El Gran Trueque del tripartito en los "Balcanes euroasiáticos": los Balcanes
Por primera vez en la historia, Rusia, Irán, y Turquía se están moviendo hacia un marco de cooperación trilateral para la gestión del Medio Oriente, con el fallido golpe pro-estadounidense contra Erdogan sirviendo como impulso definitivo para esta convergencia estratégica sin precedentes. Una versión no-occidental del siglo XXI del famoso 'concierto de las grandes potencias' está tomando forma en el espacio de pivote global, y esta nueva disposición tiene el potencial de cambiar la forma de la geopolítica de todo el hemisferio oriental, viendo cómo la superposición de los intereses de cada parte coincide perfectamente con el teorema de los "Balcanes euroasiáticos" de Brzezinski.
La presente investigación tiene como objetivo descubrir las formas en que este tripartito de grandes potencias podría alcanzar pragmáticamente acuerdos entre ellas mismas y entre sus existentes esferas de influencia a través del Heartland afro-euroasiático, con el fin de brindar estabilidad sostenible al mismo lugar que los EE.UU. ha estado desestabilizando estratégicamente ya desde hace décadas. Con el fin de abordar metodológicamente esta tarea gigantesca, el estudio se clasifica geográficamente en los Balcanes, el Cáucaso del Sur, "Syraq", el CCG [Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo], el norte de África, y Asia Central, examinando cada región subdiviendola temáticamente en su estado actual, las propuestas de la gran potencia (el "trueque" mutuamente beneficioso), y detallando los escenarios "oscuros" de lo que podría ir mal.
El autor no está bajo ninguna hipótesis de "pensamiento ilusorio" en la creencia de que todas las iniciativas de "trueque" sugeridas tendrán éxito, pero el propósito detrás de esta publicación es educar al público sobre el estado de cosas en cada una de estas seis regiones examinadas en lo que se refiere a las tres grandes potencias, ofrecer sugerencias creativas para la interacción pragmática entre sus respectivos intereses en la búsqueda de una agenda multipolar beneficiosa para todos, y crear conciencia sobre las vulnerabilidades estratégicas inherentes a estas iniciativas y a otros acontecimientos adversos que podrían desarrollarse siendo realistas. Esperamos que el lector mantenga una mente abierta en este contexto, y lo ideal sería que conesta serie de artículos aprendiera algo nuevo y esclarecedor acerca de los cambios geopolíticos en el espacio de los "Balcanes euroasiáticos".
Situación actual
Rusia:
El objeto de atención de Moscú son los Balcanes centrales de la República Srpska, Serbia y la República de Macedonia, con los dos últimos previstos para servir como los estados cruciales para el tránsito del gasoducto Balkan Stream. El apoyo a Banja Luka aumenta el perfil de Moscú en Belgrado y ayuda a integrar cohesivamente el espacio etnohistórico compartido entre ellos. Las relaciones de Rusia con Grecia son muy amistosas, aunque hay que señalar que a pesar de los lazos históricos entre ellos, la relación actual se debe en sí más al deseo de Atenas por tener socios económicamente fiables que por cualquier poder blando civilizatorio proyectado por Moscú en este momento. En cuanto a Bulgaria, la situación sigue siendo complicada e incierta desde hace tiempo, ya que Sofía mantiene su deliberada política ambigua contraria al sentido común o, en otras palabras, haciendo alcances de infraestructura energética mutuamente beneficiosos hacia Moscú, al mismo tiempo que jura que siempre estará atenta a lo que Bruselas demande al respecto. Es imposible tener las dos cosas en este contexto, y hasta que Bulgaria toma una decisión resolutiva en un sentido o en el otro, continuará siendo vista por Rusia como el estado indeciso y charlatán que históricamente ha sido.
