroasiática, que puede reintegrar a las comunidades euroasiáticas y para que esto suceda, fundó el Movimiento Internacional de Eurasia.
Según Dugin, el internacionalismo liberal defendido por Estados Unidos desde el final de la Segunda Gran Guerra, está próximo a terminarse y está sufriendo una crisis fatal. En la época nihilista posmoderna, el liberalismo se ha desprendido del pensamiento racional y se ha moldeado por medio del fascismo [11]. En opinión de los neo-euroasianistas, el liberalismo ha degenerado la biología, la ética, la moralidad, la identidad y la civilización humanas. Como dijo Dugin:
“Necesitamos volver al ser, al logos, a la ontología fundamental, a lo sagrado y a la Edad Media, por lo tanto, al imperio, la religión y la institución de la sociedad tradicional. Todo el contenido de la modernidad está marcado por el satanismo y la degeneración. No vale nada; todo debe ser destruido. La modernidad está absolutamente equivocada: su ciencia, sus valores, su filosofía, su arte, su sociedad, sus modos, sus patrones y sus verdades, su comprensión del ser, su tiempo y su espacio. Todo ha muerto con la modernidad; así que debería terminar con ella, nosotros le vamos a poner fin” [12].
En contraste, todo el tratado euroasiático de Los fundamentos de la geopolítica hace hincapié en el desarrollo de la Unión Euroasiática desde Dublín hasta Vladivostok. En este sentido, los neo-euroasiáticos abogan por el nacional-bolchevismo para recuperar el orgullo y la gloria de la Rusia histórica del contexto de la antropología e historia euroasiática [6]. Condenaron el nacionalismo racial-étnico en Rusia y se disputaron la creación de un nacionalismo regional histórico-cultural al abrazar la metacultura de la región euroasiática. En este último contexto, los neo-euroasiáticos declaran a Rusia como el núcleo ideológico de la integración euroasiática, al defender la integración inicial con los rusos blancos (Bielorrusia) y los pequeños rusos (Ucrania) [13]. Esto se debe a que la cultura y la historia eslavas rusas tienen estrechos vínculos con los eslavos orientales, los turcos y los mongoles, que existen en las estepas euroasiáticas durante siglos con culturas e identidades distintivas.
Por otro lado, la estrecha cooperación cultural entre los eslavos rusos y los eslavos orientales es significativa para la construcción del ethos euroasiático. Asimismo, si leemos las obras del euroasiático clásico Lev Gumilev, quien afirmó que, durante la Edad Media, los mongoles y los campesinos eslavos vivían en una hibridación cultural, con una identidad compartida. Fue sólo después del proyecto de occidentalización de Pedro el Grande en Rusia, que se creó la "leyenda negra" del yugo mongol sobre Rusia [14]. Así, Lev Gumilev remonta el fundamento de la identidad euroasiática a la Edad Media, durante la cual los mongoles islámicos intransigentes prefirieron integrarse en la civilización cristiana ortodoxa para preservar su identidad euroasiática [15]. En este sentido, los eurasianistas clásicos también conciben la hibridación cultural entre los eslavos rusos, los eslavos orientales y los mongoles de Asia central como un paso necesario para el establecimiento del bloque euroasiático.
Por el contrario, toda la ideología del eurasianismo se centra en el establecimiento de la Unión Euroasiática para garantizar la prosperidad económica y la seguridad de la región euroasiática. Aunque, a lo largo de la caótica década de 1990, la Rusia postsoviética era demasiado débil para implementar el proyecto euroasiático tras la crisis financiera, pero con el ascenso de Vladimir Putin a la presidencia rusa, el ritmo de la integración euroasiática se aceleró [16]. Además, fue el expresidente kazajo Nursultan Nazarbayev, quien fue pionero en el proyecto de la Unión Euroasiática y el presidente bielorruso Alexander Lukashenko, quien trabajó codo con codo con el presidente Putin en la consecución del proyecto euroasiático. El expresidente kazajo Nazarbayev, concibió el proceso de integración euroasiática en tres grandes etapas: económica, humanitaria y de seguridad [3].
