El centralismo burocrático ha puesto en riesgo la soberanía venezolana en el estado Zulia
Introducción
La errática política petrolera del exministro Rafael Ramírez y sus asesores internacionales, encabezados por el experto petrolero de origen alemán Bernard Mommer (buscado por el fiscal general de la república Tarek William Saab, por su presunta participación en una trama de corrupción dentro de PDVSA, que le habría causado daños al país por $4.800 millones, en relación directa con el expresidente de la estatal Rafael Ramírez, también acusado de corrupción). Tuvo entre sus más dolorosas consecuencias el abandono de los pozos petroleros más productivos de la nación y el casi completo fin de la exploración petrolera y gasífera en la cuenca del Lago de Maracaibo. Al país, directa o indirectamente, se le hizo creer que todos los esfuerzos debían ser dirigidos a la exploración y explotación de la Faja Petrolífera del Orinoco y que, prácticamente, el estado Zulia pertenecía al pasado petrolero del siglo XX y ya nada tenía que aportar a la nación. Esta estrategia, dirigida por Rafael Ramírez y Bernard Mommer, surge de las viejas tesis del partido PRV-Ruptura. Mommer, a quien algunos artículos de opinión califican como “el ideólogo de la destrucción de Pdvsa”, llegó a Venezuela a finales de los años 70 junto a su esposa, presuntamente, huyendo de la policía alemana que los buscaba por su presunta participación en actos de terrorismo. Su elección del destino en Venezuela, habría estado determinada por sus relaciones con el PRV y Alí Rodríguez Araque. Bernard Mommer fue miembro de la Dirección Ideológica del PRV, el partido de Douglas Bravo, donde participó en la elaboración de Las tesis petroleras del PRV-Ruptura, un papel de trabajo del movimiento al que también perteneció el actual presidente de la república Nicolás Maduro.
El abandono de las reservas y de la explotación petrolera en el Zulia, la merma en la inversión y mantenimiento de los pozos petroleros de esa entidad occidental del país, ha sido, es y siempre será un gravísimo error sustentado en el sueño de una mega Faja Petrolífera del Orinoco (FPO). Un sueño que, en algunos aspectos, ha sido calificado como el “Megadisparate” de PDVSA. El experto petrolero venezolano, Carlos Mendoza Potellá, explica este “Megadisparate” de la siguiente manera: “En 2007 se dio inicio al plan Magna Reserva para "certificar" las "reservas probadas" existentes (…) se le pagó a una empresa, Ryder Scott para que "certificara" las reservas, al perforar algunos pozos estratigráficos; pozos bien sencillos (…) Más del 90% de las reservas incorporadas entre 2006 y 2016 fueron de la Faja Petrolífera, mayormente por revisión y extensión, muy poco o casi nada por exploración propiamente dicha de nuevas provincias (…) La propia PDVSA confiesa inadvertidamente el fiasco de la certificación. Por la módica suma de 557 millones de dólares se perforaron 146 pozos para incorporar, con los datos obtenidos superficialmente y vía revisión de escritorio, 219 mil millones de barriles a las "reservas probadas". ¡El negocio del milenio!” ( https://www.aporrea.org/energia/a263621.html ) Sobre la base de estos dudosos cálculos, se reinició en 2005 el mega -proyecto de la FPO, abandonando todo lo demás, cual si fuera una nueva fiebre del oro negro extrapesado, que todo lo puede, todo lo da, se abandonaron los productivos, eficientes y generosos pozos que históricamente han dado ingresos constantes y confiables a la república, en el estado Zulia. Se le prometió a la nación el exabrupto de un mítico crecimiento anual de la producción de 628 mil barriles diarios cada año entre 2014 y 2019, nada de eso se ha cumplido ni en la FPO ni en ninguna parte del territorio nacional, al contrario la producción petrolera ha decaído, en todas partes. Mendoza Potellá dice al respecto “muy a mi pesar, es sangrienta la comparación entre la realidad y las metas planteadas por esta planificación de pajaritos preñados. Apartando la ironía, porque esto no es motivo de risa, sino que se constituye en una auténtica tragedia nacional, irrecuperable en un plazo previsible, porque los daños permanentes a nuestra Nación y a su futuro son incuantificables”