Irán:
Teherán no tiene ya mucha influencia en los Balcanes, con el movimiento de muyahidines que apoyaba en Bosnia habiendo sido totalmente absorbido con el tiempo por Arabia Saudita. No es demasiado realista hablar acerca de la influencia geopolítica de Irán en la región, aunque es mucho más relevante abordar su impacto geo-energético si los planes actuales se llevan a cabo como se ha previsto. Aunque formalmente no se ha dicho nunca, una serie de reuniones y declaraciones vagas durante el verano indican que Irán se prepara para exportar GNL [gas natural licuado] a Croacia y Grecia en el futuro en algún momento, un acontecimiento de cambio de juego energético que analizado en detalle en un artículo para el Instituto Ruso de Estudios estratégicos. No hay manera de que este desarrollo esté entre los intereses estratégicos de Rusia, creando así un escenario en el que Moscú y Teherán - a pesar de su conjunta cooperación antiterrorista en Siria – terminen por hacerse enconados rivales energéticos en los Balcanes, obviamente, con la consecuencia previsible de que esto finalmente termine perjudicando su antedicha sociedad en Siria. Esto debería ser considerdo en un momento como este, en el que la agenda energética de Irán en los Balcanes parece ser un invento de las fuerzas moderadas amigas de Occidente dirigidas por Rouhani, y entendido como algo con gran influencia sobre las políticas económicas y energéticas de Irán. El último retroceso “conservador” multipolar del Ayatolá y sus servicios de seguridad al permitir medios aéreos antiterroristas rusos en Hamadan (a pesar de la aparente fugacidad de este movimiento), simbólicamente indica que la influencia de los "moderados" puede estar programada para una inversión general que podría prevenir cualquier futura rivalidad energética con Rusia en los Balcanes.
Turquía:
Ankara ha estado históricamente cercana a los musulmanes bosnios ("bosníacos", según el término inventado por Occidente) y a los albaneses, y por lo tanto esto significa que Turquía tiene gran influencia sobre los asuntos de estos dos países. No es de ninguna manera la que predominantemente influya en sus gobiernos y sociedades, pero tiene la suficiente presencia de poder blando sobre ambas para que todos los ciudadanos sean conscientes de sus esfuerzos. El resto de los países de los Balcanes, todos de mayoría cristiana, no tienen tanto amor por Turquía y, en su lugar, la desprecian intensamente por los siglos de ocupación colonial que experimentaron, que incluyeron conversaciones musulmanes forzosas, torturas arbitrarias a gran escala y matanzas. Esto no debe interpretarse en el sentido de que ninguno de ellos volvería a trabajar con Turquía, sino sólo que es prácticamente imposible que Ankara mantenga un cierto grado de influencia sobre ellos, ni remotamente similar al que tiene en Albania y Bosnia. De todos estos países cristianos, es Grecia la que trabaja más cercana y directamente con Turquía a un alto nivel estratégico, aunque esto es debido únicamente a los proyectos energéticos transnacionales mutuamente beneficiosos que transitarán por ambos (el Balkan Stream y el TAP [Trans Adriatic Pipeline) y no tiene nada que ver con las disputas territoriales marítimas que afectan a su relación.
EE.UU.:
Los EE.UU. están incluidos en la investigación, ya que son el estado desetabilizador arquetípico, al no tener intereses existenciales concretos en Afro-Eurasia salvo los de la Doctrina Wolfowitz de dividir perpetuamente el hemisferio oriental con el fin de evitar la aparición de cualquier líder, o coalición de ellos, que pudiera poner en peligro la hegemonía unipolar norteamericana, inclinada recientemente hacia las estrategias de la guerra híbrida y el 'choque de civilizaciones' para lograrlo. Por lo que respecta a los Balcanes, los EE.UU. están más firmemente incrustados en Croacia, Bosnia, Albania y los territorios ocupados de la provincia serbia de Kosovo, aunque ha realizado avances demostrables con el propio gobierno Vucic en Serbia y con el Montenegro aspirante a la OTAN. Grecia, como en el caso de todos los jugadores de importancia, coopera con los EE.UU. únicamente a causa de los incentivos económicos que cree tener al hacerlo, y no necesariamente por ninguna afinidad de poder blando. La ocupación de la OTAN también juega un papel en esto, pero como ha revelado la reorientación de Turquía hacia Rusia y la comunidad multipolar, esto no es un obstáculo insalvable, aunque por supuesto las situaciones de ambos estados son marcadamente diferentes entre sí.
“Trueque" beneficioso para todos
Turquía necesita llegar a un acuerdo con Rusia que le ayude a mantener bajo control a sus representantes regionales y no animarles a sabotear el proyecto Balcan Stream, que le beneficia tanto a sí misma como a Moscú. Se puede argumentar que Ankara no tiene ningún interés real en lo que ocurre con la tubería una vez que sale de Tracia oriental, pero es dudoso que sus estrategas sean tan pueblerinos como para no ver el gran interés estratégico de tener un oleoducto que transita por Turquía llevando de forma fiable el suministro de energía de los Balcanes. Si bien es cierto que es una vulnerabilidad para la región, al mismo tiempo también es una oportunidad para que Rusia y Turquía lleven adelante su reavivada asociación estratégica en el futuro. Para el largo plazo, si uno mira la política regional a través del prisma de la cooperación energética ruso-turca en el proyecto Balkan Stream, o su alineamiento opuesto de los socios de civilización-religiosos en la península, es inequívoco que la historia está en proceso de repetirse y que la estabilidad sostenible de los Balcanes y la prosperidad posterior, son totalmente dependientes de los contornos de las relaciones ruso-turcas.