Hacia la integración económica
Fueron Rusia, Kazajstán, Armenia y Bielorrusia, quienes inauguraron formalmente la Unión Económica Euroasiática (EEU) en 2015, como una iniciativa para forjar la integración económica en la región euroasiática. En el mismo año, Kirguistán se unió a la Unión Económica Euroasiática para impulsar aún más la relación comercial de Asia Central con Rusia [6]. En esencia, fue el primer paso importante para establecer una nueva serie de relaciones económicas entre las naciones euroasiáticas, según lo previsto por el presidente Nursultan Nazarbayev [3]. Según los expertos geopolíticos occidentales, la formación de la Unión Económica Euroasiática solo servirá a los intereses geopolíticos de Rusia.
Desafortunadamente, el análisis de los expertos occidentales muestra parcialidad, porque el establecimiento de la Unión Aduanera Euroasiática bajo la iniciativa de la UEE beneficiará a todos los miembros de la Unión Económica Euroasiática. Además, la creación de la Unión Aduanera Euroasiática allanará el camino para una zona comercial común y compartida entre Rusia y otros miembros de la Unión [17]. Como resultado, el "Schengen euroasiático" servirá como una plataforma completa para el desarrollo de oportunidades de inversión comunes y un mercado laboral común que beneficiará directamente a los miembros exportadores de mano de obra de la Unión Económica Euroasiática.
Por otro lado, los miembros de la Unión Económica Euroasiática se beneficiarán de la asistencia sanitaria, la tecnología médica, la electricidad a los hidrocarburos y los servicios financieros avanzados de Rusia [18]. En la perspectiva amplia del desarrollo regional, los miembros de la Unión Aduanera Euroasiática se beneficiarán de la iniciativa de la Franja y la Ruta de China en forma de impuestos de tránsito y conectividad regional [19]. De esta forma, según los euroasiáticos, Rusia podrá derrotar o neutralizar la influencia de Estados Unidos en la política internacional. Como resultado de la potencia estadounidense neutralizadora, Rusia podrá sentar las bases del orden mundial multipolar libre de la hegemonía liberal estadounidense [20].
Desde el punto de vista de los euroasiáticos, es hora de que el Sistema Internacional se dé cuenta del modelo político euroasiático como la realidad viva de nuestra época. Según los expertos en política exterior de Rusia, la idea de Dugin del "neoeurasianismo" es una resolución necesaria para la seguridad de Rusia y Eurasia [8]. Porque la geopolítica rusa defendida por Alexander Dugin se basa en la escuela geopolítica alemana de Karl Haushofer. En opinión de Dugin, el establecimiento de la Unión Euroasiática allanará el camino para la creación de una zona de amortiguación entre Occidente y Rusia que garantizará la seguridad económica y política de Europa y Eurasia [21].
Estados Unidos como líder del atlantismo
Los euroasiáticos, especialmente Alexander Dugin, creen que fue el bloque atlántico liderado por Estados Unidos, el que trazó planes para la destrucción del Pacto de Varsovia y, finalmente, la Unión Soviética. El principal objetivo de Estados Unidos era destruir la hegemonía rusa en su núcleo y hacer retroceder la expansión rusa dentro de la isla mundial [22], que fue una vez el consejo del geógrafo británico Halford Mackinder. Tras el apocalipsis soviético, los euroasiáticos temían la fragmentación étnica y cultural de la Rusia postsoviética. En este sentido, los euroasiáticos comenzaron a guiar a las élites políticas y militares rusas para revitalizar la posición estratégica rusa en el orden global al resucitar la Unión Euroasiática [23].
A lo largo de las discusiones euroasiáticas de Rusia, Dugin fue un científico y geopolítico activo dentro de los ideólogos euroasiáticos, haciendo hincapié en la formación del "ethos euroasiático" para garantizar la armonía étnica y política en Rusia. Además, la creación de la Unión Euroasiática apunta claramente a establecer una "identidad continental centrada en lo Indoeuropeo", en la que Rusia, con sus diversas nacionalidades étnicas, mantendrá una posición única [24].
En consecuencia, los atlantistas de la era posterior a la guerra fría se basaron en el consejo del pragmático del erudito estadounidense Francis Fukuyama para establecer el orden liberal dominado por Estados Unidos y en la receta del famoso estratega neoconservador Paul Wolfowitz de reducir el papel de Rusia a una potencia regional [25]. Además, para lograr este objetivo, los atlantistas dieron vía libre a la OTAN para rodear Rusia e intentaron fomentar el separatismo étnico en Rusia, así como en Chechenia y Daguestán. Desde el principio, los euroasianistas advirtieron a las élites políticas y militares rusas que no confiaran en el camuflaje democrático usado por Occidente. Al respecto, los euroasiáticos como Dugin aconsejaron a Rusia que desarrollara una estrategia contraideológica para competir con el orden mundial atlantista [9].
