Centenario de la Revolución de Octubre

07.11.2017

Hoy, 7 de noviembre, es el día de la Revolución Bolchevique de Octubre – una fecha terrible e importante.

Hay mucho que debe decirse sobre la Revolución de Octubre. Es parte indudable de nuestra historia y asumimos su responsabilidad. Por tanto, sencillamente estamos obligados a entender el significado de este acontecimiento.

En primer lugar, en tiempos soviéticos, la Revolución de Octubre fue venerada como algo casi sagrado, como un acontecimiento trascendental que marca el comienzo del ciclo soviético.

En la URSS, esta fecha se consideraba el principio del tiempo infinito que finalmente llevaba al comunismo. Pero como resultó ser, esta fue meramente una época que empezó en Octubre de 1917 y terminó en 1991. Esto significa que la comprensión soviética de la Revolución de Octubre es profundamente incorrecta. Tomamos una cosa por otra y nos aferramos tontamente a una vieja interpretación. Debemos encontrar una nueva explicación para este acontecimiento, pues la vieja explicación soviética ha resultado ser falsa.

En segundo lugar, esta valoración idealizada y positiva de Octubre de 1917 prevaleció en nuestra sociedad como la única posible durante 70 años.

Esta era falsa, lo que significa que debemos buscar otra explicación. Y es importante tomar en cuenta la posición de la otra mitad del pueblo ruso, que no apoyaba a los rojos, sino a los blancos. Para los blancos, la revolución fue el resultado de una monstruosa conspiración realizada por una secta infernal y puramente satánica que usó el engaño y la violencia para hacerse con el poder, y que abandonó radicalmente cualquier legitimidad tras la disolución de la Asamblea Constituyente. Es más, los blancos especialmente enfatizaron que los bolcheviques se componían en gran parte de minorías nacionales y dependían de brigadas extranjeras, tales como los fusileros letones o incluso soldados chinos. En otras palabras, Octubre fue visto como una captura violenta del poder por una organización terrorista rusofóbica. Esta valoración puramente negativa está probablemente igual de lejos de la verdad que la versión soviética. Ciertamente, así es. La teoría de la conspiración de los guardias blancos es igual de inaceptable que el culto soviético de la Revolución de Octubre.

La verdad, aquí, es en cierto modo asimétrica. Todo el mundo está familiarizado con la falsa interpretación comunista, mientras que muy pocos de nuestros ciudadanos están familiarizados con la dudosa y simplista versión de la guardia blanca. Es necesario al menos arreglar este error y equiparar estas dos teorías igualmente cuestionables, tanto el sinsentido rojo de la naturaleza socialista de la revolución (¡en un país agrario con un capitalismo subdesarrollado y casi sin proletariado!) y el sinsentido blanco de una conspiración judía. Pero dado que el sinsentido rojo está representado en miles de películas y juegos, entonces que haya otros tantos monumentos al sinsentido blanco. Ya tenemos una tonta explicación de Octubre en la forma de la versión comunista, la cual es una mentira tan extendida que cualquier intento de publicar las teorías de la guardia blanca en el espíritu del Atamán Krasnov provoca inmediatamente una oleada de protestas. Desde el punto de vista de la justicia histórica, a los bancos se les debe dar un espacio absolutamente libre. Se les debe ayudar en esto hasta que el equilibrio esté restaurado, especialmente dado que la percepción de Octubre como una catástrofe está enteramente justificada, pues nuestro pueblo pagó por ello con millones de vidas de sus mejores hijos e hijas. 

En tercer lugar, debemos buscar la manera en que explicar genuinamente el significado histórico y profundo de la Revolución de Octubre, o el golpe de Octubre, más allá de las interpretaciones incorrectas y simplistas de rojos y blancos.

Sin embargo, aquí encontramos un problema metodológico muy importante. La historia es la ciencia de interpretar los hechos, y no únicamente de los hechos mismos. Los hechos sin interpretaciones no existen. Por tanto, es imposible valorar tal acontecimiento ideológico como la revolución (o el golpe) sin basarnos en algún tipo de ideología. Los rojos y los blancos tienen sus propias plataformas ideológicas. Incluso sus explicaciones falsas y contradictorias son más fiables que las teorías inútiles de aquellos que reivindican objetividad. No hay objetividad en la historia – esta es solamente una figura retórica de discurso. De este modo, hasta que determinemos la plataforma  de la cosmovisión de nuestra sociedad contemporánea, y hasta que nos reconozcamos a día de hoy, el significado de los acontecimientos de Octubre de 1917 seguirá siendo inaccesible y cerrado a nosotros.

En cuarto y último lugar, 1917 fue un fenómeno inter-ruso. Este fue un drama monstruoso para algunos y un gran logro para otros.

Solo nosotros mismos, los rusos, podemos decidir lo que en 1917 ocurrió en realidad y cómo se correlaciona con la lógica general de la historia de Rusia. Este es nuestro asunto y nuestra revolución. Por tanto, solo nosotros estamos encargados de unir las piezas de este rompecabezas. Nadie más.

Octubre ha tentado a muchos grandes pensadores y poetas rusos que vieron en la revolución un evento escatológico e incluso el advenimiento de la hora rusa. Casi todos ellos se arrepintieron más tarde. Pero esto no significa que ellos esperaron la hora rusa en vano. En pocas palabras, la verdadera revolución rusa todavía está por venir.