Cómo se privatizará el planeta Tierra
Aún quedan pendientes varias reuniones internacionales. Una de ellas es el foro sobre el clima COP27, que se celebrará en noviembre de 2022 en el Sinaí, Egipto, lugar de revelación religiosa de todas las religiones abrahámicas. El Centro Interreligioso para el Desarrollo Sostenible es uno de los organizadores.
Me gustaría señalar que, por muy atractivo que pueda resultar el término "desarrollo sostenible" para el mundo exterior, en realidad significa -en una variante bastante optimista- una reducción de la población mundial a 2.000 millones, es decir, de hecho, una reducción "aterciopelada" y no genocida del consumo y del nivel de vida de la masa principal de la población mundial, en nombre de salvar a la naturaleza de la humanidad.
El representante especial de Estados Unidos para el cambio climático, John Kerry, sobre cómo resolver el problema de las emisiones de gases de efecto invernadero eliminando la agricultura: "Mucha gente no sabe que la agricultura es responsable de cerca del 33% de las emisiones mundiales. Y no llegaremos a cero. No superaremos el reto si la agricultura no forma parte de la solución. Los propios sistemas alimentarios contribuyen a una cantidad significativa de emisiones, simplemente en virtud de lo que hacemos".
Estamos en medio de una extinción masiva, en medio de una crisis climática y, sin embargo, de alguna manera tenemos que alimentar a una población creciente", afirma la entomóloga Sarah Beynon, que desarrolla alimentos a base de insectos en una granja experimental de Gales, "tenemos que cambiar, y tenemos que cambiar mucho". La cría de insectos requiere mucha menos tierra, energía y agua que la agricultura tradicional y tiene una huella de carbono mucho menor. Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), los grillos producen un 80% menos de metano que las vacas y entre 8 y 12 veces menos de amoníaco que los cerdos'.
El Foro Interreligioso celebró una ceremonia de penitencia climática por la supuesta culpabilidad de la humanidad en el dañino cambio climático. Se presentó una eco-biblia escrita por un grupo de católicos, protestantes y judíos dirigidos por el rabino Neril. También se presentaron comentarios ecológicos sobre los libros del Génesis y el Éxodo. La tesis principal es que "el desarrollo sostenible es la voluntad de Dios". En otras palabras, la lógica secular de los ultramundialistas para el desarrollo sostenible ya no es suficiente. Se han articulado los 10 mandamientos de la justicia climática. Y, sobre todo, se ha formulado la idea de una única religión abrahámica mundial, cuyo propósito y centro de atención es la conservación de la naturaleza. En nombre de Dios, por supuesto, pero en realidad no por él, sino por la naturaleza.
"Ecologistas profundos en el espíritu del steampunk o del ciberfeminismo, los Cthulhuzen de Donna Harraway son un tipo de posthumanos. Incapaces de ser humanos, intentan convertirse en ratones o garrapatas, pero al hacerlo ofenden a roedores y pájaros. El "capitaloceno" es un estado del ser en el que los humanos se convierten en un tipo de vida dentro del sistema capitalista. Una persona así es similar a un musgo que vive en una roca en los bosques húmedos, y no piensa en decir sí o no a la roca. Es simplemente musgo. Las personas que no pronuncian la palabra "capitalismo" son musgo en el sistema capitalista. Crecen en él, funcionan en él, se reproducen en él y se propagan como un hongo. Siguen este statu quo, se disuelven en él. Pueden cambiar de género si son avanzados, pueden ceñirse a su género si no son capitalistas muy avanzados y representan un modelo obsoleto de capital. Pero aun así, ¡ambos son musgo! Forman parte del 'capitaloceno'" - Alexander Dugin
Los ideólogos del ecologismo no sólo parten de la premisa de que hay demasiada gente en el planeta y que están exprimiendo los recursos. El segundo postulado es mucho más interesante: todas las especies, incluidos los humanos, son iguales y justas. Es decir, una rara araña amazónica tiene los mismos derechos que un humano. Además, una araña no daña la naturaleza, mientras que un humano la contamina.
Los ultramundialistas no serían fieles a sí mismos si no persiguieran cuestiones muy concretas de redistribución mundial y control de los recursos del mundo bajo el manto de la fe. Me llamó especialmente la atención el discurso de Michael Sharon. Es un antiguo asesor del Banco de Inglaterra, copresidente del G-20 y ahora presidente de una entidad de Zuckerberg.
Afirmó sin ambages que el carbono pronto se convertirá en una especie de moneda junto a la moneda convencional a medida que la industria se descarbonice. Y subrayó que el Hemisferio Sur, y el Sur global en general, es más valioso que el Norte. "El Sur es más valioso y vale más que cualquier cosa de todos los bancos británicos. Los bosques de Indonesia son el pulmón derecho del planeta, los del Amazonas el pulmón izquierdo. El agua, los árboles, la biodiversidad, todo eso...". - subrayó Sharon (¡y deberíamos recordarlo!) - "... cuesta dinero. Tenemos que pensar en poner precio a todo esto'. El único problema, en su opinión, es "cómo ponerlo en práctica". "Lo más probable", dijo, "es que sea a través de la tecnología blockchain".
En nombre de una agenda "verde" y de un único dios interreligioso al servicio de la naturaleza, la idea de una privatización corporativa global de la naturaleza, o más exactamente del planeta Tierra con todos sus recursos, incluido el oxígeno que producen los bosques, está ganando terreno. ¿Cómo no pensar en la novela de Alexander Belyaev El vendedor del aire? Creo que puede llegar a ser así.
"En las últimas décadas, la agenda medioambiental se ha convertido en uno de los principales objetivos de los globalistas. Desde un punto de vista práctico, esto puede verse en el concepto del 'gran reseteo' promovido por estos círculos y fundado por Klaus Schwab, el fundador del Foro Económico Mundial. Su esencia es que, en nombre de la ecología, propone ceder el control del mundo a una amalgama de Estados, corporaciones e instituciones supranacionales guiadas por la inteligencia artificial.
A nivel teórico, esto va de la mano del culto a la naturaleza como materialidad pura que impregna las actitudes de algunas corrientes del transhumanismo y del discurso de la apologista ciberfeminista Donna Haraway sobre la ktul(x)ocene como el fin de la era antropocéntrica. En este último caso, la narrativa ecológica se entrelaza con la narrativa tecnocéntrica y la negación de lo humano. Si observamos la historia de muchas iniciativas ecologistas, encontraremos globalismo, maltusianismo, eugenesia, al servicio de los intereses de los círculos globalistas" - Alexander Bovdunov.
Traducción de Enric Ravello Barber