Desde la perspectiva euroasianista, Rusia es un socio potencial oriental con sus vastos recursos naturales y su ubicación estratégica, que puede servir como una fuerza contrahegemónica contra el orden atlántico dominado por Estados Unidos [26]. Según los euroasiáticos, el proyecto euroasiático ruso debería expandir sus horizontes hacia América Latina para liberar este continente del imperialismo estadounidense. Además, la unidad y armonía en la región euroasiática es un requisito previo para obligar a Estados Unidos y su aliado tradicional Gran Bretaña a abandonar las costas de Eurasia [27].
Para ser más precisos, en el nuevo desorden mundial, Estados Unidos debe verse obligado a retirar las costas del Sur de Asia, Asia central, Europa, Extremo Oriente y África limitando su influencia geopolítica en estas regiones.
Forjar nuevas alianzas geopolíticas
La estabilidad en Eurasia es vital para la seguridad geográfica y geopolítica de Rusia. En el contexto geográfico, Eurasia es una gran masa continental con puntos estratégicos de bloqueo y un núcleo [27]. Además, para la seguridad de Eurasia, los euroasiáticos proponen el nuevo eje de Rusia de la "Gran Alianza" con Berlín, Tokio y Teherán [28]. Como escribe Dugin; “La tarea de Moscú es arrancar a Europa del control de Estados Unidos” [29]. En este sentido, Rusia debe abrir un nuevo capítulo de alianzas económicas y estratégicas con los países de Europa Central, Asia Occidental y Extremo Oriente. Además, es una realidad geopolítica que, para crear una zona de amortiguación entre Eurasia y Europa, Rusia necesita socios europeos unidos y amistosos [30].
Por el contrario, la presencia activa de la OTAN en las costas europeas seguirá siendo un importante desafío estratégico y de política exterior para Rusia. Aprovechando la estrategia de las eventuales preocupaciones de seguridad, Rusia debería extender su apoyo a la nueva derecha europea, que está en contra de la americanización de la política exterior y de defensa europea - laanti-OTAN [31]. Esta nueva estrategia de Moscú puede denominarse "Política de oportunidad", porque el enfoque de la Nueva Derecha europea hacia Rusia es suave y amistoso.
A la luz de las amistosas relaciones entre Eurasia y Europa, la neutralidad de Europa y su salida de la OTAN es un requisito previo para recuperar la confianza de Rusia [16]. Desde la perspectiva geopolítica, la nueva gran alianza entre Moscú y Berlín contribuirá a la expansión del proyecto euroasiático creando una zona de amortiguación entre la esfera de influencia euroasiática y europea. En su famoso tratado Los fundamentos de la geopolítica, el cálculo geopolítico de Dugin se presenta como una gran estrategia, tanto para Europa como para Rusia, de recuperar su ámbito geográfico a través de intereses compartidos. Mientras tanto, a través de un nuevo gran eje, Rusia representará la totalidad de los intereses de Eurasia y Alemania representará los intereses de Europa [32]. Como escribe Dugin; "Rusia y Alemania deben resolver todas sus cuestiones en disputa de antemano" [33].
Por el contrario, para el éxito del eje Moscú-Berlín, Dugin sugiere el firme ambiente político antiatlantista tanto en Alemania como en Francia; los dos poderes prominentes dentro de la UE [34]. Pero todavía hay una barrera estratégica existencial que podría interrumpir el gran eje Moscú-Berlín. En primer lugar, los países a lo largo del Mar Báltico seguirán siendo una barrera importante para el gran eje Moscú-Berlín. En el caso de los Estados bálticos, Dugin sugiere que Estonia debe declararse como parte de la esfera de influencia alemana, mientras que Lituania debe considerarse como la esfera de la esfera de influencia de Rusia [33].
En segundo lugar, desde la anexión rusa de Crimea en 2014, Ucrania se convirtió en un importante punto muerto político entre Rusia y Europa. Según Dugin, Ucrania no tiene una historia política separada ni una importancia geopolítica porque carece de tal papel geográfica. Para Dugin y otros euroasiáticos, Ucrania, como nación independiente con ambiciones geográficas moribundas, es un peligro estratégico para la región euroasiática y la estabilidad continental [35].
