Defensa de la soberanía nacional. No de la seguridad nacional

17.03.2018
La seguridad de México, cuya implantación y permanencia, siempre a la baja, ha ido al parejo de la pérdida de alcance y eficacia de su facultad soberana estatal desde 1945. 

La soberanía es la nota fundadora y permanente, que por mandato de la Constitución del Estado está a cargo de mover a sus entidades coercitivas, ejército y policía, en su territorio, en aras de la seguridad del Estado nación.

 
La facultad soberana, por mandato de las leyes fundamentales es ejercida por el jefe del Estado, pero hoy ha pasado a depender del poder militar de Estados Unidos en nombre de la seguridad nacional.
 
Y sin amenazas externas a la vista. las FFAA mexicanas, por razones geopolíticas extendida a las de América Central, en el papel son nacionalistas y garantes de la paz, antes contaron para la defensa de los países con el paraguas nuclear estadounidense a todo lo largo de la Guerra fría. Hoy la policía y el ejército, en México y sus vecinos centroamericanos están comprometidos en la defensa del traspatio meridional estadounidense. ni más ni menos. Y esto no es acción soberana porque no son los jefes supremos de las FFAA mexicanas y centroamericanas los que deciden las responsabilidades.
 
El acoso geoestratégico y geopolítico de Trump a México plantea pasar del protectorado al de territorio de reserva territorial estratégica. Esto obliga a estadounidenses y mexicanos a asumir conjuntamente la responsabilidad contra las amenazas terroristas-migratorias y la defensa común ante el peligro que la metafísica imperial asigna a Rusia-China-Irán.
 
Se pasa por alto que el ascenso ininterrumpido del crimen organizado en los designios nacionales de la zona mexicocentroamericana definen perfectamente al enemigo, no al que prefiguran los anglosajones.
 
La soberanía relativa, que es un término acuñado por los neoconservadores, significa una independencia en miniatura, ha implicado el manejo paulatino de recursos vitales de la nación por empresas extranjeras sobre todo anglosajonas. No se cuestiona la estabilidad de esta presencia, sino de las personas que estarán a cargo. Y éstas no son del todo destructoras, al menos lo son en menor escala que la dupla PRI PAN, cuya actividad debe ser ya descartada del escenario. Estamos ante las nuevas distorsiones de la buena vecindad hoy entendida menos que nunca.
 
La fundación de la Dirección federal de seguridad en 1947, un poco antes de la entrada en actividad en Europa, no en México, de la CIA, fue la representación simbólica de la opción por México del organismo estadounidense que se ocupó a lo largo de la guerra fría de la actividad de la DFS llevada de la mano de su fundador el FBI. En cuanto el presidente Donald Trump depure los órganos de inteligencia y contraespionaje de su país, no tendrá que echar mano en México de instrumento de seguridad locales.
 
La conjunción de esfuerzos comunes de México y Centroamérica es sólo deseable ante el crimen organizado porque el contenido de éste es una cisis de cultura que amenaza realmente la integridad nacional y desde luego a la soberanía.