Deveselu: ¿Una Victoria pírrica para los EEUU?
Algunos comentaristas rumanos de política exterior dijeron que el reciente encargo del radar americano en Deveselu del 12 de mayo es un momento histórico en el que los EEUU “pusieron a Rumanía en el mapa”; en un primer vistazo, es así. Las agencias de noticias de todo el mundo, desde Europa hasta Asia a través de oriente medio, no ignoraron el acontecimiento. Un detalle pareció ensombrecer la ceremonia en Deveselu: Uno de los oficiales de los EEUU que estuvo presente, confundió Bucarest y Budapest en su discurso. Este detalle aparentemente trivial tiene, en nuestra visión, una importancia especial. Este hecho muestra el estado real de la situación geopolítica en Europa oriental (y de forma más general, de lado a lado de Europa); es sobre la dominación ejercida sobre este espacio geopolítico por una potencia extranjera (EEUU).
Pero si los estados más poderosos en Europa occidental algunas veces tienen la habilidad para ir más allá de los intereses de los EEUU en su relación con Rusia, las cosas son más complicadas para los estados más pequeños en Europa oriental.
El caso de Rumanía es típico. Tras un periodo de relativo equilibrio tras la entrada de Rumanía en la OTAN (2004), el cambio violento de régimen en Kiev en 2014, fuertemente apoyado por occidente, hizo que la propaganda anti-rusa se volviera virulenta. De repente, Rusia fue vista como la principal amenaza para Europa, especialmente para los pequeños estados en su vecindad occidental. Los intereses crecientes de los EEUU en Europa oriental se volvieron evidentes. En esta ocasión, fue activada una teoría nueva aparentemente lógica: Estar con los mejores intereses de los pequeños estados (incluyendo Rumanía), que Rusia degrada desde un punto de vista geopolítico. Dadas las relaciones históricas rumano-rusas con referencia a la provincia de Besarabia, esta teoría fue abrazada rápidamente por audiencias que estaban más o menos informadas. Es más, recordando la historia de los conflictos o desacuerdos rumano-rusos, se convirtió en un emblema de los pasados años.
El escudo en Deveselu ya está activo. Las relaciones rumano-rusas están, desde una perspectiva geopolítica y simbólica, alcanzando un punto crítico. Y sin embargo… Como la propaganda evolucionó, una parte de la opinión pública en Rumanía está empezando a ver la trampa. Incluso si la clase política rumana oficialmente adoptó un discurso pro-atlantista, los políticos empezaron a darse cuenta que la actitud anti-rusa, impulsada desde el extranjero, no es beneficiosa.
Algunas posiciones oficiales o semi-oficiales en Moscú muestran que cosas pueden moverse en una dirección positiva desde esta perspectiva. La última declaración del embajador ruso en Bucarest abre una perspectiva optimista en el futuro de las relaciones rumano-rusas: “Si hay un interés nacional para Rumanía, Rusia está preparada para apoyarlo”, dijo. Incluso la activación del escudo de misiles en Deveselu resalta algunos defectos en el mecanismo pro-atlántico en Rumanía: El presidente Klaus Johannis no acudió al evento, así como el presidente del senado Călin Popescu-Tăriceanu. El apoyo mediático a la actitud pro-atlantista reaccionó inmediatamente. Incluso esto demuestra que Rumanía tiene más de un nivel geopolítico. El nivel atlantista, a primera vista, está construido sobre unos fundamentos relativamente débiles. El futuro mostrará si los esfuerzos de los EEUU para movilizar a Europa oriental en una nueva política de contenimiento contra Rusia será exitosa o no. Deveselu puede ser una victoria pírrica para los EEUU…