De la guerra híbrida a la ley híbrida

11.04.2017

El pasado viernes 7 de abril, Bob Corker, Ben Cardin, Robert Menedes y Todd Young, representantes del Comité Senatorial de Relaciones Exteriores, junto con el candidato a la presidencia de los Estados Unidos Marco Rubio, presentaron un proyecto de ley que implicaba la creación de un tribunal mixto, cuyos miembros procesarían a las autoridades del gobierno sirio. Es la llamada Syrian War Crimes Accountability Act.

La misma describe el esquema de notificación al Departamento de Estado de los Estados Unidos acerca de los "crímenes militares, crímenes de lesa humanidad y genocidio sirio y proporcionan la ayuda necesaria para la creación del Poder Judicial transitorio para responsabilizar a Assad por su régimen y sus acciones".

El primer texto acusa a Assad de numerosos crímenes.

El proyecto de ley sería considerado por el Senado y más tarde por la Cámara de Representantes y pasado al presidente para su firma.

En última instancia, el proyecto de ley incluye el desarrollo de un llamado tribunal híbrido que sería responsable de la investigación de los crímenes y de la determinación de los castigos (para los representantes del legítimo gobierno sirio actual).

El término "guerra híbrida" ha sido utilizado mucho últimamente y fue desarrollado por autores militares estadounidenses, así que ¿qué es un tribunal híbrido?

Este nuevo tipo de organismos penales se desarrolló a finales de los años 90 con el nombre de "tribunales híbridos". En aquel entonces el término se utilizó para identificar a:
- un grupo especial de Tribunales de Distrito de Dili;
- el Tribunal de Sierra Leona;
- las cámaras de emergencia en los tribunales de Camboya.

Algunos autores añaden a la lista el Tribunal Especial para el Líbano, el Programa de jueces y fiscales internacionales en Kosovo y el Tribunal Supremo de Iraq.

Estos tribunales tienen rasgos comunes con otros organismos penales internacionales y consisten en jueces independientes que trabajan sobre la base de reglas de procedimiento predefinidas y toman decisiones de cumpimiento obligatorio. La ONU desempeñó un papel clave en su desarrollo. Como el Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia y el Tribunal Internacional para Ruanda, se trata de instituciones especiales creadas para resolver casos concretos en un plazo limitado, derivados de condiciones políticas e históricas específicas. Su naturaleza es ambigua en todos los casos, no obstante son consideradas cualidades particulares internacionales y nacionales al mismo tiempo. Todos los tribunales tratan asuntos internacionales y locales y aplican un complejo de leyes internacionales y locales, por eso se les llama "híbridos".

Sin embargo, ¿esos tribunales son verdaderamente internacionales?, y ¿cómo de adecuadamente se trata a la parte local? El caso del Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia demuestra que muchas decisiones se adoptaron de antemano y se aplicaron selectivamente. La parte serbia desempeñó el papel de chivo expiatorio en muchos incidentes. Investigaciones independientes del caso de Srebrenica demostraron que la versión oficial occidental sobre los asesinatos masivos de musulmanes por parte de la población serbia no era válida. Se demostró el hecho de los asesinatos de serbios étnicos y la entrega intencionada de cadáveres de otros lugares para que pareciera una ejecución en masa.

En realidad, a finales de la década de 1990 y principios de 2000, cuando existía el sistema global unipolar, los tribunales híbridos eran una herramienta de influencia occidental, actuando como cobertura legal de una doctrina, "La responsabilidad de proteger", utilizada por Bill Clinton como razón para las intervenciones de Haití y Yugoslavia. La doctrina fue utilizada más tarde por la ONU, una plataforma de desarrollo para los intereses occidentales. Obviamente, el Consejo de Seguridad de la ONU no puede tomar decisiones efectivas, el ataque de Estados Unidos contra Siria el 7 de abril demuestra este hecho. Si un acto de agresión similar o incluso directamente uno de uso soberano del poder militar (que, de acuerdo con las normas del derecho internacional, prácticamente todos los países tienen, independientemente de su tamaño, poder y condición, con excepción de unos pocos ejemplos) fuera hecho por cualquier otro país, la respuesta occidental sería bastante predecible. Sin embargo, cuando Estados Unidos bombardea otro estado, es tratado como la norma. Aparentemente sentando un precedente, Washington supone que estas acciones se convertirán en una regla legal también en el futuro. A pesar de que el presidente americano tiene el poder legal de dar tales órdenes, sus recientes acciones fueron criticadas dentro de los Estados Unidos, cuestionando las funciones del Congreso.

Es necesario mencionar que la Corte Penal Internacional aún no está reconocida por los Estados Unidos (quien firmó una carta en 2000, que fue dejada sin efecto dos años más tarde), esto explica la necesidad de crear tales tribunales híbridos. En lugar de apoyar la verdadera iniciativa internacional y permitir que las partes independientes resuelvan los problemas, los estadounidenses seguirán creando diferentes formas de forzar su política, en este caso castigando a los disidentes e inocentes por los crímenes cometidos por una tercera parte o por los agentes de Washington provocando a otros.

Deberíamos prestar atención a los dobles estándares americanos. ¿Por qué no se ofrecen para crear tal tribunal para Yemen, donde la coalición encabezada por Arabia Saudita participó en asesinatos de miles de personas inocentes, incluyendo mujeres y niños? Expertos internacionales demostraron el uso de municiones británicas en bombardeos de distritos pacíficos de Yemen. ¿Y dónde están los tribunales para Mexico, donde miles de personas murieron en las guerras de las drogas? ¿Es posible que Washington calle en ese caso porque inició las guerras para sus propios fines y no se preocupa por las víctimas? ¡Ahora incluso quieren construir un muro con Mexico, algo muy simbólico!

Al igual que en las guerras, se supone que un tribunal híbrido tiene diferentes representantes en una unidad convencional territorial, en caso de un conflicto híbrido o judicial. Por lo tanto, en ambos casos hay una característica, inherente a la era postmoderna: la multitud, como escribieron Antonio Negri y Michael Hardt. Esta totalidad actúa pensado diferentes procesos de poder de red, que domina gobiernos nacionales y pertenece al imperio americano.

En este sentido, la multitud se opone al concepto de personas, según Negri y Hardt. Con los tribunales híbridos, el peligro es que la multitud, al ser una imagen colectiva de un caso judicial, no actuaría en interés de naciones y soberanías, sino que desestabilizaría las normas existentes de tradiciones legales y destruiría las instituciones del poder.

Los agentes occidentales llenarían el vacío creado, y no sólo con sus derechos democráticos liberales, sino también con su doctrina política de excepcionalismo y racismo gnoseológico.