El abandono del Zulia es un crimen de traición a la patria
En el Zulia, los diez campos petroleros tradicionales, antiguos como Bachaquero, Tía Juana, Boscán, entre otros, tienen 13 mil millones de barriles de reservas, eso es más que las reservas de Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y Argentina juntas, son unos campos maduros que han dado tanto al país y que aún tienen que dar por 70 años más. Sin embargo, bajo la gerencia de Rafael Ramirez y su asesor Bernard Mommer, fueron completamente abandonados en persecución del mega fraude disparatado de un crecimiento faraónico de la producción en la FPO, con inversiones y contrataciones con montos mil millonarios en dólares que nunca pudieron ni podrán hacer cumplir esas míticas metas de estos dos señores. En la práctica, lo que sucedió, de acuerdo con el Dr. Mendoza Potellá es que los crudos del Zulia que “producen petróleo liviano” fueron abandonados “y los de las fajas que son gigantescos no producen nada de eso, es extrapesado (…) se privilegió la Faja del Orinoco con unos sueños de gloria eterna que el petróleo iba a estar por encima de los 100 dólares. Y hoy para desarrollar un campo, un nuevo mejorador en la faja para producir 200 mil barriles diarios más, se necesita un precio de 114 dólares el barril, a 80 dólares el barril la tasa interna de retorno es negativa durante los próximos 20 años”. Estos señores despreciaron los pozos mil millonarios del Zulia, con producción garantizada de petróleo liviano por 70 años, para meterse en un proyecto faraónico de 600 años en la FPO, algo realmente absurdo.
Sin querer seguir con tecnicismos en cuanto al tema petrolero y centrándonos en el tema geopolítico, cabe decir que, además, se ha abandonado al estado Zulia como estado con la mayor población del país y con una frontera muy activa con la vecina, belicista y conflictiva república de Colombia. Los servicios públicos en el Zulia s están en un completo caos, no hay un servicio eléctrico realmente confiable, la disponibilidad del parque de generación termoeléctrica de la región está por debajo del 15% y las interconexiones con el sistema eléctrico nacional deterioradas y/o totalmente caídas, lo que provoca racionamientos diarios en el servicio eléctrico de entre 4 y 16 horas, según la zona ( ver video de racionamiento en zonas residenciales https://www.youtube.com/watch?v=Z1cErSYskGM ). La reciente falla en el puente sobre el Lago de Maracaibo generó un verdadero caos en la entidad zuliana ( ver video https://www.youtube.com/watch?v=P7EZ1rnrWlA&t=214s ). Todo esto se suma una crisis en el abastecimiento de agua, gas para cocinar, alumbrado público, gasolina, entre otros. La mayor parte de los comercios permanecen cerrados y un 60% de la panaderías han cerrado por completo debido a las fallas eléctricas. Toda esta situación sumada al notable deterioro del parte termoeléctrico y el abandono de los proyectos con energías renovables ( ver video https://www.youtube.com/watch?v=2rVxSO4vfeA&t=133s ) han generado una sensación de desolación en el pueblo zuliano que nos hace pensar en una completa orfandad con respecto al gobierno central y centralista asentado en la ciudad de Caracas.
