El eurasianismo clásico como manifestación del platonismo ruso
Traduccion de Juan Gabriel Caro Rivera
Este 2020 se han cumplido cien años desde que Nikolai Trubetskoi publicó en la capital de Bulgaria, Sofía, el libro Europa y la Humanidad. Es a partir de ahí que podemos hablar de la filosofía rusa conocida como eurasianismo.
Podríamos decir que el eurasianismo es la culminación del pensamiento político conservador ruso, es decir, una forma de oposición radical a la Modernidad encarnada en su momento en la civilización europea. Además, el eurasianismo es el heredero directo de la filosofía de los eslavófilos, Danilevsky y Leontiev. Sin embargo, el eurasianismo se distingue de estas corrientes anteriores por haber creado una doctrina estatal y política que propone una cierta forma de organización del poder y el Estado ruso.
Esta filosofía sin duda fue el resultado de una experiencia traumática que afectó la vida y el pensamiento de sus representantes: el estallido de la revolución rusa, la guerra civil, el colapso de la Rusia histórica y la aparición de una formación política nueva conocida como la URSS. Todos estos acontecimientos requerían una reevaluación del pasado y la necesidad de encontrar los pilares eternos e intemporales que permitieran un renacimiento de Rusia.
¿Cuál es la forma más apropiada de clasificar el pensamiento eurasiático? Si partimos de la teoría de Alexander Dugin sobre el “sujeto radical” y la Nooomajía como un modo de analizar la biografía de los fundadores del eurasianismo, especialmente Peter Savitsky (que Bulgakov consideraba parte de la “Guardia Blanca”), entonces podemos concluir que la única filosofía política que podían seguir los eurasiáticos era el platonismo político.
Considerar que el eurasianismo fue una forma de platonismo político ruso resulta bastante interesante, pero también significa entenderlo a partir de una serie de formulaciones, conceptos y esquemas coherentes.
Si examinamos el eurasianismo de cerca, nos damos cuenta que sus raíces platónicas son bastante obvias y que la estructura estatal, política y social descrita por ellos se parece muchísimo a la que realizo en su obra Propuesta para una estructura estatal futura el P. Pavel Florensky, que escribió en un momento muy difícil de su vida y ad portas de su muerte.
El estructuralismo ontológico
El académico suizo Patrick Serriot ha planteado la tesis de que los pilares ideológicos del eurasianismo se encuentran en una forma de estructuralismo ontológico o platónico (Structure et totalité. Les origines intellectuelles du structuralisme en Europe centrale et orientale) que son retomados por el estructuralismo francés de Levi Strauss, el cual nació de la lingüística desarrollada por Trubetskoi y que llegó a Francia por intermediación de Roman Yakobson. A su vez, Trubetskoi fue muy influenciado por la geografía estructural de Savitsky.
Rustem Vakhitov, uno de los principales estudiosos rusos del eurasianismo, ha demostrado que Savitsky exploró “el concepto de que todas las capas de la realidad estaban impregnadas de ideas organizativas (eidos) durante las décadas de 1920-1930, lo cual posteriormente le permitió afirmar que todo el universo era participe de un único ritmo”. Savitsky consideraba que “la idea era un fragmento del espíritu que habitaba la materia” y que esto nos revelaba que el mundo era gobernado por una mente divina.
Desarrollo local: la plasmación de la idea
La teoría euroasiática del desarrollo local está íntimamente relacionada con el concepto de idea organizativa.
El desarrollo local es una especie de síntesis del espacio y la cultura que prefigura lo particular. En ciertas ocasiones la idea organizativa se manifiesta en la mente humana, mientras que en otras se manifiesta en las cosas. No obstante, la idea siempre precede a todo lo que existe. Savitsky afirma en su artículo sobre “El poder de la idea organizativa” que “la existencia de la idea organizativa impregna la realidad social y el eidos, que a su vez controla los fenómenos y la cognición de los mismos”.
De ahí la formulación de la ideocracia no solo como un concepto abstracto, sino como una idea en sentido platónico.