En cuanto a la potencial rivalidad energética de Rusia e Irán en los Balcanes, ésta puede, o bien ser compensada por el desplazamiento interno del poder contra los moderados amigos de Occidente por parte de las fuerzas conservadoras multipolares en Irán, o posiblemente incluso de forma más probable, a través de un "acuerdo de caballeros” entre Moscú y Teherán. Incluso si se limpia a los "moderados" del establishment iraní, o son políticamente neutralizados en términos prácticos, el Teherán "conservador" aún podría querer seguir adelante con la visión geoenergética para Europa de sus competidores internos, sobre todo teniendo en cuenta cómo las enormes inversiones de sus socios occidentales están facilitando el acceso fácil y rentable a este mercado. Es comprensible el propio interés de Irán en diversificar sus envíos de energía y recibir pagos en dólares o euros, por lo que no se puede dar por sentado que el Ayatolá abandone las exportaciones de GNL a Europa presumiblemente previstas por Rouhani. Por lo tanto, la mejor solución para Rusia e Irán es discutir ampliamente esta cuestión entre ellos y, o bien acordar exportaciones coordinadas a los Balcanes a través del diálogo del Foro de Países Exportadores de Gas, o bien un "acuerdo de caballeros". Ambas soluciones pueden impedir que los dos países pongan en peligro de forma innecesaria su mejor período de relaciones de la historia debido a un previsible dilema estratégico de energía.
Los escenarios oscuros
Descontando la posibilidad siempre existente de que el tripartito no llegue a un acuerdo entre sus miembros sobre el 'trueque', cualquiera que sea la región examinada que pueda ser puesta en el foco entre ellos, el escenario adverso más probable que podría estallar en los Balcanes para interrumpir los planes multipolares de mejora del 'concierto de grandes potencias' ruso-iraní-turco, es que los EE.UU. aprovechen su influencia sobre la rejuvenecida Croacia fascista con el fin de convertir Bosnia y Vojvodina en un polvorín de guerra híbrida. Zagreb es la bala perdida en los Balcanes porque ninguna gran potencia multipolar tiene alguna influencia sobre ella, lo que significa que la asociación entre Estados Unidos y la Unión Europea ejerce un control total sobre el mismo estado cuyo gobierno actual está glorificando peligrosamente su periodo histórico nazi, y alentando provocativamente el renacimiento social de la "Gran Croacia" ustacha fascista. Esta tendencia amenazará directamente a la República Srpska y a Serbia con el tiempo, y corresponderá al tripartito encontrar una manera de hacer frente a cualquier futura crisis escrita por los Estados Unidos que estalle entre la Croacia miembro de la OTAN y Serbia, ya sea directamente o a través del subsidiario campo de batalla de Bosnia.
Distinto al escenario de la bala perdida croata, los EE.UU. también podrían tratar de intensificar su control sobre Bosnia y Albania, tal vez incluso lanzando una campaña de información agresiva para competir con la influencia de Turquía allí, viendo que para entonces Ankara es probable que ya no sea un “socio” de confianza de Washington. Los EE.UU. podrían formar equipo con Croacia en ejercer influencia sobre Sarajevo y contrarrestar el poder blando de Turquía, mientras que en Albania se podría hacer hincapié en la secularización con el fin de oponerse a la progresiva islamización que caracteriza la reciente estrategia de difusión internacional de Ankara. En ambos casos, si Turquía no es capaz de retener su posición estratégica en uno u otro país y pierde terreno frente a los EE.UU., entonces eso significa que el propuesto plan de "trueque" de Turquía de refrenar a sus aliados regionales a cambio de un puesto en el banquete de los frutos de la cooperación energética mutuamente beneficiosa del Balkan Stream con Rusia, todo sería en vano, y que tendría que ser ideada una nueva iniciativa con el fin de mantener a estos estados en línea de forma estable, y para disuadirlos de interrumpir de manera agresiva el corredor multipolar a través de los Balcanes centrales.