En el caso de la frontera y los pueblos indígenas, la situación es aún peor. Los territorios y municipios fronterizos donde se asientan la mayor parte de las comunidades indígenas de nuestro país están azotados impunemente por el contrabando de gasolina y alimentos sin que la Guardia Nacional y/o el Ejercito hagan nada al respecto. El malestar entre los Wayuu, que son una etnia binacional, ha provocado una preferencia por la nacionalidad colombiana antes que, por la venezolana, en la península binacional de La Guajira, en las costas del Golfo de Venezuela, donde se concentran las mayores reservas de gas de la república bolivariana y mucho más petróleo que en Brasil, Colombia, Argentina, Ecuador y Perú juntos. Los proyectos de energías renovables en las comunidades indígenas de la frontera venezolano con Colombia en la península Guajira fueron abandonados provocando un malestar que repercute en una perdida de la identidad de estas comunidades con el gobierno venezolano y, por ende, una perdida de soberanía. Por otra parte, el proyecto del Parque Eólico de La Guajira, destinado a dar electricidad a toda la península Guajira venezolana fue abandonado, provocando malestar en esta población y, nuevamente, pérdida de soberanía. Porque la soberanía no es ocupación militar de un territorio, es identidad de su población con valores y culturas comunes. Esto no lo han entendido los burócratas de la ciudad capital.
El peor escenario
La pretensión colombiana de tener acceso al golfo de Venezuela, es cada vez más realizable gracias al gobierno nacional de Nicolás Maduro, con su abandono del Zulia, con su abandono de todos los proyectos de infraestructura energética de la frontera, con el abandono de todos los proyectos de energía comunitarios (sistemas híbridos eólico solar del programa “Sembrando Luz” en La Guajira) y con el abandono de las fronteras a contrabandistas colombianos, bachaqueros de alimentos y combustibles, está incitando al creciente malestar del pueblo Wayuu y a su alianza con sus paisanos colombianos. En nuestra conversación con el profesor Lusbi Portillo pudimos conocer que además, el gobierno ha abandonado la riqueza de la sierra de Perijá y a los indígenas Yukpa y Barí que ahí habitan, dejándolos a expensas de fuerzas y bandas criminales en las fronteras ( ver entrevista a Lusbi Portillo ( Parte 1 https://www.youtube.com/watch?v=fgQFdCzBodE&t=680s , Parte 2 https://www.youtube.com/watch?v=paetokoiVt4&t=4s )
En los últimos meses y, especialmente, en las últimas semanas se ha visto un incremento en la actividad militar de Colombia en la frontera con Venezuela, en el Zulia. El malestar tremendo en que la ineficiencia del gobierno de Nicolás Maduro ha sumido al pueblo zuliano es una oportunidad de oro para la oligarquía colombiana y sus pretensiones de ocupación del territorio zuliano y, particularmente, toda la península Guajira y el Golfo de Venezuela. En un hipotético conflicto con esta belicista y violenta república vecina, el objetivo militar, comercial y estratégico de su ejercito será ocupar militarmente el Golfo de Venezuela y la mayor cantidad posible de territorio en el Zulia para tener acceso a los 13 mil millones de barriles de petróleo liviano de alta calidad que la burocracia gerencial dirigida por Rafael Ramírez y Bernard Mommer les han dejado servida en bandeja plata. En caso de perder el Zulia, nosotros en Venezuela, tendremos que buscar la forma de convertir el extrapesado de la FPO en comida, porque ni 600, ni 300, ni 200 ni 100 años creo que dure el mercado petrolero mundial comprando crudos de este tipo, creo que ni siquiera en 25 años más tendremos oportunidad de vender ese crudo extrapesado.
Grave error ha sido la mítica adoración a la riqueza de “600 años” en la FPO y el abandono de los pozos petroleros del Zulia, una grave traición al pensamiento de Pérez Alfonzo, traición a la política petrolera soberanista de Hugo Chávez y traición a la patria, eso es lo que ha sucedido. Ahora la salida es difícil y prolongada, esperemos que nunca sea sangrienta y esperemos jamás tener que defender con fuego y sangre el sagrado suelo patrio en el Golfo de Venezuela y toda la región Zuliana que son nuestros, de todos, de nuestra república federal de Venezuela.