La ideocracia en el sentido pleno de la palabra es la capacidad de ascender a una idea organizativa y comprenderla. Sólo de ese modo podemos descubrir la Idea-Fuerza que rige sobre el orden político y social. Por lo tanto, solo quienes comprendan esta Idea-Fuerza pueden gobernar.
Savitsky considera que ejemplos organizativos de esta Idea-Fuerza en Rusia son la autarquía o la economía mixta, ya que los rusos siempre se han inclinado hacia estas formas económicas.
Sin embargo, la élite euroasiática debe conocer estas ideas y asumirlas conscientemente, a diferencia de lo que sucedió con la Rusia de los Romanov o la URSS.
Savitsky dice que “la autarquía rusa solo es posible dentro del sistema eurasiático, ya que solamente en este último es ideal y necesaria. La doctrina de Rusia-Eurasia hace parte de una forma particular de ‘personalidad sinfónica’ que se corresponde plenamente con la tesis euroasiática de Rusia como una entidad geográfica, histórica, etnográfica, lingüística, etc., particular”.
Ideocracia o el gobierno de los “guardianes”
La filosofía política del eurasianismo se basa en conceptos como la “selección euroasiática” y la “ideocracia”. Y al igual que toda filosofía platónica cree que solo los mejores deben gobernar: es por eso que es necesario establecer un sistema que eduque a esta élite bajo las consignas del autosacrificio y demás valores aristocráticos. Por ejemplo, Nikolai Trubetskoi en su artículo “Sobre el gobernante de un Estado ideocrático” argumenta que “la selección de una élite ideocrática no solo debe contemplar una perspectiva general, sino también la voluntad de auto-sacrificio del mismo gobernante. Este elemento de sacrificio, junto con su permanente movilización y la pesada carga que implica son la compensación por los inevitables privilegios que conlleva estar en semejante posición”. Trubetskoi también señala que “la Idea-Fuerza de un Estado verdaderamente ideocrático debe beneficiar a la totalidad de los pueblos que habitan este mundo autárquico”.
Estas ideas platónicas también se encuentran en la jurisprudencia euroasiático desarrollada por Nikolai Alekseev, aunque este último no habla de la ideocracia, sino de un ideario con la intención de evitar el excesivo psicologismo que implica la palabra idea. Alekseev sostiene que el eidos no es solo una idea particular, sino “la semántica necesaria, integral, contemplativa y mentalmente tangible del mundo”. Es la verdad y no una representación subjetiva (como a menudo denota la palabra idea). Así que la élite “debe revelar la más alta verdad religiosa y filosófica a la cual debemos servir como si se tratara de un todo único. En ese sentido, la Idea-Fuerza no es algo externo o impuesto a un pueblo particular, sino algo que es interior al mismo. Según Alekseev, el Estado y el sistema debe ser protegido por los “guardianes”: “la idea aprobada en la Constitución es la que guía y la forma de actuación por medio de la cual Estado se rige. Ella inspira a sus dirigentes, es decir, a sus defensores o ‘guardianes’ (una imagen platónica obvia) que son sus servidores”. Se trata de garantizar que el Estado y toda su constitución este al servicio de este ideal.
Conclusión
Solamente dentro del marco de la filosofía política del platonismo seremos capaces de entender el eurasianismo, ya que únicamente a partir de sus conceptos y metodología se revela su significado. De lo contrario, el eurasianismo no sería sino una amalgama de teorías y definiciones oscuras.
Es a partir de las tesis del platonismo que seremos capaces de separar nuestro pensamiento de los desarrollos arqueomodernos posteriores.
Los eurasiáticos deben entender el eurasianismo como una forma de platonismo y las obras de nuestros predecesores deben ser leídas a partir de una cosmovisión platónica. Otras formas de interpretación del eurasianismo deben ser examinadas baja lupa. No obstante, conceptos como ideocracia, selección euroasiática, Estado garante o Idea-Fuerza (como principio metodológico) nos brindan las bases para construir una filosofía política platónica para Rusia y la creación de un Estado platónico ruso.