Del mismo modo, el nuevo gran eje Moscú-Tokio también es crucial para la expansión de la Unión Euroasiática y para la estabilidad del continente euroasiático. En este sentido, Dugin sugiere una nueva fase de las relaciones euroasiáticas con el Lejano Oriente, por lo que Rusia debe esforzarse por construir una nueva ola de alianza estratégica y diplomática con Japón a través del principio del interés común [36]. Además, Rusia tiene vínculos históricos y culturales con la región del Pacífico a través de su provincia de Vladivostok en el Lejano Oriente [37]. Por lo tanto, Rusia puede utilizar la geografía estratégica de su provincia del Lejano Oriente para establecer una nueva gran alianza con Tokio.
Mientras tanto, para lograr el eje Moscú-Tokio, Rusia debe prometer a Japón una esfera estratégica de influencia en la región de Asia Pacífico. Asimismo, Rusia debe involucrar a Japón a través de la diplomacia del interés compartido para neutralizar la influencia de Estados Unidos en Japón [38]. También existen desafíos regionales que pueden perturbar el eje Moscú-Tokio. Por ejemplo, China es un importante competidor regional en Asia-Pacífico que podría desafiar la alianza Moscú-Tokio. Por lo tanto, para el éxito del eje Moscú-Tokio, se debe convencer a China de que se comprometa en el Mar de China Oriental para eclipsar la influencia de Estados Unidos en el Pacífico Sur [39]. En opinión de Dugin; "China está al borde de ser un Factotum atlantista". Además, en el famoso capítulo titulado "La caída de China" de Los Fundamento de la geopolítica, Dugin declara a China como el contendiente geopolítico más peligroso de Rusia en Asia Central y Siberia Oriental [33]. Incluso, Robert D. Kaplan opina que Rusia tiene temores históricos sobre la expansión de China en el Este de Siberia que podrían allanar el camino para la invasión de Rusia en un futuro próximo [40].
En este último contexto, Rusia debe forjar nuevas alianzas geopolíticas en la región de Asia y el Pacífico a través del equilibrio de poder estratégico entre Japón y China [39]. En mi opinión, esta será la tarea más difícil para los responsables de la política exterior rusos en la implementación del Proyecto Euroasiático.
A continuación, la gran alianza de Rusia con Irán (el sucesor del Gran Imperio Persa) también es un determinante clave del expansionismo euroasiático. A la luz de las complejas preocupaciones estratégicas y geopolíticas del Sur, los euroasiáticos proponen un fuerte eje estratégico Moscú-Teherán. En consecuencia, Irán, como sucesor y custodio de la gran herencia imperial persa, conserva una posición significativa en Eurasia [41]. Tiene estrechos vínculos culturales con los países de Asia Central y el Cáucaso. Para los euroasianistas, el nuevo eje Moscú-Teherán debería basarse en el carácter tradicional de los vínculos históricos entre la civilización cristiana ortodoxa y la islámica [42]. Además, no se puede negar el hecho de que toda la zona islámica es una realidad geopolítica del gran imperio euroasiático.
Según Dugin, la nueva gran alianza entre Moscú y Teherán cumplirá el histórico sueño ruso de las aguas cálidas [33]. Pero el establecimiento de una nueva gran alianza entre Moscú y Teherán también seguirá siendo un desafío importante para los responsables de la política exterior rusa debido a los siguientes desafíos:
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En primer lugar, el sueño de Irán de revivir el antiguo Imperio Persa es un desafío directo para Rusia en Asia Central y el Sur del Cáucaso.
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Los vastos recursos de petróleo y gas en el Mar Caspio, donde Irán afirma ser un Estado ribereño, es un desafío para la seguridad energética de Eurasia.
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Las operaciones proxy iraníes en el Medio Oriente amenazan la estabilidad regional.
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La naturaleza agresiva y ofensiva del revisionismo iraní es una amenaza directa al sueño ruso.
- En los últimos quinientos años, Irán en el espíritu persa siguió siendo una potencia euroasiática y caucásica.
Los factores antes mencionados seguirán siendo un gran desafío para los responsables de la política exterior de Rusia. En el contexto geopolítico, la gran alianza de Rusia con Irán es decisiva para que el proyecto euroasiático garantice la plena seguridad frente al "Anillo de la Anaconda".
Hacia el orden mundial multipolar
Tras la desintegración de la URSS, los euroasianistas temían al internacionalismo liberal liderado por Estados Unidos. Además, la desintegración de la Unión Soviética marcó el fin del orden mundial bipolar, que reemplazó el equilibrio de poder con el poder unipolar desequilibrado [26]. A este respecto, los euroasiáticos comenzaron a especular sobre el desorden y el caos que se avecinaban en torno a Rusia porque las élites estadounidenses estaban obsesionadas con la "estrategia del Gran Tablero de Ajedrez" de la guerra fría para rodear Rusia [43]. Como resultado, el famoso filósofo ruso Alexander Dugin aconsejó activamente a las élites políticas y militares rusas que apoyaran el proyecto euroasiático. Uno de los principales objetivos del proyecto euroasiático fue el revisionismo ruso para hacer de Rusia de nuevo un actor global predominante que allanará el camino para un orden mundial multipolar [8].
Por otro lado, no se puede negar el hecho de que el establecimiento de la Unión Euroasiática como nuevo horizonte se convertirá en un contendiente directo del orden atlántico liderado por Estados Unidos. En la perspectiva de los euroasiáticos, el establecimiento de la Unión Euroasiática tiene como objetivo garantizar la multipolaridad equilibrando directamente la esfera de influencia entre Europa y Rusia [32]. Para lograr este objetivo, Rusia debe esforzarse por crear una zona de amortiguamiento en Europa del Este, debe expulsar a la OTAN de las costas europeas para neutralizar la influencia estadounidense y debe equilibrar a China en la región del Pacífico [33].
A modo de ejemplo, el establecimiento de la Unión Euroasiática interrumpirá la hegemonía global del internacionalismo liberal liderado por Estados Unidos, que en opinión de los euroasiáticos es necesario para la estabilidad del sistema internacional. Como resultado, el sistema internacional se transformará de la unipolaridad desequilibrada a la multipolaridad, con los patrones en disputa del desarrollo ideológico y político [44]. En el contexto de la multipolaridad, los intereses geopolíticos de los principales actores globales como Estados Unidos, China y Turquía en el interior de Eurasia son un desafío directo al proyecto de integración euroasiático de Rusia.
Por ejemplo, en Transcaucasia, países como Azerbaiyán y Georgia están bajo la influencia directa de Turquía y Estados Unidos. Además, existe la posibilidad de que Georgia y Azerbaiyán se resistan a la integración euroasiática actuando como aliados de otros actores globales. Desde la perspectiva euroasiática, Georgia y Azerbaiyán podrían actuar como "factor de resistencia" en la integración euroasiática y, por tanto, en el desarrollo de un orden mundial multipolar [44]. Mientras tanto, los responsables de la política exterior rusos deben encontrar un terreno común para convencer a la resurgente Transcaucasia de que se integre en la Unión Euroasiática. Hasta ahora, Rusia puede ofrecer los siguientes compromisos y garantías:
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Rusia puede ofrecer seguridad política y económica a Georgia y Azerbaiyán con ciertos compromisos.
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Rusia debería ofrecer una posición significativa tanto a Georgia como a Azerbaiyán en la Unión Aduanera Euroasiática.
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Rusia debe garantizar la seguridad de los vastos recursos naturales de Azerbaiyán y Georgia.
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Rusia debería entablar relaciones de defensa con Azerbaiyán y Georgia para resistir el expansionismo de la OTAN.
- Rusia debe garantizar la transferencia de tecnología e inversión a Georgia y Azerbaiyán.
Por el contrario, para lograr el objetivo del orden mundial multipolar, Rusia debería desarrollar un enfoque de política exterior multidimensional para fortalecer la política y la economía con Europa del Este, Asia Central y el Cáucaso equilibrando los intereses compartidos de otras potencias regionales...
El camino a seguir
En todo Occidente, existen ambigüedades sobre los planes de integración rusa debido a la débil salud económica de Rusia para gestionar su proceso de integración [45]. Pero no se puede negar el hecho de que, además de varios obstáculos y desafíos, Rusia siguió un enfoque diplomático de múltiples vectores hacia los Estados postsoviéticos con el objetivo de la reintegración [46]. Desde 2000, se han producido avances importantes en el proceso de integración euroasiático.
En primer lugar, el establecimiento de la comunidad económica euroasiática se produjo como resultado de un tratado entre Rusia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán con el objetivo de crear un espacio económico común [47]. En segundo lugar, en 2006, se creó el banco de desarrollo euroasiático con el objetivo de proporcionar capital de inversión en forma de préstamos y subvenciones para el desarrollo de la región euroasiática [48]. Asimismo, el establecimiento de la Unión Aduanera euroasiática fue el hito principal en el proceso de integración que podría dar lugar en un futuro próximo al Schengen euroasiático [47]. Según el presidente Putin, el establecimiento de la Unión Euroasiática se inspirará en la Unión Europea, al tiempo que se diseñará una infraestructura geopolítica y geoeconómica diferente para Eurasia con un efecto global dinámico [49].
Finalmente, en mayo de 2015, se estableció la Unión Económica Euroasiática como resultado de un tratado entre Rusia, Bielorrusia y Kazajstán para ampliar el horizonte de la esfera económica común [47]. Para los expertos y observadores de la política exterior rusa, el establecimiento de la Unión Económica Euroasiática servirá como una “seducción política” para envalentonar el proyecto euroasiático ruso en el espacio postsoviético [46]. Además, a través de esta plataforma, Rusia podrá expandir sus reservas económicas ofreciendo incentivos económicos y oportunidades a los países de la región euroasiática.
Por otra parte, en los últimos tres años, Rusia y Bielorrusia han dado pasos políticos importantes para la creación de la "Unión entre Bielorrusia y Rusia" [50]. Los documentos de integración han sido finalizados por los equipos presidenciales de ambos países y existe la posibilidad de que el presidente ruso Vladimir Putin pueda disputar las primeras elecciones presidenciales de la Unión entre Bielorrusia y Rusia [49]. Los famosos medios de comunicación occidentales como el New York Times y el Atlantic Council han especulado sobre esta posibilidad en sus secciones editoriales [50]. Por lo tanto, parece que el sueño ruso de la Unión Euroasiática y el orden mundial multipolar está consiguiendo un gran éxito.
Conclusión
Desde 2000, los desarrollos políticos y económicos en la región euroasiática muestran una imagen clara de la integración exitosa en los años venideros. Sin embargo, la actitud de los atlantistas parece poco confiable porque para ellos, el Proyecto Eurasiático es una excusa de Rusia para reafirmar el neoimperialismo en el espacio postsoviético. Pero no se puede negar el hecho de que, desde la ascensión de Vladimir Putin a la presidencia rusa, la institución estatal se volvió seria y comprometida con la implementación del Proyecto Euroasiático. Además, la Unión Euroasiática sigue el modelo de la Unión Europea que tiene como objetivo garantizar los beneficios políticos y económicos para los países en el espacio postsoviético. Por el contrario, los países de Asia Central, Transcaucasia y Europa del Este necesitan la defensa y el apoyo económico de Rusia para asegurar su supervivencia en la región euroasiática. Desde 2004, muchos países de Europa del Este se unieron a la Unión Europea para la reestructuración económica, pero no iniciaron reformas. Sin embargo, hoy el Proyecto Eurasiano de Rusia promete un futuro próspero y multipolar para los países de la periferia y los países de la región euroasiática. Además, el resurgimiento de Rusia como potencia mundial y regional es una realidad geopolítica de nuestro tiempo, cuya influencia mundial debe reconocerse con respeto. Además, Rusia parece muy constructiva en su enfoque contemporáneo de política exterior, que de hecho es una oportunidad para que los países en dificultades en el espacio postsoviético puedan tender un puente sobre una nueva serie de alianzas económicas y de seguridad con Rusia.
A modo de ilustración, el proyecto ruso euroasiático está cerca del éxito, además del hecho de que los principales medios liberales especulan seriamente sobre las perspectivas de la Unión Euroasiática. Además, hoy el perfil global de Rusia es más futurista y dinámico que el de cualquier otra potencia en la política internacional. Si el espacio postsoviético quiere evitar el destino del caos y lograr una estabilidad regional eterna, entonces debería abrazar el proyecto constructivo ruso de la Unión Euroasiática.
Referencias
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